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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
7
30 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“China Sky” (1941), fue la primera novela de la llamada, Trilogía de China, que publicara, Pearl S. Buck, y apareció, inicialmente, en forma de serial en la revista Collier’s Weekly. Después vendrían “China Gold” (1942) y China Flight (1943), pero éstas dos no han sido llevadas al cine.

Ambientada durante la invasión japonesa a China en la II Guerra Mundial, la historia alude a un triángulo amoroso que se desenvolverá en un hospital de guerra donde un médico estadounidense, Gray Thomison, regresará, esta vez casado, para pena y aguante de la Dra. Sara Durand, quien lo ama profunda y silenciosamente. La nueva esposa, Louise, es una mujer muy bella, pero, por ser de clase alta, se sentirá muy incómoda entre los humildes campesinos chinos que permanecen en el hospital y tampoco resistirá los constantes bombardeos que los japoneses llevan a cabo en la zona, lo cual obliga a marchar a un refugio en la montaña donde la convivencia es bastante hacinada.

Lo más atractivo de esta historia –trasladada a guion por, Brenda Weisberg y Joseph Hoffman, con ciertas libertades- es ver como todos los personajes, para bien o para mal, actúan impulsados por el amor: Gray Thompson (así se apellidará en la película), siente una gran empatía con el pueblo chino y con la magia de sus tierras. La Dra. Durand, se siente tan unida a él que, todo lo que hace, le produce una satisfacción inmensa. Chen-ta, el líder de la guerrilla, lleva a su pueblo en la sangre y le produce una gran complacencia llegar al hospital porque, allí, encontrará a Ling Siu-Mei, la enfermera que lo trae de cabeza. Little Goat, el joven asistente, se siente tan valorado que, cada día, crece su sentido de pertenencia a la institución… y aún, los del lado opuesto, actúan por amor a un hombre, a una mujer o por amor a su patria.

Que, “la unión hace la fuerza”, es otra cosa que demostrará la gente de Wan-Li (Chen-Li en la novela) y ya veremos ese sentido de patria y trabajo colectivo que, con el paso de los años, convertiría a China en la potencia que es hoy. Eran estos los tiempos en que la escritora, Pearl S. Buck, como esposa de misionero, amaba profundamente a China porque se sentía plenamente aceptada.

Con una impecable fotografía en blanco y negro de Nicholas Musuraca, el director Ray Enright, logra un ambiente de remembranza muy eficaz y el filme, cuidadosamente editado, nos mantiene absorbidos porque, además, cuenta con muy aceptables actuaciones de Randolph Scott, Ruth Warrick, Ellen Drew y Anthony Quinn. Mención para el pequeño “Ducky” Louie, con gran carisma en su rol de Little Goat.

<<LOS GUERRILLEROS DE CHANTA>>, vuelve a demostrar que, es muy favorable tener horizontes semejantes para poder asegurar que una relación perdure.

Título para Latinoamérica: <<BAJO EL CIELO DE CHINA>>
Luis Guillermo Cardona
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10
28 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los ‘Angry Young Men’ (Jóvenes Airados) fue, y lo será por siempre, un grupo de escritores ingleses, inconformes con el mundo que les tocó vivir, en el cual imperaban las desigualdades, la hipocresía de las clases altas, el conformismo de los mayores… y la explotación a diestra y siniestra para beneficio de unos pocos.

John Osborne, Harold Pinter, Samuel Beckett, Colin Wilson y Alan Sillitoe, fueron, entre otros, algunos de los más reconocidos autores de novelas, obras de teatro, cuentos y guiones cinematográficos con los que plasmaron la más clara radiografía de un mundo que reclamaba -y sigue reclamando- a gritos su transformación.

Nacido en Nottingham (la ciudad que siempre recordaremos por la eterna historia de Robin Hood), Alan Sillitoe (1928-2010), hacía parte de una familia de clase obrera y su padre trabajaba en la Raleigh Bicycle Company. Tras haberse unido, en 1946, a la Royal Air Force, deseoso de contribuir al exterminio de los nazi-fascistas que azotaban a Europa, enviado a Malasia enfermó de tuberculosis y se le concedió la baja en 1949. Durante este tiempo, se incrementó su gusto por la lectura… y terminó escribiendo con la misma pasión de los autores a los que leía.

Mientras vivía en Mallorca, España, quiso plasmar los recuerdos que tenía de su familia y de su propia juventud, y así surgiría la novela, “Saturday Night and Sunday Morning”, la cual se publicó en 1958, siendo, él mismo, quien luego haría la adaptación a guion cinematográfico para el primer largometraje de ficción que dirigiría, Karel Reisz. La relación de amistad que, éste, sostenía con el productor y director, Tony Richardson -con quien había co-dirigido el cortometraje, “Momma don’t Allow” (1955)-, hizo posible que, Richardson, le asignara la dirección de, <<SÁBADO NOCHE, DOMINGO MAÑANA>>, y el resultado es un filme con un claro toque documental que recrea, de manera muy vital y sin falsos pulimientos, las experiencias de un joven que desea vivir con intensidad cada día de su vida, pero, para lograrlo tendrá que chocar con la inercia de su padre, con la impertinencia de los mayores, con las limitaciones que impone la desigualdad social… y hasta con los errores que él mismo comete por su falta de experiencia.

La película goza de naturales y muy creíbles interpretaciones a cargo de un novel, Albert Finney (Arthur), y de las veteranas Rachel Roberts (Brenda) y Shirley Ann Field (Doreen), quienes compartirán su corazón, su lecho y sus travesuras.

El filme fue galardonado con tres premios Bafta (Mejor Filme, Mejor Actriz-Roberts, y Mejor actor-promesa-Finney) y, en 1999, el British Film Institute, lo ubicó en el puesto 14° en el Top 100 del Cine Británico.

Título para Latinoamérica: TODO COMIENZA EL SÁBADO
Luis Guillermo Cardona
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7
22 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En, Port-sur Sarthe, un pueblo imaginario de clase alta, vive una chica de 16 años llamada, Corysande, aunque ella prefiere que la llamen, Chiffon (un término despectivo traducible como trapo o andrajo) … aunque a ella la atrae como una expresión de rebeldía contra la gente de su clase. La acompañan su madre, su padrastro y un “tío” (hermano del padrastro) … del que Chiffon, aún no se entera, que la atrae más de lo que supone. Es él un hombre de mediana edad y no muy apuesto, pero, su respeto y galantería con la muchacha la hace sentir muy a gusto en su presencia. Una fría noche, Chiffon conocerá al Duque d’Aubières, a quien llaman, Sargento, perdón, Coronel, por su rango militar… y también él se sentirá arrobado por esa chiquilla que se muestra coqueta y un tanto dócil. ¿Cuál de ellos merecerá su corazón?... ¡No le pregunten a la madre porque ella elegirá al que más dinero tiene!

Fue, en 1894, que, Gyp, publicó, “Le Mariage de Chiffon”. Nacida como, Sibylle-Marie-Antoinette de Riquetti de Mirabeau, ésta célebre autora francesa de más de cien obras literarias, en su mayoría novelas, fue una rebelde para su época, muy avanzada en sus ideas, proponiéndose satirizar a la sociedad mundana que le tocó padecer, al tiempo que participaba en las luchas nacionalistas.

La novela -llevada primero al cine, en 1918, bajo la dirección de Alberto Carlo Lolli, pero, sin lograr la menor trascendencia-, fue adaptada de nuevo por, Maurice Blondeau y Jean Aurenche, y puesta a cargo del director, Claude Autant-Lara, se convirtió en una simpática comedia que tiene muy buenos momentos (la larga secuencia con el zapato de Chiffon; la discusión con la madre por el diario de su hija; la nota que Jean quiere que lea el Duque…), pero, en otros momentos, falta ese mismo brillo que hubiera dado al filme una mayor trascendencia.

El reparto, encabezado por, Odette Joyeux (quien tenía 28 años al asumir el rol de Chiffon), logra un notable encanto, sobre todo, cuando quien la secunda es, André Luguet, quien, como el sargento, qué digo, ¡Coronel!, demuestra un apreciable carisma y una simpatía que refuerza muchas escenas.

Una nueva versión, dirigida por Jean-Daniel Verhaeghe, se haría en el año 2009, lo que da cuenta del innegable atractivo que tiene esta comedia de costumbres con la que se pasa un rato agradable.

Título para Latinoamérica: <<EL CASAMIENTO DE CHIFFON>>
Luis Guillermo Cardona
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8
19 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay momentos en los que, un hombre, tiene que decidir entre defender su honor aun a costa de su vida… o vivir para siempre de rodillas. Decidido lo primero, ya no prima la lealtad puesto que, ésta, tiene un límite: No puede traspasar mis derechos ni vulnerar mi dignidad sin mi consentimiento… porque ahí muere. Ya no cuenta el agradecimiento, si se está haciendo abuso de él y se arrebata lo que me pertenece por un derecho libre y legalmente adquirido; y ya no valen las leyes si, éstas, están -violatoriamente- del lado de los “poderosos”.

En esta situación va a encontrarse, Yogoro Sasáhara, cuando a la mujer que tomó por esposa -aún en contra de los deseos de su madre, y a la que, mientras más conoce, más ama-, se le pida devolverla al gobernador del clan Aizu al que pertenecen él y su familia, pues, habiendo sido el propio Señor, Masakata Matsudaira, quien decidió casarla con su vasallo… ahora (tres años después), quiere tenerla de regreso sin importar que la pareja, incluso, ya tiene una hija. Queda pues, la obediencia o la rebeldía, y por suerte, Yogoro tiene un padre que sabe harto del honor… ¡y ambos van a tener que tomar una decisión a todo riesgo!

Segunda novela del escritor, Yasuhiko Takiguchi (“Hairyô Tsuma Shimatsu”), en ser llevada al cine por Masaki Kobayashi, el director de la inolvidable, “Seppuku” (Harakiri), película y novela entre las que es posible encontrar ciertas similitudes, empezando con que ambas transcurren durante el Shogunato Tokugawa (1600-1868), y en ambas, el honor mancillado tiene un altísimo peso.

Una vez más, el ambiente comienza siendo decididamente teatral y, el director, no lo disimula manteniendo largos planos abiertos y unos pocos espacios comunes… pero, a medida que el drama va alcanzando la cúspide, llegan los exteriores, la narración se vuelve más ágil, y el filme gana con cada nuevo plano con el que demuestra que es un verdadero artista.

En los diálogos, es posible encontrar la más clara y precisa definición del honor... y aquellos hombres de un pasado felizmente extinguido, cobran actualidad con aquellos rasgos de gran valor que también había en ellos. La lucha de clases queda también finamente plasmada, y de nuevo, se recuerda que el poder corrompe y que, los “poderosos”, siempre tendrán que contar con que, habrá hombres valientes y justos, dispuestos a hacer tambalear sus sólidas estructuras.

El reparto, encabezado por el gran, Toshiro Mifune (Isaburo Sasáhara), Yôko Tsukasa (Ichi), Gô Katô (Yogoro) y Tatsuya Nakadai (Tatewaki), impone gran fuerza a un drama de alto calibre donde lo psicológico y lo sociológico darán forma a amplios significados.

Sin duda, <<EL SAMURÁI REBELDE>>, es cine japonés de notable calidad.

Título para Latinoamérica: <<LA REBELIÓN DE LOS SAMURÁIS>>
Luis Guillermo Cardona
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9
31 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como, Tratado de Guadalupe Hidalgo, se conoce al acuerdo definitivo al que llegó México con los Estados Unidos de Norteamérica, luego de terminada la guerra que ambos países sostuvieron entre 1846-1848, la cual tuvo lugar dadas las constantes pretensiones expansionistas del imperio del tío Sam. Al acuerdo se llegó, forzosamente, luego de que los gringos se tomaran a Ciudad de México, y para su liberación, exigieron la ventajosa entrega de los territorios de Alta California, Nuevo México y Tejas… territorios que, luego, se sumaron a Colorado, Arizona, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Es decir, México tuvo que ceder más de la mitad de su territorio a las fauces imperialistas… y todavía, cuando EE.UU. ratificó el tratado, osaron eliminar el acordado artículo 10 al tiempo que modificaron el 9, donde se garantizaba el respeto por las concesiones de tierra previamente hechas a los mexicanos y se aseguraban sus derechos ciudadanos.

Probablemente, este hecho pudo haber servido de inspiración para la historia, “Invitation to a Gunfighter”, que, en 1957, escribieran, Hal Goodman y Larry Klein, la cual se convirtió, inicialmente, en un episodio del programa televisivo, Playhouse 90, el cual fue dirigido por Arthur Penn y protagonizado por Hugh O’Brian, Anne Bancroft y Gilbert Roland. Algunos años después, Elizabeth y Richard Wilson, extendieron la historia a un guion cinematográfico y convencieron a, Stanley Kramer Productions, para que hiciera posible realizar la película, la cual, el propio Wilson, conseguiría dirigirla.

<<INVITACIÓN A UN PISTOLERO>>, comienza con, Matt Weaver, un joven confederado (ya sabremos la poderosa razón por la que se sumó a este bando rebelde) que, a su regreso a casa, luego de terminada La Guerra Civil (1865), descubre que su madre ha muerto y que su casa fue vendida, mediante un remate ilegal, por el banquero y mandamás del pueblo, Sam Brewster. Cuando, Matt reclama su derecho ante las autoridades, están se limitan a expulsarlo del pueblo, pero él decide quedarse… y ante la amenaza que representa, el banquero contrata a un pistolero profesional que andaba de paso, pero que, al enterarse de lo que sucede, decide hospedarse unos días en el pueblo.

Lo que sigue, es una impecable historia que, por momentos, contiene cierto humor negro (herencia inevitable de Goodman-Klein), pero que, de pronto, se convierte en un drama humano altamente sensible y decididamente crítico, cuando ilustra la desigual lucha de clases a que se ve sometido el arrinconado pueblo mexicano.

Yul Brynner, con su inefable personaje, Jules Gaspard D’Estang, nos asegura un ambiguo carácter que nos brindará unas buenas sorpresas a lo largo de la historia, y su alto carisma -un poco al estilo del, Rick Blaine de “Casablanca”-, logrará que tengamos con él una gran empatía y un aprecio inevitable. Janice Rule (Ruth), Pat Hingle (Brewster) y, George Segal (Matt), complementan magníficamente este singular western que me ha dejado hondamente satisfecho.
Luis Guillermo Cardona
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