Aunque el mundo esté lleno de desagradecidos, indudablemente siempre será muy agradecida y encomiable una obra como ésta y las razones abundan; no se ni que mencionar primero; talvez por que ningún aspecto que la compone es jerárquicamente superior a otro, de igual manera tampoco será fácil hablar del argumento principal (si es que existe!).

Lo mejor quizá; sea decir que nunca había presenciado una combinación de todos los constructos o sistemas sociales tan armoniosa, inteligente y supremamente original como la mostrada en "Waking life". Es decir, creo que jamás habían convergido con tanta precisión y respeto recíproco el auténtico arte, la disquisición filosófica, la crítica política, el sentido común, la especulación teológica y la disertación científica. Todo a la vez magistralmente alegorizado a través del viaje íntimo pero guiado que emprende el protagonista y que finalmente - rematado en una escena bellísima - lo despertará del profundo letargo intelectual, social y espiritual al que se hallaba encadenado.

¡es que le entran a uno ganas hasta de filosofar!

Por otro lado, es incluso arriesgado calificar esta pieza como mero producto cinematográfico, es más; pura pintura discursiva, viviente y palpitante.

Coincido con algunas críticas anteriores en que dado el calibre de las cuestiones planteadas; esta obra es un reto declarado para el espectador que obviamente pocos asumirán seriamente; nada raro si consideramos que no son muchos a quienes interese desaparecer volando a la eternidad.

The last Emperor es sin duda una buena película (tal vez demasiado), no obstante las razones de su rápido y deslucido envejecimiento que la excluyen del brillante grupo de obras maestras y de la remembranza colectiva; prefiero dejárselas a los estudiosos de estos asuntos. Por otro lado el retrato que construye Bertolucci apenas apropiado; parece bastante cercano a la realidad de su protagonista (de quien pienso: nunca se redime) y se antoja algo interesante mostrando en forma precisa los factores que lo convirtieron en la antítesis absoluta de cualquiera de los Emperadores que le precedieron, Victoria del comunismo o no Pu Yi es rebajado de absurda semi-Deidad a anónimo fulano, pero es aparentemente en ese bajo estrato donde su vida vislumbra algo de significado.

También me agrado el juguetón uso de ciertos simbolitos en la narración, la Bicicleta, el saltamontes y el pobre ratón; de alguna forma enriquecen el relato y permiten entrever aspectos clave en el desarrollo del personaje.

No sé, en pocas palabras me agradaron muchos aspectos de este film; aunque la experiencia completa no haya sido del todo satisfactoria y aunque suene a cliché; lo mismo aplicaría para la película: bien montadas escenas, adecuadas actuaciones y fuertes ideas que van desde la construcción de la personalidad hasta la justificación de los cambios sociales (o eso creo!) sin embargo, la fotografía no es lo espectacular que se desearía y más o menos tras la mitad de la proyección incrementa peligrosamente la sensación de aburrimiento como también la adjetivación en este escrito, mmmhh…. otro indicador de que algo importante falló en de The Last Emperor.

Fue inevitable dejar el cine con cierta sensación de pesadumbre después de haber contemplado Los últimos días de “El Luchador”. En mi memoria sin embargo esta pieza fílmica se guardará como una de las más precisas y respetuosas al abordar temas tan cercanos como la redención, la necesidad de conexión emocional y las consecuencias de nuestras acciones (u omisiones); con otros tan lejanos como la fama y la misma senectud. En ningún momento sentí la barata manipulación de emociones, tan favorecida en tantos otros dramas norteamericanos; más bien y aunque con algo de necesaria predictibilidad la narrativa me transformó en algo así como una rémora (en el mejor de los sentidos ¡!) de Randy Robinson, un viejo y enfermo escualo; pero digno aun de una última mordida.

Y aunque es una humilde gota en el ingente mar de reseñas, críticas de todo tipo y hasta premios; quiero reconocer el trabajo de Darren Aronofsky, uno de los artífices que creo, más ha empujado los límites de la cinematografía actual, aunque curiosamente con “The Wrestler” se refugie – pero espero sea temporalmente – en algunos convencionalismos. Digna mención también merece Mickey Rourke, quien reviste a “The Ram” de un cariz que combina a la medida la amargura por la desventura del presente con la melancolía por un pasado lleno de gloria; que se siente ya demasiado lejano.

El fatalismo de la obra se descubre casi cínico en que no siempre que se intenta se consigue y en que perder es perder, no ganar un poco. Y ya finalizando; otro de los puntos que más alertó a mi espíritu y que el film aborda ostensiblemente; es la realidad de las relaciones humanas actuales, jamás existirá justificación para que los hijos juzguen a sus padres, como tampoco que la responsabilidad paterna sea desplazada por las vanaglorias de la cultura popular y he aquí uno de los cimientos argumentales más profundos de esta excelente y muy aconsejada película.

¡Ahh y que el Wrestling mundial se olvide de mi; tampoco voy más!

Por lo general no me gusta hablar mal de alguna película en este sitio; pero esta vez es sencillamente inevitable; de alguna forma tengo que quitarme la espinita que me ha dejado este frustrante film; pero empecemos la aniquilación paso por paso:

1. La situación del protagonista es excesivamente conveniente, irreal y hasta absurda; no se habían inventado las muletas? La televisión? y por que las malditas ventanas siempre están abiertas y mostrándolo casi todo, incluso de noche; no era la época de la inseguridad y paranoia comunista, empero paradójicamente el protagonista ni siquiera llega a ser un verdadero voyeurista; la película sería infinitamente más interesante si lo fuera.
2. Por otro lado ¿donde esta el berraco suspenso? En vez de esto lo que si hay; y mucho, es aburrimiento y pesadez pues la película se arrastra torpemente en su parte media (no se había inventado la edición?) y pretende ingenuamente sorprendernos con un final predecible hecho a las carreras, obtuso y tan americanamente irrespetuoso.
3. Creo que de todas las sub-historias que entretienen al mirón en la que éste se centra es la más aburrida y trivial; pésima decisión también del director. Mientras veía el film rogaba por que se atendiera más a la triste solterona, al -muy posiblemente arrepentido- recién casado, a la usada bailarina de ballet o hasta al pianista.
4. Mucha escena injustificadamente larga y tediosa; ninguna realmente invita a la contemplación.
5.Otro aspecto que me desagradó bastante son esos chuscos parlamentos supuestamente irónicos y torpes que utilizan casi todos los personajes (Stella principalmente) que seguramente un gran segmento del publico encontrará simpáticos pero que a mi me irritan DEMASIADO; al final ya estaba esperando un “hasta la vista baby”.
6. Grace Kelly totalmente desperdiciada en un papel completamente intrascendental, ah pero eso si; muy buena modelo de la ropa y accesorios de los 50´s.
7. Descubrí también a Hitchcock aunque estaba tan aburrido que aun no ubico la escena (creo que una del pianista). Ah! Y también que a Hitchcock no le importó mucho la música; lástima!, hubiera mejorado mucho la película.

Se que este autor es una vaca sagrada en el cine universal, pero siendo ésta la primera película que le veo; realmente no me siento convidado a conocer el resto de su obra, por muy alabada que sea. Y para no terminar en una nota tan negativa diré que la película temáticamente invita, aunque realmente no creo que sea la intención del realizador; a repensar ideas como el respeto a la intimidad, el conocimiento del otro etc.

En términos generales Decepcionante; me quedó con el cine de mi época.

Lo peor de “Sid & Nancy” son Sid y Nancy y aunque tal vez en este caso la realidad supera la ficción ¿de verdad era necesario o históricamente relevante o lo que sea presentarlos en forma tan Horripilante? ni siquiera las escenas de amor los redimen. Aunque llamar a eso Amor; es como afirmar que existe la compasión en el Infierno. Hasta el mismísimo Punk queda mal parado en esta malparada película. Desde que el cuento abandona la dinámica de los Sex Pistols para abordar la infantil relación de los protagonistas, el film comienza a hacer migas y no lo salva ni su supuesta inspiración en hechos reales y así como escena tras repetitiva escena el par de toxicómanos van decayendo (aunque estúpidamente el aspecto facial no lo demuestre) así también van desintegrándose las expectativas del público y el buen recuerdo de los personajes reales (que alguien debe tener, supongo). Si tan solo el director hubiera seguido el derrotero para el film que enarbolaban sus mismos protagonistas de “vive rápido y muere joven” no hubiera tenido que soportar una última hora tan infumable.

En fin; solo subrayaría las caracterizaciones principales (quizá consecuencia de un verdadero estado narcótico–estimulado) y la graciosa indistinción que hace Sid entre USA y UK al pensar que les mejoraría al llegar al primero, cuando realmente ya se estaban pudriendo una semana atrás en el segundo……. Ja ja……muy bueno!