No se por qué se empeñan en enredar los argumentos de unas películas destinadas fundamentalmente a pequeños y adolescentes. Todo esto viene desde que Ang Lee dirigiera su particular y decepcionante versión de Hulk. Los primeros cien minutos como en aquella son bastante aburridos. Complican la trama con situaciones carentes de interés en las que explican los motivos por los que los protagonistas se enfrentan entre sí. Meten alguna escena de acción de persecuciones para no aburrir al personal pero a esas alturas la película se ha echado a perder. La cosa mejora al final con cuarenta vertiginosos minutos de acción de la buena. Eso hace que mejore la nota pero no resulta suficiente para alcanzar el notable. Le sobra gran parte del metraje del comienzo. Resumir más claramente los motivos por los que Batman, Supermán y Lex Luthor están cabreados entre sí.

Uno de los atractivos de la cinta es su conocido reparto aunque también hay varios peros. En primer lugar Jesse Eisenberg como Luthor no me convence. Es demasiado joven, no dudo de sus dotes como actor pero en esta ocasión no me gusta. Además parte de que la trama sea tan poco sugerente es culpa suya. Ben Affleck es un guaperas fotogénico y no tan mal actor como nos hacen creer, pero aquí tiene unas pintas de guarro a medio afeitar con un espantoso traje metálico que le da un aire de maquinero que no me gusta. Christian Bale daba más el pego aunque mi favorito siempre será Michael Keaton. Henry Cavill ya demostró en El hombre de acero ser un digno sucesor de Christopher Reeve pero en esta ocasión está retratado como un tipo débil y frágil cuando en realidad por sus super poderes es el más fuerte de todos. Gal Gadot como Wonder Woman no lo hace mal pero en esta primera entrega su personaje no tiene el suficiente peso como para ser recordado. Y en cuanto a la criatura resucitada a partir de los restos del general Zod, tiene un diseño bastante cutre y poco currado. Me recuerda al alien de Alien resurreción, muy feo. El resto del reparto cumple sin más.

Los efectos visuales y el buen hacer de Zack Snyder salvan de la mediocridad esta aceptable propuesta de super héroes que deja la puerta abierta a una continuación.

Insólita comedia de zombies co-producida entre España y Cuba y ambientada en La Habana. Se trata de una divertida historia sobre un grupo de pintorescos personajes que tratan de sobrevivir luchando contra una inexplicable plaga de zombies desatada en la famosa capital caribeña. Lo que más me gusto es su descaro y autenticidad. No se trata de una pobre imitación de las películas del género o de la serie "The Walking Dead" sino de una trama que aunque ya vista se narra desde el punto de vista cubano. Esto incluye críticas sarcásticas al régimen cubano cuando por ejemplo en los medios de comunicación trata de explicarse el origen de los zombies por un contubernio norteamericano. O cuando se considera disidentes drogados a los zombies. Los personajes interpretan sus papeles con sana naturalidad y resultan auténticos y muy divertidos. Los efectos especiales aunque cutres son muy imaginativos y la banda sonora es de lo más marchosa. Recomendable.

Antes de convertirse en una superestrella Russell Crowe protagonizó junto a Al Pacino esta joya dirigida por Michael Mann, que narra el duro pulso judicial de un científico contra la poderosa industria tabacalera americana. Crowe encarna a un científico, que después de descubrir que la empresa para la que trabaja utiliza un peligroso componente para hacer más adictiva la nicotina, es despedido por oponerse a su comercialización. Los ejecutivos de la compañía ante el temor a que se descubra todo el entuerto comienzan a presionarle para que no hable. Primero hostigándole y después, cuando Crowe acepta declarar ante el gran jurado, desacreditándole ante la opinión pública. Pero Crowe ayudado por un prestigioso periodista sigue adelante pagando un alto precio personal, su mujer le abandona llevándose a sus dos hijas.

El guión está basado en un historia real y viene a señalar con el dedo lo que era un secreto a voces, que las compañías de tabaco utilizan materiales cancerígenos para la elaboración de cigarrillos. El protagonista sufre un auténtico calvario personal al sacar a la luz el asunto. Un asunto tan grave que el periodista que lo investiga ve como su cadena televisiva se cuestiona la emisión del programa denuncia porque perjudicaría los propios intereses de la cadena. Su determinación por contar la verdad le hará enemistarse con sus colegas.

En definitiva, otro acierto de Michael Mann con una historia de denuncia magistralmente interpretada y bien escrita que aunque peca de ser algo larga lo cierto es que trata un tema muy interesante. El cuestionamiento de la ética periodística.

Mephisto narra la historia de un actor alemán que en los años treinta se dejó utilizar por los nazis para promocionar el régimen y al mismo tiempo medrar en su carrera. Aunque al principio se muestra favorable a las ideas comunistas en seguida reniega de ellas y se desentiende de la política para centrarse en su carrera como actor sin percatarse de los cambios políticos que se están produciendo en el país y que le irán dejando solo.

Me quedo con el trabajo de Klaus Maria Brandauer y el de Rolf Hoppe. Pero la película a pesar de ganar el Oscar no termina de llenarme. De la trilogía sobre el nazismo que István Szabó dirigió en los ochenta la que más me gusta es Hanussen el adivino porque es la más entretenida. A Mephisto la encuentro algo vacía como con falta de más sustancia. Es interesante porque refleja muy bien el carácter de todos aquellos alemanes que no quisieron ver lo que sucedía en su país ante el imparable aumento del nazismo pero a la película le falta algo.

Brandauer encarna con convicción a un actor egoísta obsesionado con alcanzar la cima y que no dudará en entenderse con los dirigentes nazis para lograr la gloria al precio que sea sin importarle las consecuencias. El plano final deslumbrante y nunca mejor dicho.

En su día se la comparó con El sexto sentido estrenada con pocas semanas de diferencia y eso la perjudicó porque la de M. Night Shyamalan es superior lo cual no quiere decir que ésta sea mala. Cuenta la historia de un hombre que después de someterse a una sesión de hipnosis comienza a experimentar extrañas visiones que le perturban hasta que empieza a descubrir el sentido de las mismas que tienen que ver con el asesinato de una joven sin resolver.

La segunda película del prolífico guionista David Koepp es una estimable cinta de terror psicológico protagonizada por un correcto Kevin Bacon. Tiene un comienzo inquietante muy prometedor, después la intensidad baja un poco hasta el convincente desenlace final en el que no se deja nada sin atar. Buena.