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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
9
8 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Disfruta de este día a plenitud porque, si mañana te va mal, te queda la ilusión de volver a recordar, cuantas veces quieras, el día de hoy… y si de nuevo te va bien, ¡tendrás energía y entusiasmo a borbotones!

A Jeff Bailey (así se llama ahora), le está yendo bien: tiene su propia estación de gas; trabaja con un chico sordomudo eficiente y leal… y tiene una linda novia, Ann, que lo adora y cree en él fervientemente. Pero, llega un día en que, ante él se aparece Joe, un viejo conocido llamándolo a un nuevo encuentro con su antiguo cliente, Whit Sterling… y, en ese momento, un oscuro y amargo pasado regresará a su memoria y decidirá contárselo a Ann para no vivir con secretos.

Así despega este valioso film noir, que comenzará como una furtiva historia de amor, hasta irse transformando en una intrincada trama con asesinatos y complot a bordo, donde nadie es exactamente lo que parece… y algunas cosas tienen otro sentido del que, en primera instancia, sugieren (el cierre, por ejemplo, es perfecto).

Geoffrey Homes (seudónimo de Daniel Mainwaring), quien hizo las veces de guionista partiendo de su novela, “Build My Gallows High” (algo así como: Construye Bien Alta mi Horca), consigue un minucioso argumento con personajes muy sólidos y una serie de giros bastante novedosos… y con mayor flujo de pertinentes diálogos que de acciones atroces, el filme logra aflorar un puñado de respuestas de doble calibre, entre unos caracteres humanos de intensos potenciales y de inimaginables decisiones.

El director, Jacques Tourneur, tuvo un gran acierto al servirse de nuevo del camarógrafo-iluminador (ahora llamado cinematografista), Nicholas Musuraca (“Five Came Back”, “Golden Boy”, “Cat People” …), cuyos logros en iluminación y composición de planos, fueron de una eficacia definitiva en el impecable resultado del filme. Cada imagen luce cuidadosamente pensada para significar desde la tríada -luz-plano-posición actoral, y el filme redondea, así, una efectividad del 95%.

Creo haber visto una treinta de los títulos más sobresalientes de la filmografía de Robert Mitchum y teniendo algunos roles muy buenos (“Night of the Hunter”, “Heaven Knows Mr. Allison”, “Cape Fear”…), nunca me sentí tan a gusto como ahora, pues, además de la gran naturalidad de su actuación, que lo pone de tú a tú con el gran Kirk Douglas, logra recrear a un personaje pletórico de fuerza interior y de un gran atractivo humano.

También las tres mujeres (Jane Greer, Virginia Huston y Rhonda Fleming) que darían para hablar un largo rato, además de muy bellas, hacen lo suyo con suma efectividad, y con tareas muy bien ejecutadas, todo redunda en una realización de alto nivel, quedando, << RETORNO AL PASADO>>, como un filme digno de cualquier antología.

Título para Latinoamérica: TRAIDORA Y MORTAL
Luis Guillermo Cardona
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8
6 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una imagen en la revista Life, en la que su hija de 16 años, Janie, aparece recibiendo un beso en la mejilla que le da, Scooper, su pretendiente, en una Fiesta de Mantas, preocupa seriamente a Charles Conway, su padre, quien ahora piensa que, la nueva generación, está haciendo cosas que sobrepasan lo debido… y más preocupado va a estar, el sr. Conway, cuando se entere de que, el ejército se asentará en Hortonville para aquello de las maniobras militares. Presintiendo el peligro que corren las muchachas con el arribo de cientos de soldados, en su periódico, Hortonville Times, el padre de Janie publicará un editorial donde tratará de proteger a la sana juventud de su ciudad oponiéndose a las maniobras. Pero, las cosas siguen su curso… y lo que se avendrá, seguro que vale la pena verlo.

<<JANIE>>, comenzó como una comedia en tres actos que, Josephine Benthan y Hershell V. Williams Jr., escribieron en 1942, y estrenada en varias salas de Broadway durante ese mismo año, tuvo un total de ¡642 representaciones! Se trata de una festiva historia para celebrar los grandes logros que, durante la II Guerra Mundial, venían teniendo los Aliados, y exaltar a las fuerzas armadas estadounidenses era realmente merecido.

La trama es picaresca y bastante divertida, dando claras demostraciones del gran entendimiento que alcanzan los jóvenes, ¡aunque aún no lo sepan todo de la vida!... y también les recordará a los adultos -aquí la voz de la conciencia será, John Van Brunt, el ‘des-acomodado’ director de la Cámara de Comercio- que es bueno hacer memoria para tener de presente las cosas que, en su juventud, hicieron.

Joyce Reynolds -actriz que, en la vida real, se casaría luego con un posesivo marine que, de inmediato la alejaría del cine, no pudiendo aparecer en la secuela que se hizo dos años después: “Janie gets Married” de Vincent Sherman-, interpreta de manera encantadora a Janie, una talentosa y recursiva chica que se verá metida en el embeleco de tener dos pretendientes: el uno soldado y el otro -todavía- civil… y además, tendrá que vérselas con su pequeña hermana, Esbeth (Clare Foley, la única actriz del reparto que estuvo en las representaciones llevadas a cabo en el Henry Miller’s Theatre), una vivaracha que, a todo lo que ve, le sacará partido. La propiedad con la que esta pequeña se mueve en escena, fue el resultado de las muchas representaciones teatrales en las que estuvo… y hay que decir que resulta ¡maravillosa!

El director, Michael Curtiz, se anotó aquí otro éxito comercial (en solamente Estados Unidos, dejó en taquilla 1’700.000 dólares de 1944)… y era ésta, para él, una producción de “descanso”, pues, venía de hacer filmes tan exigentes como, “Mission to Moscow”, “This is the Army” y “Passage to Marseille”… pero, el que sabe, sabe, y lo mismo con cien mil dólares que con un millón, él podía ofrecer resultados bastante satisfactorios.

Es seguro que, con <<JANIE>>, se puede recordar una época que, contra todo, también hizo espacio para momentos bastante divertidos.

Título para Latinoamérica: TENGO DOS NOVIOS
Luis Guillermo Cardona
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6
30 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un usuario asiste a consulta holística (o psicológica) y comienza a contar su problema, en la mayoría de los casos, empieza más o menos así: “Mire doctor, es que mi marido esto, eso, y aquello… ¡y ya no lo aguanto más!” o “Vea, hombre, es que tengo una mujer insoportable porque hace esto, y aquello, y esto otro… ¡y ya no sé qué hacer con ella!”

Pensando en esto, en varias ocasiones me hice una pregunta: ¿Por qué será que la gente no cambia? Las parejas se disculpan, prometen, aseguran, se perdonan, se toleran… ¡y todo sigue igual, cuatro o cinco días de sol y vuelve la tormenta!

Al final, llegué a una conclusión: La gente no cambia porque siempre está queriendo cambiar a los demás. “El infierno son los otros” –dicen, al igual que el escritor y filósofo Jean-Paul Sartre- “si él… o ella… o ellos cambiaran, yo sería feliz” … y he ahí el muro infranqueable porque ¡la única persona que tiene que cambiar, soy Yo! Desde el mismo momento en que comience a modificar la suerte de energía que emito, comenzará a transformarse la energía que recibo. Cambia tú y todo cambiará a tu alrededor. Todo lo que me sucede, yo lo creo, lo permito o lo fomento, por lo tanto, soy yo el que tengo que irradiar energía positiva (impregnada de carácter, integridad, respeto, generosidad, tino y buen humor) y, es entonces, cuando me doy cuenta de que el infierno ya no va más, ya nada tiene que ver conmigo. ¡Yo soy el infierno o yo soy la gloria! “De aquello que das, es lo que vas a recibir” -dicen los maestros- “Es con el otro que te salvas o es con el otro que te condenas”.

Resulta, pues, contradictoria la tesis que sustenta, Sartre, en su obra “Huis Clos” (A puerta Cerrada, 1944), porque, curiosamente, los antecedentes y las nuevas acciones de los personajes dan cuenta de la ley de compensación… aunque, otras actitudes pueden entrar a confirman el particular mecanismo de proyección que se pretende con ciertas frases. Claro que, como la historia se escribió y se estrenó cuando todavía, Francia, seguía ocupada por los alemanes (II Guerra Mundial), el cuento bien puede sonar a metáfora para indicar que el infierno son los nazis invasores.

Con un guion de Pierre Laroche, la directora, Jacqueline Audry, consigue una adaptación bastante divertida, incluyendo algunos agregados muy atinados y particularmente ingeniosos. El filme se mofa de las descripciones del averno largamente cacareadas por la iglesia de Roma y propone un ambiente más creíble… ¡que no menos tormentoso! aunque, en la realidad, el gehena que producían los nazis se acercaba más a la descripción de la iglesia. Como puede verse, un juego de contradicciones que hacen lucir al filme como una suerte de parodia donde nada es serio, pero podría ser muy serio.

Arletty, la lesbiana Inés; Frank Villard, el cobarde Garcin, y Gaby Sylvia, como Estelle, la loba con piel de oveja, hacen un ameno trío de condenados; y junto a ellos, Ives Deniaud, es un simpatiquísimo Mozo, quien hace que, el infierno, no parezca una tragedia.

<<A PUERTA CERRADA>>, tiene aroma a Sartre y ya por eso vale la pena.
Luis Guillermo Cardona
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6
17 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A medida que escuchamos ese lenguaje coloquial de la pareja Jean-Nelly que intenta -sin lograrlo-jugar a la poesía; al escuchar al joven pintor que desencantado de la vida tomará una buena decisión… y otra que quizás no lo sea; cuando, en el negocio de Panamá, conocemos a esa gente de pueblo solidaria y consecuente con los suyos… y cuando vemos a ese soldado de mediana edad que viaja en un camión hasta llegar a Le Havre, es fácil asociar todo esto con la vida personal del escritor, Pierre Mac Orlan (19-19), quien, en su juventud, intentó escribir poesía; anheló pintar como Toulouse-Lautrec; redactó artículos para el periódico anarquista, Le Libertaire, exaltando la revolución proletaria; y estuvo enrolado en la infantería de marina durante la I Guerra Mundial.

Con estas experiencias, fue que surgió en, Mac Orlan, la idea de la novela, “Quai des Brumes”, que publicara en 1927. En la obra, la historia transcurre alrededor de 1910, en París, y comienza cuando Jean Rabe, un hombre joven, ocioso y sin dinero, llega hasta el Cabaret Au Lapin Agile (punto de encuentro, en la vida real, de artistas como Max Jacob, Pablo Picasso… y el propio escritor) y allí conocerá a Frederic, el solidario guardián, y a la joven y bella bailarina, Nelly, quien le devolverá el apego por la vida.

El guion que escribiera, Jacques Prevert, para la película que dirigió, Marcel Carné, conserva el título, <<EL MUELLE DE LAS BRUMAS>>, pero, tiene las habituales y, esta vez, muy marcadas variaciones. La única explicación que recibimos sobre, por qué, Jean, luce en plan de desertar del ejército, queda deducirla -libremente- de una frase que, éste, dice al camionero que lo transporta hasta Le Havre: “Parece fácil disparar como en las ferias (…), disparas y luego el tipo lanza un grito, con las manos se agarra el vientre, y luego sus manos enrojecen y caen. Se queda uno sin comprender nada de lo ocurrido”.

Pero, ni siquiera el indudable talento interpretativo de Jean Gabin, lo salva de lucir poco adecuado para su personaje que, en la novela es, lógicamente, bastante joven. Aquí, es un hombre de 34 años (mediana edad en su época) que, sin nada que ofrecer –ni siquiera amabilidad-, atrae, hasta el apasionamiento, a la bella jovencita Nelly de 17 años (exactamente la edad de Michèle Morgan al momento del rodaje) y con un perro siempre detrás -que, objetivamente, aquí luce como un estorbo- sostiene un romance que, ¡hay que tragar saliva para creerlo!

Adicionalmente, no vemos a ningún sabueso del ejército que tan siquiera le siga… y lo peor ocurre con la presencia de tres, ya criaditos, aspirantes a gánsteres que, en todo momento, lucirán como pelagatos de comedia.

La película fue prohibida algunos años en Francia, “porque la presentación positiva de un desertor puede tener efectos desmoralizadores en un país ocupado” … y aunque el realismo-poético-social fue un buen intento por parte de Carné, el filme emana ahora un aire ciertamente deslucido y el romance de la huérfana y el desertor comienza a verse bastante desteñido. Razón tuvo, Jean, en el momento en que dijo: “Es horrible enamorarse como un Romeo y tener la cara de un Barba Azul”.
Luis Guillermo Cardona
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9
10 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo espiritual, lo esotérico y la metapsicología, fueron temas que interesaron muy seriamente al escritor y filósofo británico, Aldoux Huxley (1894-1963), a quien se considera uno de los mayores representantes del pensamiento moderno. Amplio conocedor del pensamiento de Rabindranath Tagore, Jiddu Krishnamurti, Swami Prabhananda y muchos otros autores espirituales (uno de sus libros favoritos fue, “El Libro Tibetano de los Muertos”). Huxley, autor de novelas tan celebradas como Point Counter Point (Contrapunto, 1928), Brave New World (Un Mundo Feliz, 1932) o The Genius and the Goddess (El Genio y la Diosa, 1955), fue también el autor de un cuento titulado, The Gioconda Smile (La Sonrisa de la Gioconda, 1938), el cual fue trasladado al teatro y luego convertido a guion cinematográfico por él mismo.

Fue el director húngaro, Zoltan Korda, quien se animó a dirigirlo, haciendo él mismo las veces de productor, y con pequeños giros, pero, fiel a la trama original de Huxley, se rodó con el título, <<VENGANZA DE MUJER>>, y el resultado en una brillante realización, muy bien guiada en toda su estructura, lo cual posibilita varios niveles de lectura bastante interesantes:

El primero, enmarcado en el estudio psicológico, es el progresivo trastorno psíquico que va desarrollando una mujer de mediana edad, Janet Spence (Jessica Tandy en un rol inolvidable), quien, desde muy joven mantiene una relación que, muy a su pesar, se da en términos puramente platónicos con un hombre mayor que ella, el cual la tiene en la mayor estima, pero, no consigue verla como Mujer, pues, su padre, es también para él como un padre.

Henry Maurier (aquí de origen francés para acomodarlo al actor, Charles Boyer), es un hombre adinerado, casado con una mujer, Emily, la cual ha dejado de ser bella y ahora está bastante reducida por una enfermedad del corazón. En secreto, Maurier tiene una linda amante de 18 años, y contra los pronósticos de Janet, tomará con ella una decisión que rebosará su copa. Los detalles son muy puntuales; las frases “inocentes” pueden ser muy hirientes; y lo que sucederá, luego, dará lugar a la segunda lectura que permite la trama y que, a mi modo de ver, es aún mucho más valiosa.

(Aquí debo aludir a situaciones claves) Entramos a un excelente alegato contra la pena de la muerte, pues, va a demostrarse cómo el móvil, los hechos y las palabras, pueden, totalmente, ser usadas con absoluta efectividad contra un sindicado… y aún así, éste puede ser inocente, pues, aunque no hay una duda razonable, queda una pequeña e ignorada, pero, contundente acción, a la que solo puede acceder alguien que conozca muy de cerca a los involucrados.

Los hilos son muy precisos, y la manera como, el Dr. James Libbard (magnífico, Cedric Hardwick), va llevando el proceso con el que pretende una auto-delación, además de ejemplar, por la sutileza con que lo maneja, contiene un sentido humano de enorme significado: Es su creencia incondicional en Henry la que lo ilumina para salirse con la suya.

En este punto, surge otro aspecto que resalta en la historia, y es el que, según como se vea, puede empañar un poco la brillantez de esta gran película. Queriendo respetar el sentir de Huxley, Korda consiente en que, las cuatro mujeres que protagonizan resulten lamentables: Emily por lo obstinada y rencorosa; Janet por su empecinado afán de venganza; la enfermera Braddock por su resentimiento contra los varones; y Doris, por su falta de fe en el hombre que tanto dice amar… y semejantes caracteres en algo empañan al maravilloso sexo femenino.

Salvo esta improcedencia, con <<VENGANZA DE MUJER>, estamos ante un filme de fuertes significados.
Luis Guillermo Cardona
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