La defensa de Power de la intervención humanitaria ha sido criticada por ser tendenciosa y militarista, por responder a un "problema del infierno" con una "solución del infierno". Además, su defensa del despliegue de las fuerzas armadas de los Estados Unidos para combatir los abusos contra los derechos humanos ha sido criticada por ser contraria a la idea de que el propósito principal de las fuerzas armadas es la defensa nacional.

Se ha argumentado que el idealismo humanitario de Power se desvaneció después de que ingresó al Departamento de Estado y comenzó a asociarse, tanto profesional como personalmente, con realistas de línea dura como Henry Kissinger.

Power también ha sido criticada por su apertura a las intervenciones militares en Libia, Siria y Yemen por supuestos motivos humanitarios, pero que, según los críticos, provocaron la pérdida de vidas y fomentaron el extremismo.

La profesora del estado de Michigan, Shireen Al-Adeimi, dijo:

"Estas intervenciones, sin embargo, fueron todo menos humanitarias: provocaron un fuerte aumento en la pérdida de vidas humanas, exacerbaron una crisis de refugiados, permitieron a los grupos extremistas y causaron una exacerbación general de ya -conflictos civiles tenues".

En sus memorias de 2019, "La educación de un idealista", Power minimiza su papel en el derramamiento de sangre que siguió en Libia, aunque todavía lamenta la inacción de Obama antes en la Guerra Civil Siria.

Sarah Lazare señaló que "cuando Power en su papel de embajadora de la ONU realmente tenía el poder de ayudar a detener la guerra en Yemen, rompiendo públicamente con su jefe y alentando una acción significativa en las Naciones Unidas, no hizo nada. En cambio, adoptó una política de silencio, y protegió a la coalición estadounidense-saudí de un escrutinio internacional significativo mientras arrojaba bombas sobre hogares, escuelas, hospitales y funerales".

Power, en su último discurso importante en el cargo, le dijo a la comunidad internacional que debe hacer todo lo posible para detener lo que describió como un asalto ruso al orden mundial. Al describir acciones rusas como la anexión de Crimea, el bombardeo de civiles en Siria y la piratería de las elecciones de Estados Unidos, Power dibujó una imagen de un estado cuyo objetivo principal es sembrar el caos y causar estragos en el orden mundial "basado en reglas" que está ceñido por el derecho internacional y funciona en organismos como las Naciones Unidas.

"Las acciones de Rusia no están defendiendo un nuevo orden mundial, están derribando el que existe, y contra esto es contra lo que estamos luchando", dijo en un discurso en el Atlantic Council el 17 de enero. "Habiendo derrotado a las fuerzas de fascismo y comunismo, ahora nos enfrentamos a las fuerzas del autoritarismo y el nihilismo". Aquellos que argumentan, como lo ha hecho Trump, que deshacer las sanciones contra Rusia hará que el Kremlin sea más dócil "lo tienen al revés", dijo Power. "Aliviar las medidas punitivas... solo envalentonará a Rusia", alentará a Corea del Norte e Irán a seguirlos y enviar el mensaje de que todo lo que deben hacer es "esperar", argumentó Power.

El supuesto compromiso normativo de poner fin a los asesinatos en masa supera las capacidades estadounidenses o internacionales: una fórmula para esperanzas frustradas y despliegues peligrosos que vive en la fantasía mesiánica de la 'responsabilidad de proteger'.

P: En el documental aparece otra gran humanitaria, se trata de Madeleine Albright, quien dijo que asesinar a medio millón de niños en Iraq era un precio que merecía la pena pagar. Alucina, son estos personajes los que dicen que quieren prevenir o evitar los genocidios.

https://www.youtube.com/watch?v=RM0uvgHKZe8

Me deje llevar por la critica anterior y su excesiva nota, no diré que fue una decepción pero es un producto superfluo y vació, la trama es absurda y previsible. A su favor pueden ser algunas frases divertidas, pero eso no la eleva del aprobado.

Como digo en el titulo, no me convencen todos los personajes que aparecen en el documental, no me fió de sus intenciones.

El montaje y sincronización de los pasajes, juicios y demás, es espectacular. Pero los encargados de denunciar y sobre todo de resolver el problema parecen más interesados en ser protagonistas de derribar a un gran negocio malvado y sin escrúpulos, en ganarse medallitas y reconocimiento, que en castigar a los responsables y terminar realmente con ese problema.

Blackpage se ampara en una ley que libera de la responsabilidad de lo que terceros publican en los sitios web. Pero es sabido que ellos hacen un montón de dinero gracias a negocios ilegales como la explotación sexual de menores.

NOTA: 6

Una película muy aburrida que cree que tiene mucho más que decir de lo que realmente tiene. Aprendes más de la sinopsis de la trama que viendo la película. No se explica nada y no hay ninguna configuración, recompensa o arco de personajes dentro de la película. Los motivos de cualquiera de las personas en esta película no se explican ni desarrollan y la mala iluminación ofrece poco para mostrar la actuación del personaje principal.

Es como si estuvieran buscando a propósito algún tipo de premio a la peor película del año.

¿Quién hubiera pensado que sería necesario otro movimiento "Call Jane" en 2023?

Si esto saliera a la luz hace un par de años, sería irrelevante o alarmante. Con la reciente sentencia judicial, esto ha adquirido nueva relevancia.

Es Chicago de 1968. El abogado criminalista Will (Chris Messina) y su esposa embarazada Joy (Elizabeth Banks) son reservados políticamente. Su salud se deteriora y necesita un aborto con medicamentos. La junta del hospital rechaza su solicitud y ella busca ayuda en un callejón sin salida. Encuentra un folleto de "Call Jane", una organización de mujeres encabezada por Virginia (Sigourney Weaver).

La película, si bien no es perfecta, transmite el mensaje de que las mujeres no tienen el control de sus propios cuerpos, no pueden interrumpir un embarazo incluso cuando sea médicamente necesario y la vida de la mujer esté en peligro.

Es una historia ficticia clara y sincera, pero muy real, sobre cómo eran las cosas en los años 50 y 60, una vida incruenta, bastante pura y simplista como debe ser una vida natural, presentada audazmente por un elenco de actores conocidos que se atreven a elegir bando en esta niebla de guerra para proteger los derechos individuales, en este caso de las mujeres.

Es una vista obligada. Es difícil no sentirse muy conmovido por esta historia de mujeres valientes que toman el control de sus propios cuerpos y de su futuro frente a la opresión. La actuación central de Elizabeth Banks es majestuosa, interpreta a un personaje con el que es fácil simpatizar y conectarse. La historia es atractiva y está bien contada, si no demasiado llamativa.

Dependiendo de tu forma de pensar determinará si te "gustará" lo que veas aquí o no. La cuestión es que las personas que no están en condiciones de tomar ciertas decisiones (sobre otras personas y sus cuerpos) generalmente, la mayoría de las veces sienten la necesidad de hacerlo de todos modos. Ya sean políticos, vecinos o personas de fe.

No es una producción elegante, llamativa y de gran presupuesto. Es una película modesta que cuenta una gran historia. Una muy importante. Y también hace un muy buen trabajo al hacerlo. Esta película se sintió como contó la historia de la manera correcta. No está aquí para ganar mucho dinero, solo está aquí para iluminar y difundir un mensaje. La actuación de Banks y Weaver es de primer nivel habitual/esperada, no hay sorpresas, y Banks a veces cuenta una historia completa con solo un ligero cambio en su rostro.