Como gran admirador de Clint Eastwood, esta es una de las pocas películas suyas que me quedaban por ver, y no ha resultado, ni mucho menos, una gran experiencia.

La película cuenta con el único atractivo del actor, que de nuevo vuelve a tirar de su descafeinada mujer (en aquellos tiempos) para acompañarle en el papel protagonista femenino. El guión resulta tan absurdo (el final no tiene desperdicio) y previsible que termina por aburrir.

Resumiendo: película a la que habría dado un uno o un dos si no llega a ser por devoción por Clint Eastwood.

Es a lo que más se parece este macarrónico film en el que la adaptación de la gran novela de Valerio Maximo Manfredi (no le sale ni una buena, aunque Alexandros fué algo mejor) queda en entredicho debido a unos medios escasos que solo dieron para pagar a Colin Firth y Ben Kingsley como reclamos y dejaron otros aspectos en pañales.

Los efectos especiales son patéticos (desde los ochenta no veía un despeñamiento tan cutre), los maquilladores y encargados del vestuario no sé en qué estaban pensando, y el periplo europeo con paisajes sobrecogedores que me esperaba se ve reducido a unas vistas de lo que se supone son los Alpes que además se repite dos veces (hasta aquí llega la poca originalidad).

En cuanto a los actores reclamo, Colin Firth no es actor de mi devoción, y poco más esperaba de él. Ben Kingsley, sin embargo podría haberle dado algo de solidez al conjunto, pero siendo un actor con grandes altibajos (Gandi, Maurice o la Lista de Shindler frente y Caza al terrorista, Dave, presidente por un día o la que nos ocupa son dos extremos) ha demostrado que se encuentra en un bajo, y la bellísima Aishwarya Rai, bueno pues eso, bellísima Miss Mundo y poco más.

En fin, una película solo parcialmente recomendable como entretenimiento de fin de semana si de aquí a unos años deciden reponerla en televisión.

Pocas veces (El Padrino, la Trilogía de Apu, tres colores y poco más) podremos disfrutar de una tercera parte que mantiene los niveles tanto de acción como de intriga marcados por la primera ( en mi humilde opinión la mejor, quizás porque conocemos a un personaje interesantísimo y donde por fin una canción pegadiza se elevó con maestría como su carta de presentación) y la segunda parte.

Totalmente recomendable para pasar una buena velada en el cine de verano de nuestro pueblo (o los de nuestra ciudad).

Película de bajo presupuesto y de corte italiano que, sin embargo consigue crear un ambiente entre romántico y tenebroso a la altura de otras películas de serie b (véase La Caída de la Casa Usher, donde Mark Damon también tiene un papel protagonista).

Las interpretaciones son afectadas y el montaje deja bastante que desear; aunque la fotografía y la ambientación, así como la presencia, tanto como de presentador como de actor, del gran Boris Karloff (el mejor "monstruo" de la historia del cine), dotan al conjunto de cierto atractivo que compensa los defectos, al menos, para que se convierta en un film interesante para su visionado, con tres historias sugerentes sobre los principales miedos del ser humano: los asesinos, los muertos y los espíritus.

Interesantísima película sobre la mafia italiana en EEUU, que retrata con gran intensidad los conflictos de un federal infiltrado.

Tanto Al Pacino (me parecía estar viendo a un Tony Montana ajado) como Johnny Deep realizan una interpretación soberbia, totalmente creíble por lo emotivos y sólidos que resultan sus personajes. Es, sin duda un trabajo mucho más real (por menos efectista y rebuscado) que Infiltrados) film de Scorsese sobre el mismo tema (siempre le ha gustado) basado, a su vez en la china Infernal Affairs.

Son todas ellas películas altamente recomendables, tanto por su acción como por el trabajo de actor, aunque personalmente, permítanme que me rinda ante la que nos ocupa.