Reconozco que en la primera entrega me interesó la historia y que logró su objetivo de captar mi atención; pero es que la resolución en esta segunda entrega resulta patética.

Marián Álvarez sí resulta creible pero a Tamar Novas le falta un cartelito en la frente que ponga "asesino en serie". Si a eso le unimos la sandez de interrogatorio que se montan con historia cruzada del pasado de la policía incluida, nos encontramos con una nadería absoluta que basa toda su fuerza en la crudeza de los asesinatos y descuartizamientos y no le saca el partido que se le podía sacar a lo realmente escalofriante de esta historia real: que alguien mate simplemente por descargar su ira interior y que escoja como víctima al primer amigo que se le cruce ese día por delante.

En la primera temporada la apuesta por lo cotidiano, lo cañí y el grupo de perdedores al que es imposible no coger cariño funciona y mucho hasta el punto de que se convirtiese en una de las sorpresas positivas del año pasado. Una gema oculta.

Pero en la segunda, todo se viene abajo. La politización progre y el adoctrinamiento que ya parece inevitable en cada serie o película (orientación sexual, ataque a los taurinos…), la pérdida del protagonismo absoluto de Quim Gutierrez, la entrada de Fran Perea o la explicación paranormal del Asunto hace que la serie naufrague por completo

Una lástima

Pese a las críticas mayormente favorables, veo alguna que otra decepción entre los fanáticos de la Ciencia Ficción. Será que dentro de mi cinefilia no soy acérrimo seguidor de ningún género en concreto y que prefiero ser aprendiz de todo antes que maestro de nada pero esta película con alma independiente y efectos especiales de superproducción me parece una auténtica delicia para el que quiera degustar dos horas de buen cine.

Desde la forma de narrar la historia en forma de documental con testimonios hasta la elección del antihéroe protagonista, desde la parábola del apartheid para alienígenas situándo la acción en un país donde el apartheid ha sido un modo de vida durante mucho años hasta un cierto parecido con el mito de King Kong en una de las escenas, desde el papel preponderante de la visión e influencia de los medios hasta la falta de escrúpulos comerciales... Todo, absolutamente todo, incluyendo temas tan revisitados como estos dos últimos, tiene en "Distrito 9" ese halo de especial que tienen las películas que quedan grabadas en la retina y trascienden de ser un mero vehículo de entretenimiento.

Quizás le sobre el dejar tan clara la continuación de la saga en futuras entregas; pero es un soplo de aire fresco que se agradece. No os la perdais

Soy amante del género de terror y, como tal, aunque me divierte revisitar una y mil veces los lugares comunes de este tipo de películas, me cuesta encontrar alguna que de verdad me de algo de miedo.

Pues bien; Sinister lo ha conseguido. Y lo hace porque las terroríficas imágenes en Super-8 se quedan grabadas en tu mente tras los títulos de crédito y vuelven a tu cabeza al dejar a oscuras la casa para irte a dormir como en su día ocurrió con la imagen final de La Bruja de Blair, los movimientos de Sadako con los frames trucados en The Ring o el sonido de una llamada telefónica al romper el silencio en la desconocida película coreana "Phone".

Papelón para un Ethan Hawke metido en formol que parece no envejecer pese a los 45 años que le alumbran y que, junto a la cámara de super8 es el protagonista absoluto.

Y, sí, claro que le sobran trucos propios del género como atronadoras subidas de volumen para lograr el climax o algún sustito previsible; pero es de lo mejorcito en cine de terror occidental que he visto en los últimos años.

Para la gente de mi generación, que crecimos con las peliculas de Rocky, esta serie es un MUST SEE.

El boxeo es sólo el vehículo para contarnos una maravillosa historia dramática donde "Luces", un ex-campeón de los pesos pesados retirado para dedicarse a su familia, se enfrenta a los golpes de la vida que a veces son incluso más duros que los que se reciben en el cuadrilátero.

Un dibujo magnífico de todos y cada uno de los personajes que hace que te olvides incluso de los lugares comunes que hemos visitado antes con tantas películas de boxeo.

Incomprensible que no tuviera éxito de público y no se hiciese segunda temporada; pero quizás mejor quedarnos con este buen sabor de boca que estirar el chicle hasta dejarlo sin sustancia como ha ocurrido con otras series.