La primera película sonora argentina, con un elenco envidiable, ya que junta a 4 actores que luego se convertirían en máximas estrellas de la época del cine de oro argentino, Libertad Lamarque, Tita Merello, Pepe Arias y Luis Sandrini, todos con carreras enormes que trascendieron décadas y decenas de películas.
En cuanto a lo que cuenta, nada, es una excusa para llenar espacio entre un tango y el siguiente, un vodevil.
Alberto Gómez está pésimo, el resto se desenvuelve bastante bien para ser que nunca habían hecho cine sonoro, pero él, está tieso, acartonado.
Como un todo se puede decir que resulta simpática y pintoresca.

No hay mucho en la película, es un thriller muy convencional de bajo presupuesto, en la segunda mitad se pone bastante entretenido aunque su final deja mucho que desear.
El resto en la zona spoiler.

Creo que Amadori fue el director que en Argentina más explotó la condición de estrella de Libertad Lamarque, le daba papeles acorde para que pudiera lucir todo su carisma y destreza en el melodrama, aunque sin quitarle toques de comedia para aligerar la cosa.
La historia es sencilla, un cliché que supongo ya se debía haber tocado antes en Hollywood, pero le sirve de excusa al director para los dotes de la actriz, de paso tiene muy buen ritmo, algo usual en Amadori, un director muy efectivo y hábil en eso, los diálogos son rápidos, chispeantes, incluso algunos todavía resultan graciosos hoy en día, la mezcla de melodrama y comedia está bien condensada.
Obvio es una película hecha para el lucimiento de Libetad Lamarque, a quien no le guste esta que pase sin ver.
Las canciones como en casi todas las películas de ella sobran, pero era una imposición de Lamarque que mínimo le permitieran cantar 3 en cada película, acá por lo menos el director le encuentra sentido a la última de las mismas, ya que su argumento se basa en el tango Caminito de Gloria.

No sé muy bien qué decir de esta película, no es ni buena ni mala, ni entretenida, ni aburrida, ni lenta, ni ágil, es difícil de definir, incluso dentro de un género, se podría decir que es un thriller porque sucede algo que lo empareja con ese género, pero no es ni el desencadenante, ni el centro de la trama, se podría decir que es el clímax, pero para mí no.
Creo que lo mejor es la forma en que encaran la relación de las 2 hermanas, como esta se va afianzando, desde la desconfianza mutua al principio a un amor que no llega a ser del todo positivo, y que termina siendo tóxico.
Los personajes están muy bien definidos, sobre todo las hermanas, tratan de huir al maniqueísmo aunque está claro que la inglesa es una sociópata desde el principio, no se van por el cliché, no es que viene a arruinar la vida de su hermana, no es esa su intensión aunque sin querer lo termina haciendo.

Hablar de semejante clásico es complicado, porque todo lo que se tenia que decir sobre el mismo ya lo ha dicho otros.
Creo que no me quedará más que darle la razón a algunos, por ejemplo hace unos años un critico dijo que uno de los errores de la película era haber elegido a Barbara Stanwyck como protagonista, y estoy de acuerdo, el personaje está escrito para que fuera una mujer hermosa, despampanante, y Stanwyck nunca lo fue, ni siquiera es linda, era una buena actriz pero no la indicada para el papel, quizás Marlene Dietrich o Lana Turner, pero la eligieron a ella por ser la actriz más exitosa de ese momento con la que contaba el estudio, y aunque comercialmente les salió perfecto, para mí es como la mancha en el mantel.
Otros han dicho que Fred MacMurray tampoco era el indicado, ahí estoy en desacuerdo, me parece que si fue una buena decisión, el tipo era perfecto para el papel, un agente de seguros atractivo pero nada del otro mundo, que podía ser lo suficientemente estúpido como para dejarse seducir y manipular por alguien que acababa de conocer.
El resto la verdad que es irreprochable, los diálogos de Raymond Chandler, porque cualquiera que haya leído alguna de sus novelas sabe que estos son casi todos de su pluma, el mismo sarcasmo a veces teñido de cinismo, el romanticismo desencantado, etc, mezclado con la agilidad de Wilder hacen que sea un trabajo enorme, y que uno se olvide de que la belleza fatal Stanwyck no existe o de la falta total de química entre ésta y Fred MacMurray.