El esquema de esta joyita indonésica es muy simple: 10 niños alumnos pobres a rabiar (en estado de gracia a nivel interpretativo ) , dos profesores (un hombre sabio y experimentado y una joven novata e idealista) y la ultima escuela de enseñanza islámica del poblado, que se cae a cachos y en perpétua amenaza de cierre dada su nula rentabilidad económica.

A partir de ahi Riza hilvana un emotivo relato iniciático y un canto a la amistad ( cómo no recordar "Cuenta conmigo"! ) que pese a caer en algunos lugares comunes del subgénero de escuelas y alumnos "problemáticos" (en este caso más por su entorno ) ,supone un soplo de aire fresco y una mirada nueva sobre el desencanto y las dudas de los maestros, la dignidad de unos padres humildes (ese pescador) y el coraje, el afán de superación, el primer amor y el sentimiento de pérdida de los jóvenes, entre muchos matices más.

Ojo, pese a proceder de Oriente, no es para nada una película "gafapástica" sino, y ahi reside su gran valor, una obra que a través de un lenguaje universal y para todos los públicos transmite unos valores asimismo universales. No es una crónica rosa ( aunque da un nuevo sentido a la expresión "flower power", hay contínuas bofetadas de realidad, ríes, pero también lloras. De hecho tiene todo lo que Hollywood suele premiar con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, incluyendo su fotografía,sus paisajes y su banda sonora.

Recomendada para niños de todas las edades, padres acomodados y sin ideales y de visión obligatoria para maestros "quemados" con más de 10 años de ejercicio.

Un pecado que películas como ésta no lleguen a occidente. Sales del cine queriendo ser mejor persona.

Ayer tuve la oportunidad de visionar esta rareza por cortesía de la Filmoteca Canaria. Porque la peli para empezar es de Indonesia, como sabemos gran potencia cinematográfica mundial, y además es un musical, pero no un musical al uso, sino que TODA ella está cantada, los personajes dialogan cantando tal como si de "Los paraguas de Cherburgo" se tratara. No en vano su título original es "Opera Jawa".

Si uno no sabe donde se esta metiendo, y que los actores no hablan, solo cantan y cantan y vuelven a cantar (y no son todos Placido Domingo y la Caballé) fijo que te descolocas, pero aguanta al menos 15 minutos, si te gusta vas a disfrutar como un bellaco, si te resulta insoportable mejor abandona la sala porque el resto es más de lo mismo durante dos horitas.

Ah,y también hay danzas y bailes por un tubo.

Basada en una antigua leyenda del folklore javanés (un triangulo amoroso, nada del otro jueves), el film adopta un tono que fluctua nada menos que desde la comedia hasta la tragedia griega, con apuntes de denuncia social.

La película es plásticamente deslumbrante, exóticos instrumentos musicales tradicionales tejen la banda sonora, las coreografias estn muy elaboradas (aunque algunas sean involuntariamente cómicas) y cargadas de una simbología a menudo incomprensible para el occidental ( esas bellísimas telas, esas estatuas, sombreros y bustos), pero de un tempo lento,muy lento. Los actores se mueven como pez en el agua, pero en algunos casos su expresividad facial no está a la altura de la corporal.

Yo disfruté con "Opera Jawa" porque entré en el juego que me proponía ,reconozco que se me hizo pelín larga, que a veces creía estar ante una obra maestra y otras me desesperaba por su cadencia parsimoniosa, pero sus virtudes superan con creces a sus defectos.

Una de las primeras películas sonoras de la etapa británica de Hitch, trata de los conflictos de intereses, egos y orgullo entre dos familias, una de "rancio abolengo"( textualmente del film ) y otra de "nuevos ricos"( idem ), rivalidad que les conduce hasta el extremo de utilizar el chantaje moral. El resultado es un melodrama que revela claramente su origen teatral( resulta significativa la cantidad de entradas de los personajes en los escenarios interiores a través de las puertas ) y que resulta estática y verbosa en exceso. Pero... ojo! está aderezada con algunas gotas de suspense que son de agradecer y un con interesante uso de los planos de detalle. Adaptación poco menos que de encargo por parte de su productor, es una muestra clara de que como el orondo director sabía salir airoso de proyectos que le resultaban del todo ajenos.
Cabe resaltar la escena de la subasta, quizás alargada en exceso, y también que supone la primera colaboración de Hitchcock con el entrañable Edmund Gwenn, al que posteriormente reclutaría para "Enviado especial" y, sobre todo, para "Pero...¿quién mató a Harry?

Honda impresión me ha causado el visionado de "Once". Tenía buenas expectativas, pero no esperaba encontrarme con tanta emoción inyectada en vena.
¿Qué puedo añadir yo que no se ha haya señalado en las críticas previamente publicadas? Suscribo plenamente lo comentado por Tury666, la película no necesita grandes alardes técnicos para transmitir más que toneladas de cine americano actual ( y también del no americano, seamos sinceros ). Esta historia intimista, universal, hecha a base de retazos de realidad y de pinceladas impresionistas, en la que todo fluye con naturalidad, logra una simbiosis, una conexión con cualquier espectador medianamente sensible realmente asombrosa.
Es cierto que tienes que aceptar su lenguaje,dejarte llevar por esas canciones que transmiten más en tres minutos que otros en treinta páginas de guión, por la complicidad ( demoledora ) entre los actores, entre ese "chico" y esa "chica" sin nombres que somos todos nosotros, por sus miradas, por lo que se dicen y sobretodo por lo que no se dicen.No en vano Hansard e Irglová vivieron anteriormente en la realidad una historia paralela que germinó en el regalo que ahora nos ofrecen.El aporta mucha fuerza, sentimiento y verosimilitud a su papel,mientras que a la bella checa la cámara la adora, su rostro, sus ojos transmiten una mirada limpia, pura.
Ciertamente no estamos ante una obra perfecta ( ni falta que le hace ). Es necesario participar del juego que nos propone, de su construcción a base de canciones ( si no lo haces incluso te podría resultar plomiza y repetitiva ), y como muy bien dice otro usuario llega un momento en que la progresión de la historia entre chico y chica llega a una pausa, para retomarse al final ( ¡y de que manera! ).
Para el recuerdo: la bellisima melodia que la pareja improvisa en la tienda de instrumentos musicales; el plano-secuencia nocturno de Marketa Irglová caminando por las calles mientas canta con los auriculares puestos, la conversación entre ambos en el mirador enmarcada por la melancólica costa irlandesa y, sobre todo, un final de los que te dejan K.O. Como la vida misma.
Será muy tópico ( pero no menos cierto ) tildar a "Once" de la película "indie" de la temporada, sorpresa del año, el "sleeper" etc. Yo aun diría más: es, probablemente, LA MEJOR PELÍCULA DEL AÑO. Me hizo llorar.

Descubrí esta semidesconocida película en mi juventud, cuando me dedicaba a devorar todo el cine que se me pusiera a tiro, e inmediatamente quedé fascinado por ella. Tarde años en tener la oportunidad de revisarla,y quizás vista hoy con ojos más críticos no la calificaría de obra maestra, pero opto por ser fiel a mis recuerdos y sensaciones. A fin de cuentas, el cine es para sentirlo, más que para analizarlo.
Se trata de un cuento de horror gótico, con tintes de humor negro, ambientado en Europa y que transcurre en su mayor parte en un siniestro caserón. El film del artesano Florey es una gran oportunidad para que estupendos actores de los que llamamos "de reparto" o "característicos" luzcan más de lo que suele ser habitual. Entre todos ellos destaca el inimitable Peter Lorre en uno de sus mejores papeles. El y sus ojos son el alma de esta producción,y sus escenas con esa mano con vida propia que da título a la película son de las que permanecen en la retina durante mucho tiempo.
Todo en "Beast with five fingers", su fotografia, su dirección de arte, su banda sonora, etc tiene el aroma a ese tipo de cine hoy ya imposible de hacer.
No me extrañaría nada que Roger Corman hubiera visto "La bestia con cinco dedos"antes de rodar su estupenda serie de adaptaciones de Edgar Allan Poe