Dejaré a un lado si se hace honor o no al libro original, pues no lo he leído, aunque si es la mitad de bueno que la serie, debe ser una gran novela. Asistimos a un cursillo acelerado, o recordatorio según el caso, de buena parte de la historia europea del siglo XX de la mano de esta heroína sin pretenderlo, de esta burguesa que se iba a aburrir en su vida en Madrid y se mete a aventurera sin preverlo.

El peso de casi toda la serie recae en una actriz que tiene un papel envidiable para cualquier intérprete, cubriendo varias décadas y mostrando la evolución de un personaje que, a pesar de todas las vueltas que da su vida, es en esencia parecida a la chica dulce y educada del comienzo. Pero no quedan atrás los personajes que la acompañan en el periplo, destacando Max y la señora que encarna a la diva de la ópera.

La ambientación es más que correcta y nos sumerge sin problema en cada escenario, haciendo que se nos erice el vello al recrear con tanta fidelidad los momentos más duros de la guerra y la vida tras el telón de acero.

Una bonita historia con Historia de trasfondo.

La historia es previsible hasta decir basta, pero aún así le di una oportunidad tras ver el trailer, por comprobar si era realmente una comedia: no me reí ni una sola vez. Exagerar y poner caras no hace gracia, o quizá sí, pero hasta para eso hay que tener talento. Imposible empatizar con la chica, por muy cierto que sea el mensaje: quiérete a ti misma, acéptate, o cambia si no eres feliz. Pero, insisto, a una comedia, aunque sea romántica, se le presupone la capacidad de hacerte reír al menos un par de veces durante el metraje. Qué larga, que aburrida, qué fea (la película, digo). No le doy menos puntuación gracias al mensaje, que por desgracia algunas mujeres (y hombres) necesitan interiorizar.

Destaco a Michelle Williams en un papel original dentro de su filmografía.

Es lamentable que una película que prometía se convierta en insufrible por culpa del tono monocorde de casi todos los actores. El guión es de por sí bastante confuso como para que apenas entiendas los diálogos. Tendría que volver a verla para captar todo lo que ocurre, pero no me quedaron ganas. Quim Gutiérrez a ratos parecía su personaje en Anacleto y una cosa es que actúe de manera sobria y otra que parezca que le ha dado un aire. En fin, le pongo un 6 porque es interesante su trama de vuelta de tuercas y por los paisajes.

La primera temporada fue notable, en la segunda ya se notó un bajón, y en esta tercera (y última, espero) el nivel no alcanza ni el aprobado. En las anteriores entregas había fallos pero resultaban perdonables dentro del resultado global de la serie, como el hecho de que la gente hiciera llamadas de teléfono usando cualquier móvil, como si se supieran los números de memoria.

Ni siquiera un personaje interesante como Sara es suficiente para mantener en pie el interés. Nunca fue una guardia civil típica, pero entre desvaríos y métodos atípicos, acaba por no ser más que una caricatura de sí misma. Eso sí, maneja una barca con una mano sin inmutarse.

El acento de ciertos personajes es irritante, empezando por el sevillano que fuerza el tono como si se tratase de un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. En cuanto al guion, siempre se cometen los mismos errores, y esta vez ni siquiera tenemos la calidad paisajística de las otras temporadas.

Lo que podría haber sido una película entrañable y familiar, y hasta divertida, se convierte en una sucesión de escenas sin gracia que recurre a lo irreverente a falta de algo más ingenioso. Falta humor y sobran palabrotas. Un cóctel de monjas fumadoras que beben alcohol (¡en los años 90!) mezclado con niños delincuentes que se regodean en su propia marginalidad. Y encima lo venden como comedia familiar. ¿En serio?

Carmen Machi está casi perfecta, como es habitual en ella, pero con un guion así poco partido se le podía sacar.

Que la historia tenga una base real, hace más penoso el tono zafio de toda la cinta. Mal homenaje para la monja y el futbolista; una película, en definitiva, con la que cuesta empatizar.