"El cuervo", la película que acabó rápidamente con la vida del hijo de Bruce Lee. Lo cierto es que ya había oído comentarla, pero es sorprendente que el aspecto más comentado sea que fue la última película de Brandon y no de lo buena que es. Porque, aunque Brandon es la gran pieza del éxito, la película también cuenta con ideas buenas más allá de eso.

Eric Draven (Brandon Lee) y Shelly Webster (Rochelle Davis) son una pareja de prometidos a los que asesinan en la Noche del diablo, una tradición anual en la víspera de Halloween donde se producen incendios masivos por toda la ciudad. Sin embargo, el espíritu de venganza de Draven hará que este vuelve de entre los muertos para vengarse de sus asesinos.

Cuando he dicho que Brandon Lee es la pieza central del éxito no estoy exagerando, pues es una actuación que le podría haber catapultado su carrera de no ser por su repentina muerte. El resto del reparto carece de algún gran nombre, pero eso no les impide cumplir con su papel.

Sin embargo, la película más allá de Brandon tiene varios puntos fuertes. Por un lado, su ambientación, gótica, oscura y teñida comúnmente de color rojo, que es muy adecuada para la película. Por otro lado, su guion, que, aunque cae en algún tópico sigue siendo original y bien llevado. Y encima una gran banda sonora llena de temas que giran alrededor del grunge para aumentar esa estética oscura.

Es una auténtica pena que "El cuervo" sea reconocida más por lo malo que sucedió en su rodaje que por lo bueno, porque la película cuenta con una estética muy marcada acompañada de una banda sonora acorde, un guion bastante bien llevado y una grandísima actuación de Brandon Lee. Una película que desde luego merece la pena ver.

El cine bélico tiene ya obras de gran calibre como "Salvar al Soldado Ryan", pero sorprendentemente una película que siempre oigo mucho mencionada es "Tras la línea enemiga". Por eso, de tanto oírla mencionada, me sorprendió que su valoración de FA fuese tan baja. "Pero si es una película que menciona todo el mundo, como va a tener una nota tan baja" es lo que pensé. Y bueno, tras verla, lo cierto es que no da para más nota.

El teniente Chris Burnett (Owen Wilson) está a punto de renunciar como piloto de caza de la armada, ya que prácticamente no hacen nada en la base y siente que está desperdiciando el tiempo. Con el fin de motivarle para que siga, el almirante Reigart (Gene Hackman) les manda a él y a su compañero Stackhouse (Gabriel Macht) a una misión de reconocimiento. Sin embargo, cuando se aventuran más allá de la zona segura, descubren un complot militar que acaba derribando su avión y Burnett se verá obligado a sobrevivir.

La película no se puede decir que sea aburrida o lenta. Es una película que está hecha para el puro y duro entretenimiento, sin prácticamente conflicto y muy facilita de digerir acompañada de una banda sonora que parece hecha con música aleatoria que sonaba bien. Sin embargo, aunque está hecha para el puro entretenimiento, no se puede decir tampoco que sea divertida, sino que es más bien indiferente.

Tampoco ayuda que no haya ni un solo personaje que merezca la pena. Y la culpa de esto la tiene en que es una película hecha por estadounidenses para estadounidenses, porque la manera en la que representan a los malos de Europa del este (más tontos que una piedra) y a los americanos (voluntad de hierro) es tan tópica que parece una obra hecha por un director que ha viajado hacia el futuro desde 1980.

Entonces, ¿con que nos quedamos de "Tras la línea enemiga"? Pues la verdad, con nada. Pretende ser entretenimiento puro, pero tampoco es tan divertida como para mantenerse en pie. Cae en tópicos demasiado explotados y Gene Hackman es el único actor de toda la cinta que parece saber lo que hace. Hay muchas mejores opciones que esta película.

"Mmmm, esta película anime de Netflix tiene buena pinta. Un momento, todo el mundo dice que es un auténtico peliculón. Vamos a ver que dice FilmAffinity. ¿Un 7,8? Menuda notaza, hay grandes películas de la historia del cine que tienen menos que ella. Pues nada, tendré que darle una oportunidad". 106 minutos después... "Ya entiendo por qué esta nota".

La historia sigue a dos jóvenes: Taki (Ryunosuke Kamiki) y Mitsuha (Mone Kamishiraishi), un chico de ciudad y una chica de campo. Lo que hace especial a estos dos jóvenes es que de vez en cuando, en sueños, intercambian sus cuerpos. Esto provoca que la personalidad y los actos de cada uno cambien de un día para otro dependiendo de quien se encuentre en el cuerpo ese día. Y aunque al principio no consiguen coordinarse, poco a poco su relación se va haciendo cada vez más fuerte.

Durante su primera mitad, la película es tierna y graciosa. Es interesante ver cómo se van sobreponiendo a sus problemas y van poco a poco reforzando su relación. Y entonces, cuando menos te lo esperas, te golpea. Y lo hace con tanta fuerza que te conmociona. El cambio es brutal y tan repentino que te da un vuelco al corazón. Y de ahí sabe reconducirlo. Makoto Shinkai juega con los sentimientos como quiere en la película. Porque al igual que les pasa a los personajes: aunque esos momentos no sean nuestros, los sentimos como si lo fueran.

Para sumar a la mezcla, la banda sonora de RADWYMPS es espectacular. La historia se ve en ocasiones interrumpida por pequeñas secciones musicales que parecen openings de animes y que sirven para dar dinamismo a la película. Sumado a ello el dibujo es espectacular, con una paleta muy colorida y un diseño espectacular, tanto a nivel de dibujo como de animación.

Kimi No Na Wa es una gran película, no ya solo dentro del anime, sino a nivel general. Es una película que tiene una tremenda facilidad para transmitir sentimientos y que proporciona una trama con la que conecta muy rápido y de manera muy fuerte. A todo esto, tenemos que añadirle la banda sonora de RADWYMPS y el estilo artístico y nos queda una gran película que puede establecerse como uno de los grandes clásicos.

Con "El Protegido" tuvimos a nuestro superhéroe y a la mente maestra a la que se enfrentaba, con "Múltiple" ahora teníamos al músculo que podía derrotar al héroe en el cuerpo y solo nos quedaba enfrentarlos el uno contra el otro. Así, tenemos a "Glass", el cierre a una trilogía de superhéroes poco convencional que sin duda me han fascinado cada una por sus cosas.

Tras lo sucedido en "Múltiple", La Horda (James McAvoy) continúa con sus secuestros de jovénes impuras. David Dunn (Bruce Willis) consigue localizarle y, tras una pelea con el, ambos son apresados y mandados a una institución mental en la que está Mr. Glass (Samuel L. Jackson). Los tres superhombres pasarán entonces por un proceso de humanización a cargo de la Dra. Ellie Staple (Sarah Paulson), que les hará ver que quizás sus poderes son algo mental.

Lo que más me gusta de Glass es que sigue con su estilo de superhéroes poco convencionales. Me gusta como en esta película, además de contar con las grandes actuaciones que sujetaron a las precuelas en su momento, le acompaña un guion que se dedica a deconstruir a los protagonistas y a hacerles pensar que son lunáticos que se creen superhéroes. Porque la fe es uno de los factores que desde "El protegido" nos habían establecido como elemento central y aquí se tira por tierra.

No tanto me ha gustado el final. Creo que el “plot twist” es inesperado por las razones equivocadas, pues no es sorpresivo como el final de "El Protegido", sino más bien es un "¿De dónde sale esto?". Además, el trío secundario formado por Casey, Joseph Dunn y la Sra. Price da la sensación de estar metido con calzador, a pesar de las decentes actuaciones de los personajes.

“Glass” pone punto y final a una saga sobresaliente de manera un poco agridulce. El final te deja un poco descolocado, aunque también es cierto que sabe llevar su tema durante gran parte de la película así que por eso tampoco estoy siendo excesivamente duro con ella. Una trilogía de superhéroes bastante memorable.

En un mundo dónde la cotidianeidad te machaca, dónde los días se suceden uno tras otro sin nada relevante, dónde las injusticias salen indemnes y los justicieros no son más que cosas sacadas de cómics para entretener al mundo. Así es nuestro mundo, que compartimos con los personajes de estas películas. Pero, ¿Y si lo extraordinario pasara? Eso nos plantea "El protegido", la primera de una trilogía de Night Shyamalan.

En la ciudad de Philadelphia ocurre un accidente de tren que acaba con la vida de todos los pasajeros. Todos excepto un superviviente: David Dunn (Bruce Willis), un guarda de seguridad, que escapa sin recibir ni un rasguño. A los pocos días, le llega una carta de parte del Sr. Glass (Samuel L. Jackson) que le hace plantearse si quizás toda su vida ha tenido un superpoder que él desconocía.

Mucho antes de que Marvel se comiera el mundo con su universo, "El protegido" nos traía una obra distinta: la de un hombre corriente convertido en superhéroe. Pero David Dunn no es un multimillonario con un exotraje, el dios del trueno o un soldado mejorado; es un hombre corriente con su familia que un día descubre su condición. La cinta es la perfecta génesis del superhéroe con la justa dosis de acción: desde que descubre su don hasta que acepta su rol como justiciero.

Es un guion de génesis de superhéroes que toma un enfoque mucho más realista (si, una película de superhéroes realista, sé que parece contradictorio) y que funciona a la maravilla. Se sustenta en sus dos personajes principales: por una parte, el ya mencionado David Dunn de Bruce WIllis y por otra el creador de superhéroes Mr. Glass, interpretado por Samuel L. Jackson. Una pareja de grandes actores que añaden a la ya buena trama un añadido.

De esta manera, "El protegido" es una cinta de superhéroes diferente, con un guion que sabe perfectamente hacer una génesis del personaje, con una pareja de actores principales bastante prominente y una dirección de fotografía también espectacular. Tal es el éxito y la calidad de "El protegido" que 16 años después Night Shyamalan decidió hacer su secuela, pero eso es para otro momento.