Mientras los cerebros vacíos se dedican a regalar puntos como caramelos a cualquier basura con tiros, zombis y demás porquerías, los que de verdad amamos el cine, y sabemos que además de un entretenimiento es un vehículo de placer, gozamos como degenerados con esta maravilla que reúne a dos monstruos. Todo es perfecto: el relato, la sinceridad, la emoción, el montaje de archivo, el intercalado de escenas de películas (de modo que Ingmar por momentos es Ingmar, por momentos es Max Von Sidow, por momentos Earl Johanson, íconos también de la filmografía del más grande entre los grandes). Y todo en la voz y la emoción de Liv, su Stradivarius.

Espero que el Sr Stone, buen director pero siempre maniqueo en sus producciones más "ideológicas", alguna vez pida perdón por este panfleto asqueroso, que sienta vergüenza de creer ver representadas sus ideas en seres negros con Hugo Chaves, que además de todo lo que robó le dejó de herencia al pueblo venezolano un personaje patético, digno de una producción cómica ridiculizante de todo un mundo de locos en donde tendría muchas posibilidades de ser un ridículo rey, y un matrimonio argentino que nos deja para siempre en la historia de las mayores vergüenzas mundiales, ladrones de nacimiento y fascistas repugnantes. Será justicia.

Es increíble que tan cuidada adaptación de un libro tan famoso, con tan excelentes actuaciones, una extraordinaria recreación de época, con el acertadísimo acompañamiento musical de Morricone, las tonalidades casi siempre opacas que le dan el clima de tristeza implícita en la obra, aún en los momentos de mayor libertinaje, sea olvidada casi. Una bella y jovencísima Isabelle Hupper en un papel inolvidable, con los acompañamientos del siempre extraordinario Gian María Volonte, Bruno Ganz y también Fernando Rey exquisitos en sus papeles. Espero que alguien siga este consejo: una obra para volver a ver siempre.

Es muy difícil para alguien que escribe juzgar imparcialmente una obra como "Violette". Como supongo para alguien que no lo hace poder disfrutarla. Para estos, quizás carezca de interés, de significado, de atractivo. Y es comprensible. Quien escribe vive en un mundo distinto. Habrá escritores de oficio, que toman su tarea como una más, como podría ser la de un barrendero, un ingeniero o un contable. Pero quien escribe con el alma, quien lo vive como una pasión ineludible, vive y siente de una manera diferente al resto de los mortales. No es mejor ni peor que el resto; solo diferente.
Para nosotros entonces, esta recreación de una época tan cargada de significados, tan importante, con tantos personajes increíbles y situaciones tan ricas, y sobre todo a través de un personaje tan poco conocido y valorado, es un verdadero placer. Poco me importa, ni me he cerciorado, de si los hechos puntuales que se desarrollan se ajustan fielmente a la realidad. En toda obra, mayor o menor, lo que importa –lo que debería importar siempre- es el mensaje. Y está mujer, Violette Leduc, a través de su vida, tiene un mensaje importante. Una mujer que, cargada de soledad y de frustraciones, es impulsada, casi ya madura, un poco por azar o tal vez despecho o vaya a saber qué, a escribir lo que siente. Y con el coraje de la inconsciencia, presenta lo escrito nada menos que a Simone de Beauvoir quien, a partir de allí, se convertirá en su guía y su mecenas. Y nada más, a seguir la historia (pienso en Paul Auster, quien alguna vez dijo que la literatura salvó su vida). Una mujer encarnada magníficamente por Emanuelle Devos, con un excelente reparto que acompaña los acontecimientos y buena dirección.
Tal vez no sea demasiado objetivo para juzgar el resultado, pero creo que al menos merece 8 puntos.

Si se tratara de premiar la inteligencia, la película (y casi todo Linklater, por supuesto), ya tendrían asegurada la más alta calificación. Porque te tiene atrapado los 86 minutos en una conversación de hotel de dos muchachotes que no te da un segundo de respiro (soberbios Hawke y Sean Leonard), para rematarla con la presencia de Uma Thurman de manera magistral. Y ya casi en sus comienzos, el bueno de Richard se reía de toda la maquinaria estúpida de Hollywood, porque la cinta está filmada apenas con una cámara digital, sin música y encerrados en esa habitación en tiempo real. Todo sustentado por los actores y un guión que chorrea inteligencia.
Si se tratara de hablar de quienes califican aqui...y, que se puede esperar si tiene mejor promedio "Interestelar" que "Apocalipsis Now", por ejemplo, por no hablar de cualquiera de Bergman. Lamentables.