Ante todo recordar que este caballero oscuro, ni la anterior Begins, nada tienen que ver con El retorno del caballero oscuro de Frank Miller, aquello solo era una triquiñuela de marketing hecha con la traducción anterior del título El retorno del señor de la noche. Ambos epítetos épicos referidos al mismo hombre murciélago.

Se trata de la continuación de esta nueva saga, que revisita Batman de una manera menos fantástica y más realista (nadie habla de adultez u oscuridad, que también ocurre, pero eso es independiente del realismo). Nos trae un villano imprescindible, el Joker, con un origen más creíble al otro lado de las páginas, el ácido suena muy a tebeo (¡que no esta mal! ¿Eh? ¡Pero esta es otra versión!) y otro personaje interesantísimo del que solo diré su nombre de DNI (je, je), para quien lo sepa identificar: Harvey Dent.

Muy centrada en la psicología de sus personajes y usando acertadísimas ideas (y genial interpretación, quería comprobarlo y es cierto) que convierten a un "chalado pintado de payaso" en un villano más aterrador que cualquier megalómano con superpoderes. La locura individual y la colectiva inducida por el "poder de convocatoria" del Joker le ponen a uno los pelos de punta, y aún siendo la mayoría de la violencia implícita (no recuerdo si he visto sangre en ella... al menos no mucha, pero todo en ella resulta contundente). No empieza muy fuerte, pero el progreso de su calidad va en rápido y pronunciado ascenso, como debe ser.

Magnífica. Nolan (como Burton) ha demostrado que no solo se pueden hacer buenas adaptaciones del cómic (de superhéroes) al cine, sino que se puede llegar a aportar mucho más a sus personajes que muchos autores de sus versiones de papel.

P.s: Para la gente que no lo sabe: La Metrópolis de Superman y la Gotham de Batman son dos versiones de Nueva York: la ciudad utópica por la que merece la pena luchar, y la ciudad decadente en la que hay que luchar (y con quién luchar) para que se parezca a la otra.

No es el peliculón de la ciencia ficción, pero cumple. Tiene una historia y temas interesantes, la ambientación a medio camino entre el "un futuro no tan lejano" y la "ciencia ficción antediluviana" (parece sacado - no sé si es así, no lo he consultado- de un libro de Asimov o Philip K. Dick) es muy buena, aunque ese regustillo a arte y ensayo hace que, desde el punto de vista de la credibilidad tecnológica tenga algún fallo (¿por qué en un mundo tan avanzado no tienen uno de esos elevadores para silla de ruedas en la casa? claro que yo opino que así la escena tiene más conflicto...).
Para fans de la ci-fi con forma y fondo.

Por lo que leo aquí, la película no la ha escrito ni dirigido él, sino que tan solo los diseños son suyos... pero es que hay algo más, hacia el tercio final el parecido con Akira se hace patente y ridículo: pase el amor por las máquinas y la velocidad, pero es que cada personaje de Akira tiene su contraparte aquí Kaneda es Takeru, Kei es Bismarck, Tetsuo es el otro chico... desde las motivaciones (Takeru, igual de enamoradizo y bocazas que Kaneda; Bismarck es como el llorica Kei... más en el spoiler).

Parece ser que se trata de una colección de OVAs, pero salvo un fundido a negro y una repetición mínima, al espectador esto le pasa por alto: ni una transición, ni un título, número de capítulo, interludio... es demasiado larga para presentarse de esta forma, lo cual la vuelve un coñazo.

Hay que tragar muchos sinsentidos desde el principio, y muchos más parecidos con Akira (como los bunkers)... empiezas a preguntarte que le ha pasado a Otomo... ah ¿que no es de Otomo? Entonces no se perdona.

Técnicamente, aunque es una de las "falsas animaciones tradicionales" (CGI+Cel Shading) más sofisticadas que he visto es triste ver esta despedida del dibujo plano. De hecho hay cierto momento en el que la infografía empieza a oler, nos empezamos a dar cuenta de que los figurantes son los únicos dibujados (junto con el escenario y, ojito, ciertos efectos como el humo) y ni siquiera tienen el patente estilo Otomo. Cuando, en cierto punto, empiezan a meter primeros planos dramáticos de ojos dibujados ya es para enfadarse ¡haberla dibujado entera si así tienen más gracia y sentimiento!

Satoshi Kon, el director de esta, es también el responsable de la miniserie anime (13 capítulos es bastante mini) Paranoia Agent, un producto extraño, no apto para todos los públicos ni para todos los momentos (debo revisarla, los primeros capítulos con los distintos ataques del chico del bate y su detención me parecieron fabulosos, mientras que los de en adelante no me parecieron tan buenos, quizá ahora le "pille más el punto"). La principal cualidad de aquella era como nos introducía en un desarrollo surrealista a través de situaciones primeramente hiperrealistas (reparto coral de personajes extremadamente humanos y trabajados y caracterizados con un estilo exagerado que nos hacía entrever de que clase de personaje se trataba antes de que abriese la boca, temas de rabiosa actualidad...).

Esta nueva película vuelve a usar la estrategia de surrealismo a través del hiperrealismo, pero quizá lo hace de una manera más oportuna mediante el recurso de los sueños. De verdad que es estupenda, tiene unos personajes encantadores y es algo mas accesible y (esto ya es personal) más de mi gusto que Paranoia Agent y la animación es una delicia, para verla y sumergirse en los locos y coloristas sueños de sus personajes.

Por supuesto que hay que hacer ciertas concesiones con el tema de la tecnología para explorar los sueños pero... ¿he dicho ya que es surrealista?

Vaya, no tengo que pelearme con los críticos, la han entendido, creía que la brecha generacional iba a hacerle mucho daño en ese sentido y ha gozado de muy buena aceptación entre estos. Modo crítica contenida "on", entonces.

Bueno, el cómic quizá decepcionó a algunos por tener las referencias a videojuegos, manga y cultura pop como mero aderezo, pero lo cierto es que esa sutileza reforzaba toda la metáfora sobre las vidas de sus personajes (el cómic tiene muchos, interrelacionados de manera sumamente inteligente y enmarañada), sobre buscarse a uno mismo (Knives Chau ¡qué gran personaje! bastante niñata, adolescéntica, imitando a las chicas mayores y descubriendo "que hay música buena y mala"; Young Neil, que hace de su fatuidad y ausencias su carácter; salidas del armario que se toman su tiempo) y sobre las relaciones destructivas y los bagajes emocionales.

Esta película deja al margen las sutilezas, se ha centrado sobre todo en los combates, que son lo que iba lucir más en la longitud del metraje (sin traicionar el drama axial aunque sacrificando, con estilo, los periféricos), los efectos especiales y las coreografías son alucinantes. Cambia algunos el orden de algunas cosas, la salsa de muchos combates y algunos diálogos. A veces es algo acelerada, no sé qué tal lo habrán pasado los no lectores (aunque la vi con gente de dicha demografía), pero a mí me satisfizo.

El drama de la vida amorosa de un geek de tantos, percibido a la manera de un geek ¡qué forma tan intensa de vivir la vida!