Me avisaron que no me esperara mucho de Ágora, que era como un episodio de Grandes Relatos Históricos de Telecinco pero con tufillo a plataforma de ceja en forma de ^. Hombre..., tampoco es eso.
Eso sí, el que espere un guión y personajes a la altura de una tragedia griega se va a quedar con las ganas, porque tiene menos chicha que las costillas de un Foster Jolibú.
A nadie se le escapa que el prefecto, Orestes, es clavado a Millán Salcedo de Martes y Trece cuando eran tres.
Tampoco ayuda mucho el parabolano exaltado que parece que va puesto de pastillas toda la película ni el confundido esclavo de hipatía.
Rachel Weisz carece de la gracia andaluza y es más fria que el invierno de la sierra de la demanda pero se la ve con dotes para la enseñanza, lo hace bien.

Creo que no hace falta tener una cátedra de historia para saber lo que, para los antiguos, representaba la mujer y la liberación que supuso el cristianismo para ellas. Aquí los del "senado" alejandrino y el superpapá de Hipatía parecen unos benditos cambia-pañales que se escandalizan ante la misógina doctrina del obispillo Cirilo, esto es de aurora boreal.

Hipatía es decente y una virtuosa de la ciencia, llevado a la cena de la peña en fiestas, es como la que hace las cuentas.
La única que mantiene las formas tras dos horas de orgía gastronómica.
La que te recuerda que te va a sentar mal el vino cuando ya vas como un pellejo.
La que habla de como van sus oposiciones del estado mientras la turba está brindando "por hidalgo, hijoputa el que deje algo" .
La que emplea el móvil para cuadrar los números de la peña mientras la caverna mesetaria anda pasándose videos guarros. A eso me recuerda Ágora, a una cena de peñas, bueno, algo hemos cambiado, llevamos móviles en vez de piedras en los bolsillos.

Amenábar es buen director pero su "personal peplum" se le ha ido de las manos, aún así hay que verla por la hermosa fotografía, la que nos muestra el fulgor de la primera luz del día acariciando las apretadas formas de las cariátides, la que nos descubre el cielo estrellado de las noches de Alejandría.

Hay un documental de la BBC "Planeta Tierra" que flipas, dura cinco veces más que la misión, y salen mas cascadas y mas de todo. Y el mérito de tanta belleza se lo dan al planeta tierra no al que saca la foto.
Lo siento mucho pero a este Joffé en cuanto le sacas de fotogramas bonitos se le ve el culo.
Que si la banda sonora..., ¿cuanto tiempo hace que no la habéis visto? no confundir una melodia agradable de oir con una buena banda sonora. Aquí da igual que el cura esté rezando o que se estén cargando a tiros al de Niro, te coloca la melodía en cuestión, y mal mezclada con salmos y sampleados baratos.
Y el culebrón cainita de la primera media hora? Telefilm.
¿Que de Niro está bien? pero, ¿le deja el guión? lo siento pero donde véis lunar, yo veo berruga.

En tiempos de excesiva alegría ortográfica, hay una web que con acierto a mi parecer, nos obliga a la corrección linguística. Apruebo y defiendo esta filosofía de empresa, a pesar de sufrir demoras en las búsquedas.
De tal manera que en ocasiones los no avisados en terminología anglosajona solemos dar ciertos rodeos para entrar en algunas páginas.
En este caso, tras tentar varias veces y no acertar con la palabra Spielberg, ni conseguir reunir las letras SCHINDLER en éste santo orden, me he tomado la libertad de tomar la página de TIBURON como un lugar de paso para llegar a ésta.
Nadie dijo que era fácil llegar hasta aquí, pero tarde o temprano hay que hacerlo porque esta OBRA MAESTRA lo merece.
Nadie dijo que era fácil ver esta película, y a pesar de ello, pocas veces se te pega la butaca como con ésta. Tampoco resulta fácil escribir sobre La Lista de Schindler porque, ciertamente, te supera.
Y ante tal virtud cinematográfica, ante tal solemne experiencia, el críticon de turno enmudece, traga saliva, intenta sujetar el lagrimal y sale al paso como puede, quedándose en la anécdota.

Cinematográficamente, me quedo con la reunión con Carrillo. No sé si será por el humo, hay tanto que ni se les ve. A lo mejor es por eso. No sé, pero esa parte parece cine de verdad.
Porque..., éstos dos si que fumaban y no los remilgados de Mad Men. Carrillo fumaba a diario más que humphrey Bogart el día de un estreno. Y Suárez, no le iba a la zaga.
Dicen los cronistas que Carrillo se los sacaba ya encencidos, eso cuando no encendía uno con el otro y miralé, todavía le llaman para hacer programas de radio.
No ha tenido la misma suerte Adolfo. Quién dijo que la vida era justa se podía haber callado.
Ginés lo hace bien, es como si al caballero oscuro le cambiásemos de traje y le colocáramos en Mad Men. Eso fue Adolfo Suárez cuando en nuestro Gotham importaba más la salud política que la salud pública, cuando el estado llevaba pañales y había que limpiarle la mierda todos los días, cuando mataba más E.T.A que el tabaco.

La iba a poner un 9, pero la pongo un 10 porque me parece una vergüenza que esta maravillosa aventura ratuna sea peor valorada por la parroquia de filmaffinity que el bodriete de UP. A ver si así, logramos que Ratatouille adelante en puntuación a la insoportable a partir de cuarto de hora vista que es UP.
No conozco mejor maniobra de propaganda en favor de un animal que Ratatouille.
Si no, no se entendería que una criatura odiada y perseguida en la realidad, nos llegue a emocionar de esa manera, eso es gracias a la magia de una buena película, y no lo que produce UP, una indiferencia total.
El ventajismo con el que Up pretende engatusar al espectador da bastante pena. Utiliza a un viudete estéril vendedor de globos, un niño aventurero, un pájaro en extinción y un perro de los de los ciegos. Ahí está el cebo, quién quiera picar que pique, sobran más explicaciones.