Ya desde un principio e puede ver que nos encontramos antes una película de serie b, con poco presupuesto y actuaciones lamentables. Pero conforme va avanzando notamos que la cosa va a peor. Todo sucede porque sí, sin explicación aparente y donde las muertes se suceden de forma chusca y chapuchera. Gente que pasa por ahí sin ningún sentido van desapareciendo y a nadie le importa. En fin, sigo en la zona spoiler para no descubrir nada a los incautos que se atreven a verla.

La continuación de la mítica cinta de Patrick Swayze nos sitúa 17 años después al hijo de Dalton en la misión de cazar a un narcotraficante que quiere repartir sus polvos mágicos en bar que su tío (un gran Will Paxton) regenta.
Es una típica película de acción, no tiene nada más, pero está muy bien hecha. Peleas, un malo muy malo, una chica guapa y muchos golpes.

Mención especial, para bien, en un papel secundario, para William Ragsdale, protagonista de las inolvidables Noche de miedo 1 y 2. Y, en este caso, para mal, el hijo del gran Garey Busey, que por desgracia, no ha heredado el talento de su padre, por lo menos en esta película.

Hay películas malas, muy malas, horribles y luego está The Burning Dead. No hay nada salvable. Se puede tener poco o nulo presupuesto pero algo de imaginación. Pues ni eso. Todos los que participan en este engendro deben ser amiguetes del director porque no hay otra explicación. Se ve que tenían solo unas tripas de esas de goma porque aparecen en todas y cada una de las muertes que soportamos a lo largo de los 75 minutos de tortura. Efectos de ordenador portátil, diálogos escritos en 3 minutos, zombies "de su padre y de su madre"... en fin señor Trejo, no se arrastre en bodrios como éste, tiene mucho más nivel y no creo que le haga tanta falta el dinero.

Hay muchas películas de terror que se hacen sin apenas presupuesto pero con alguna idea original. No es el caso en esta ocasión. Argumento mil veces visto, personajes estereotipados (la chica inocente, el novio fortachón, el rockero porrero...) y una ambientación que se resume en una fábrica abandonada, tres habitaciones y un pasillo por donde pasan mas de 50 veces a los largo de los 80 minutos que dura este infierno. Eso sí, la malvada está bien hecha, siendo una mezcla de Freddy Krueger y un zombie. Por lo demás, mucho gore, mucha sangre y pocas muertes interesantes, donde apenas se ve nada.

Lo dicho, desde que comienza sabes que va a pasar y en el orden que van a ir muriendo cada uno de los protagonistas...

Situemos la película. 1988... en esa década todo valía. Mezclar aliens con música, peleas en callejones, punkys, caretas del todo a cien, argumento sin pies ni cabeza... y si a todo esto le añadimos la tensión por una tercera guerra mundial con la Unión Soviética (ya sabéis, americanos buenos, comunistas malos) ya tenemos todo lo que necesitamos.

Se trata de una película de esas entrañables porque se le coge cariñó de tan mala que es. Para ello tenemos a Dionysius Zervos que escribe el guion, dirige, interpreta al protagonista y se atreve a cantar. Los efectos son patéticos, las canciones (aparecen 5 o 6 a lo largo de los 75 minutos que dura la trama) son pasables o coreables mejor dicho, pero poco más.

Atención especial al alien malvado, cosa fina.