Haz click aquí para copiar la URL
República Checa República Checa · Praha
Críticas de Johan Liebhart
<< 1 3 4 5 10 13 >>
Críticas 62
Críticas ordenadas por utilidad
La sirena (C)
CortometrajeAnimación
Rusia1997
6,7
953
Animación
7
26 de marzo de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aleksandr Petrov aprendió del venerado animador ruso, Yuriy Norshtein, el significado de la dedicación y el esmero para concebir una identidad creativa propia. Todas sus obras se elaboran con paciente artesanía.

Valiéndose de la técnica de la pintura al óleo y al pastel, pero sin apenas utilizar pinceles, Petrov dibuja
directamente con sus dedos en láminas de cristal. Así, crea, moldea y distribuye pacientemente los más de 30.000 planos que componen de media sus obras.

Obras marcadas por el romanticismo clásico, entre la intimidad y la nostalgia. Explorando el surgimiento del primer amor o la frustración del deseo reprimido en personajes envueltos en bellos paisajes impresionistas. Auténticos cuadros en movimiento que nos sumergen en atmósferas oníricas, fantásticas o surrealistas. Todo ello, basándose en las historias de los grandes literatos rusos desde Dostoievsky a Platonov, Chéjov o Pushkin.

En este cortometraje adapta, precisamente, el relato del novelista y poeta Alexander Pushkin sobre la Rusalka, ninfa de agua del folklore eslavo equivalente al mito de la sirena. Conocida también como la bruja del río, seducirá en esta historia al discípulo de un viejo monje. Entre juegos y paisajes lo enamorará profundamente para desgracia del maestro que recordará tiempos pasados de amores, obsesiones y desengaños. Sumergiendo su memoria en la fantasía, mezclando el recuerdo con la epifanía del amor juvenil desatado y sincero que envuelve a su aprendiz en el canto de la Rusalka. Cuestiones que se reflejan sin necesidad de diálogos gracias al dominio pictórico de Petrov, cuya paleta de colores refleja la calidez del recuerdo y lo contrasta con la frialdad del paisaje. Asimismo, el trabajo de sonido crea un aura de intimidad paulatinamente corrompida como en un cuento retorcido.

Petrov, una vez más, une pintura y literatura para crear poesía visual con sensibilidad y delicadeza. Un impresionante ejemplo de animación pictórica que alcanzaría su cenit en "El viejo y el mar" (1999) y "Mi amor" (2005) sus sucesivas obras maestras. Es una verdadera lástima que desde 2010 no haya contado con fondos suficientes para realizar otros largometrajes y se haya dedicado íntegramente a la publicidad desde entonces.
Johan Liebhart
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
6 de marzo de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos ladridos perturban a un hombre y este decide poner remedio acabando con aquello que los emite. Con tan simple premisa arranca la carrera autoral de Bong Joon-Ho, el director coreano más celebrado de la actualidad. Su ópera prima puso los cimientos que edificarían más tarde la aclamadísima Parásitos. Partiendo igualmente de la comedia negra, derivamos al suspense y al thriller (con persecución Memories of Murder incluida) pasando por trazos de dramatismo, terror y crítica social. Una mezcolanza de géneros bastante orgánica que le da un ritmo muy dinámico al film. La inteligencia visual de Bong se vislumbra en la agilidad de la cámara y la brillantez de las transiciones, pero sobre todo en la disposición del espacio y la puesta en escena. Pues, ya encontramos aquí el elemento espacial que más destaca en Parásitos y que más trabaja en sus obras, el sótano. Un lugar tenebroso donde acontecen los actos más miserables de sus películas, un subnivel cuyo descenso físico y simbólico denota la corrupción moral. Es allí donde acude el protagonista a realizar el primer acto mezquino que catapulta la trama. Es allí donde se cuenta la historia de terror para esconder un hecho aún más terrorífico. Es allí donde el personaje del vagabundo se convierte en víctima y verdugo.

Espacios visuales, definitivamente, que se aprovechan al máximo contrastando con la altura de la azotea y los apartamentos aunque ambos se conectan desde el voyeurismo (del armario a los prismáticos) y definen claramente los contextos sociales de los personajes. El acumulamiento caótico y malsano de la mujer de la tienda expresa su descontento y obstrucción social tanto como la frugalidad del apartamento del protagonista y su mujer. Todos ellos en su voluntad de ascender socialmente (como la familia de Parásitos) se dan de bruces con realidades inmisericordes: trabajos abusivos, despidos por embarazo, contrataciones por enchufe o soborno, miseria económica y pobreza en general. Un retrato social y generacional como vemos en el personaje de Doona Bae, una joven bondadosa y comprometida, pero ahogada por su entorno y sin aspiraciones vitales.
El guion, del propio Bong Joon-Ho, conjuga y equilibra muy bien los personajes y los motivos que muestra en pantalla desde los rábanos al Sol del inicio hasta la mujer que pide limosna en el metro. Todos los elementos sirven a la trama y la enriquecen sin desviarse demasiado (elementos como el papel higiénico o las nueces definen los caracteres y aportan un toque singular a sus respectivas acciones) con elipsis sutiles y bien medidas.

Gracias a una excelente fotografía estos aspectos se realzan adecuadamente aprovechando la profundidad de campo con los pasillos y las escaleras. Angulando cuando es necesario y encuadrando de forma expresiva en los cambios de ritmo y en los diálogos entre personajes. La paleta de colores sobrios en interiores y más vivos en exteriores refleja bastante bien la vitalidad del personaje de Doona Bae. Destaca especialmente, el motivo del amarillo en los chubasqueros identificativo desde el cartel de la película.

Mención especial para la banda sonora de Jo Seong-woo que se mueve entre el blues y el jazz rítmico acentuando y elevando las emociones en las escenas clímax de la película.

Todo ello construye una ópera prima muy sólida, no exenta de las asperezas de un primerizo, pero desde luego a un nivel que pocos directores de su generación han conseguido. Absolutamente recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Johan Liebhart
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
7 de noviembre de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Louis Delluc fue mucho más conocido y reconocido como teórico cinematográfico que como director. Fue gracias a sus apasionados escritos que se popularizaron y acuñaron términos como "cineasta" o "fotogenia". A él le debemos la creación de los cineclubs, asociaciones por y para la divulgación cinematográfica que se extendieron por toda Europa. Locales donde se promovía intensamente la cultura cinéfila. Pues Delluc no dudaba en tildar el cine como arte y lo defendió de forma acérrima hasta su prematura muerte por tuberculosis a los 33 años. Un pionero en el análisis y en la creación de formas lamentablemente olvidado pues apenas le dio tiempo de firmar 7 obras, cinco mediometrajes y dos largometrajes. De las cuales menos de la mitad se conservan en buena calidad. Aún así, merece al menos una crítica en esta página.

Por ello, hoy toca desgranar Fièvre, obra que el mismo Delluc consideró fallida, pero que vale la pena visionar pues emplea recursos y técnicas que influirían en futuras producciones vanguardistas. No por nada Germaine Dulac, directora de la primera obra surrealista de la historia del cine, alabó esta cinta.

Delluc escribe el guión y pone en práctica en la escenografía y en el montaje varias teorías que había desarrollado en el Movimiento Impresionista Francés. Introduce con entornos que pasan de interior a exterior ágilmente, adaptando el ritmo de los cortes a cada lugar y elemento. El conocido como montaje anfibio.

La historia en sí comienza al presentarse varios personajes en una taberna donde esperarán la llegada de unos marineros. Una mujer llamada Paciencia, adicta al opio, un borracho con un curioso maquillaje que recuerda al expresionismo alemán y una resolutiva tabernera entre muchos otros. A la llegada de los marineros se van sucediendo estados de ánimo que inundan a los personajes y dominan las escenas entre introspección (imaginaciones) y acción (baile, juegos, el mono). Delluc se detiene a poner nombre y apellido a los extras, ignorando por un momento a los protagonistas y a sus tramas para sacar del anonimato a aquellos que llenan humildemente el fondo de la escena. Curioso homenaje.

Por otro lado, incluye las ensoñaciones y las imaginaciones de los protagonistas visualmente en otro plano más allá de la trama. Los recalca con tintes de colores y estéticas chocantes. Muy a destacar la presencia de la estética oriental en contraposición a la occidental. Así como la escena casi onírica que imagina una de las mujeres donde un grupo de personas con vestiduras orientales alaban un torso de piedra. Ni David Lynch vamos.

Con todo ello, la fotografía está muy conseguida e incluso se juega con la luz, en la distribución de espacios de la taberna, entregando simbolismos. Por ejemplo, la oscuridad que se cierne en la trastienda como el negro estado de violencia que se acabara propagando en los personajes hacia el desenlace. O bien, la flor iluminada que espera a florecer y que atrae al personaje de Paciencia más aún que el opio. Las lecturas que surgen de estas metáforas son como siempre muy diversas y contradictorias, pudiendo incluso no significar nada en absoluto.

Sin embargo, el contexto del filme inmediatamente posterior a la Primera Guerra Mundial es determinante tanto en el matiz pesimista de algunos personajes como en el absurdismo de algunas secuencias y del mensaje final.

En definitiva, siendo una película "fracasada" ofrece un estilo y unas formas interesantes que la llevan a erigirse como una de las precursoras de la fiebre vanguardista que surgiría en Europa durante los años veinte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Johan Liebhart
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
The Curse Of Umezu Kazuo
MediometrajeAnimación
Japón1990
6,5
60
Animación
7
19 de mayo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mediometraje que adapta dos historias de terror de Kazuo Umezu, legendario mangaka del que tomó inspiración Junji Ito para desarrollar sus primeras obras. El estilo de dibujo y la estética general es bastante ochentera (cintas de vídeo, ojos enormes con peinados y uniformes de la vieja escuela), pero fiel al material original. Juega con la animación estática y la escasez de recursos a su favor para generar tempos, pausas y silencios bastante inquietantes.

Los ambientes de tonos lúgubres y cuasi vacíos provocan una sensación de mal rollo y temor por lo que pueda acechar tras los encuadres cerrados y opresivos de sombras alargadas y pasillos oscuros. Aunque lo mejor, sin duda, es la banda sonora con pistas muy absorbentes de sinfonías tubulares y toques orientales folk que generan un ambiente malsano muy inmersivo.

Las dos historias se equiparan en suspense, la segunda es más previsible y algo menos original, pero igual de entretenida. Ambas poseen un buen ritmo y momentos perturbadores. Entre una escena y otra logran algunos planos expresionistas, angulando y deformando un poco los ambientes, esas paredes con texturas grotescas, que refuerzan el terror psicológico y las reacciones de los personajes enormemente.

Una buena dosis de terror animado y dirigido con buen pulso que bien vale un visionado para los fanáticos del género en su vertiente más clásica y gore.
Johan Liebhart
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Traces (C)
CortometrajeAnimación
Francia2019
7,2
67
Animación
8
17 de mayo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hugo Frassetto y Sophie Tavert Macian firman el mejor cortometraje en pintura sobre cristal desde que desapareciese su máximo artífice, el maestro Aleksandr Petrov. Los autores se basan en pinturas rupestres reales del paleolítico, que cobran vida en el corto entre motas de rojo sangre y cantos guturales. Valiéndose de trazos finos en dintorno, elaboran con suma creatividad ritmos y formas apabullantes que nos van descubriendo un mundo primitivo y salvaje.

Las imágenes están cargadas de una misteriosa pregnancia y la casi ausencia de diálogos logra una sensación muy hipnótica. Hay pasajes asombrosos: el susurro de la llama, la caza del bisonte, la estampida, el río de sangre. El juego entre representación y realidad del pintor en la cueva es especialmente vibrante. Cautiva pensar en este improbable antepasado como una suerte de artista primigenio. Observando la belleza brutal de su entorno y tratando de plasmar sus visiones. Todo el recorrido que ilustra la cacería está elegantemente contado con una sinfonía animal entre cazadores y presas que perdura en la retina.

Solo queda esperar que esta obra no sea más que el principio para tan prometedores autores, capaces de retomar el testigo de un estilo de animación tan hermoso como infrecuente.
Johan Liebhart
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 10 13 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow