Atico sin ascensor es una tragicomedia donde dos abueletes, Morgan Freeman y Diane Keaton, como están mayores, quieren vender su ático sin ascensor en N.Y. y comprar un piso que tenga el necesario artilugio para su edad. Con esa premisa tenemos una peli amable, que se ve con una sonrisa, bien llevada pero poco original. Me encanta la relación de pareja, la complicidad que hay entre los creada con los años y la personalidad de ambos.Será porque estoy en una situación parecida, planteandome con mi mujer si vender el piso que tenemos por ciertos problemas e irnos a otro más cerca de la gran ciudad, con m´sa habitaciones y esas cosas. Pero no podemos permitirnos un piso tan bonito como el que tenemos ahora, que está hecho por nosotros, como quien dice, en el que hemos invertido tanto tiempo, tanto cariño, en el que cada detalle ha sido elegido por nosotros y que tiene unas vistas que nunca podría tener en la ciudad. Algo así les pasa a esta pareja, 40 años de vivencias en su hogar, que ahora venderlo se hace muy duro, y que a lo que aspiran es a algo peor que lo que tienen pero con el dichoso ascensor. Así que como me ha pillado tan cercano a mi situación me ha conmovido y me ha gustado mucho. Con el corazón frío he de afirmar que es una peli que ya hemos visto, ya sea Paseando a Miss Daisy o cantando en el coro, peli entrañable de ancianos que tampoco va a ningún lado, pero me ha llegado. Estas pelis si te pillan en el momento justo te encantan y sino pues se ve de buena gana y a otra cosa.

Omoide no Mânî (When Marnie Was There), la película del estudio Ghibli nominada al oscar de animación es un cuento precioso muy japonés hecho con animación tradicional. El estudio Ghibli nos tiene mal acostumbrados a darnos siempre cuentos delicados, preciosos, cargados de fantasía y realidad que se mezclan en la historia de Ana, una niña asmática que es enviada al campo a mejorar. Huérfana y sin amigos entabla amistad con una extraña niña, Marnie, que parece vivir entre la realidad y la fantasía, o entre este mundo y el otro. Poco a poco iremos descubriendo quién es cada cual y que relación les lleva a estar juntas por siempre en cierta manera. Hay que avisar que es una historia muy japonesa, es decir, pausada en el ritmo, algo contemplativa, llena de valores y pulcritud, y con su fondo de melodrama con el que, según te pille, puedes llorar a moco tendido si estás un poco sensible. Destacar la música de Takatsugu Muramatsu que apoya el aire de cuento irreal y el preciosismo de la película con una banda sonora sublime. Estas pelis las veo con mi hija que ha disfrutado, por fin, con una película de Ghibli, que normalmente le dan miedo en ciertos momentos. La hemos disfrutado mucho los dos porque es una peli en la que con cualquier edad puedes sacar una lectura que te llene. Ghibli ha conseguido de nuevo una peli sencilla, sincera, emotiva, mágica y muy poética.

Después de un par de fiascos por fin una buena peli, Sufragistas, sobre el movimiento nacido en Inglaterra que luchaba para conseguir el voto para la mujer en una época en la que solo estaban destinadas a tener hijos y traer cuatro perras a casa. Un grupo de mujeres irán más allá de las palabras para defender sus ideas. Muy bien planteada transmite la frustración y las penurias y vejaciones a las que se ven sometidas estas mujeres que luchan por algo que nos parece más que justo hoy en día. Sobria y bien llevada en su forma contiene unas interpretaciones llenas de pasión y fuerza. Carey Mulligan hace un papelón y Helena Bonham Carter está bastante comedida para lo que suele ser habitual en ella. Lo que sí es gracioso es el boom que se ha dado a Meryl Streep en esta peli cuando apenas sale en una secuencia. Una ambientación muy correcta de la época y una fotografía acorde y natural de la luz gris de Londres. Una peli dura y emocionante a la vez que consigue provocarnos sensaciones indignantes y vergonzosas por las situaciones que vemos en ella. Si algo se le puede echar en cara es el no abrir mucho los planos centrándose en la potencia de sus personajes. Cuando amplía los planos y nos muestra la carrera de caballos, por ejemplo, gana mucho el retrato social de la época.

Comenzamos a ver las pelis pendientes nominadas a los Oscars, entre las que tengo todas las de habla no inglesa. El resto de las nominadas, menos Clara, las he visto ya y las reseñas están en mi facebook. He comenzado con Mustang, representante de Francia, y que nos cuenta la historia de 5 hermanas entre 12 y 16 años que intentan sobrevivir en un país machista y musulmán como es Turquia. La frustración y la progresiva reclusión en su propia casa en aras de la moralidad, irán viendo como son "vendidas" a sus jovenes maridos en acuerdos familiares donde ella tienen poco que decir. Las pobre no dejan de ser niñas y adolescentes hormonadas, interesadas en descubrir el sexo y en divertirse, o como le ocurre a la más pequeña, simplemente jugar, en un mundo donde todo está mal visto y todo es pecaminoso. Pero al a vez todo cargado de la vitalidad y el humor juvenil, cargado de esperanzas por la vida. La alegría de la vida choca con un mundo de privaciones constantes, pero aún así, el humor no deja la película en ningún momento. Se ve con una sonrisa y se siente la frustración a la que están sometidas estas chicas. El reparto y en especial las actrices están estupendas, muy naturales, lo que hace al conjunto muy creíble, muy real. Casi como un testimonio documental. Es una película muy fresca, muy vital, aunque también muy dura y que se va tornando tragedia a medida que las pocas libertades que puedan tener estas niñas se van coartando y reprimiendo. Todo aderezado del costumbrismo de la cultura diferente pero con muchos rasgos de similitud a la nuestra. Así que la historia de estas cinco cenicientas es muy recomendable, aunque tiene su público, pero a mí me ha gustado mucho.

Il racconto dei racconti (The Tale of Tales) es una peli larga y lenta donde la fantasía crea un mundo poético y lírico, y venga pajas mentales y chorrapastismo. Todo muy bonito, muy plástico. Unos cuentos que pueden llegar a interesar y a gustar, pero a un ritmo más adecuado que la parsimonia heredada de Pasolini, es decir, va a "Paso lentini". Y es una pena, porque los cuentos, lo que se narra, son muy majos y tienen muchas lecturas, pero no consigue transmitirlo porque duerme al espectador.