A los diez minutos me he rendido ante el asqueroso doblaje perpetrado por Amazon Films o como se llame la productora. Es una pena, una vergüenza, un dislate de tal magnitud que es de no creer.
Cuando la consiga en VO ya la valoraré en condiciones.
Los espectadores no debemos tolerar estos atentados a la creación artística sin la menor de las corduras.
Nota: 1,75/10.

No voy a destripar aunque es sabido lo ocurrido al Sunderland tras bajar a la segunda división inglesa, y estar realizándose este documental sobre el club y ,sobretodo, los aficionados de la ciudad al norte de Inglaterra.
Es ágil en la narrativa y nos muestra los entresijos de un club profesional y cuánta gente se desvive para que los once en pantalón corto solamente tengan que preocuparse de darle patadas al balón.
Todo esto ya se ha mostrado con mayor o menor pericia, pero los acontecimientos que se van sucediendo hacen que la angustia que se palpa en toda la temporada eleve lo que iba a ser un documental "desde dentro" muy al uso en la actualidad, a un drama del que no puedes apartarte.
Si te gusta el futbol, y concretamente la cuna del fútbol, vas a disfrutar con este documental.

Porque adoro a Black Mirror, porque mi referente irreverente de los 90 es Atrapado en el tiempo con Bill Murraay a los mandos del cotarro, si retrocedo otra década ya me inspiro en Stranger Things...perdón! digo Los Goonies, porque el futuro es retro porque queda más cutre y cool a un tiempo, porque toda la música que debo meter rememore o suene a Joy Division, porque soy como Molly Ringwall pero sin John Cusack ni el contexto ochentero, y podría seguir hasta pasado mañana con más refencias...Y todo con una pátina pesimista/pasota vital que tanto subyuga a los que estamos pasando el ecuador del teatrillo...
Esto es una serie condenada a ser adorada por la especie Netflixiana y malentendida por el resto. Hay que ser viejoven para pillarla por completo, y a pesar de ello a día de hoy casi 2.250 filmaffiniteros la valoran rozando el 7 sobre 10.
Cosas veredes amigo Sancho...cosas veredes.

Un rollo, aburrimiento total; momentos de vergüenza ajena y alguna idea futurista original. Poco más se puede decir, salvo la incorrección política de que si fueran blancos los protagonistas de la historieta, la nota bajaría un punto al menos. El momento imitando a 007 con los gadgets en el laboratorio me revolvió las tripas.
Qué hacen ahí -poner el cazo, lo sé- Freeman, Basset y Whitaker? Qué pena penita pena.
Y para colmo, larga cual día sin pan del chino recién horneado. Se salva por su factura de una nota indecente.

Es áspera, seca, sin aderezos musicales ni puentes entre las escenas; y lo mejor sin duda: una duración breve de apenas veinte minutos directos a contarnos las peripecias de un cobrador de mafiosos de baja estofa.
No se puede explicar demasiado de lo que ocurre para no arruinar la experiencia, pero esta serie australiana es entretenida y violenta a partes iguales. Además, si no te convence tras dos capítulos, solamente habrás perdido cuarenta minutos de tu tiempo... ojo que a medida que avanza va mejorando.