¿Que se le pide a Jason Statham? De ser el mismo. Es lo único que ha demostrado saber hacer y lo hace muy bien. Y es lo único que pide el público cuando va a verlo: Que distribuya hostias y balazos virilmente, sin olvidarse de enamorar a la chica. Y Jason Statham cumple. ¿Entonces que más pedir? Que no se vuelva como Segal, una caricatura de sí mismo.
Si vienes para ver la adaptación de Parker en la pantalla estarás desilusionado porque la producción compro los derechos del personaje… Para poner solamente el nombre a la película obviando todo lo que hace la singularidad del personaje.
Cumple para pasar el rato pero dentro de una semana la abras olvidado.

¿Por qué un 5? Esta secuela es engañosa respondiendo a temáticas del original y falsamente profunda. En la película original el tema era de saber cuándo terminaba la máquina y cuando empezaba el ser humano. ¿Podía una creación mecánica tener sentimientos, alma? Aquí ya se respondió. El protagonista, K, hasta tiene "recuerdos" implantados para que sus respuestas sean más humanas. Además, el guion contiene incoherencias. Al principio K "retira" a un replicante que ya estaba en la Tierra hace más de 20 años. Entonces los replicantes ahora pueden vivir mucho más tiempo... Y si los replicantes están prohibidos en la Tierra, ¿por qué son otros replicantes que los cazan? ¿No es meter lobos a cuidar corderos?
Además, toda la película gira en torno a un ser fruto de la unión entre un replicante y un ser humano, como la gran herejía que pondría la humanidad en peligro. Oye, si no quieres que haya una reproducción es tan simple como crear a los replicantes sin órganos reproductores. Por qué si le metes útero y un ADN compatible a una replicante no te extrañes que tenga hijos...
Harrisson Ford está presente con el único pretexto para dar legitimidad a esta secuela.

Película entretenida con un planteamiento interesante, que consigue mantener el interés hasta el final.
Los deseos tienen un precio a veces muy alto.
También la película muestra cómo alguien que te puede dar lo que más deseas es tu dueño.
Inevitablemente uno se plantea que haría uno en el caso de los protagonistas.
Y deja abierta las cosas para una secuela...

Entre los seguidores de Harry Potter se distinguen los que han leído los libros y los que solamente conocen las películas. Esta claro que en dos horas no puedes resumir quinientas páginas y tienes que elegir que contar y que obviar. Cuando vamos a ver la adaptación de un libro tenemos que estar consciente que vamos a ver la visión que el realizador de la película tiene del libro, que no coincide siempre con la tuya.
Por eso trato de ver la película sin pensar en el libro.
Para mí la película cumple pero le faltó algo. Por ejemplo a los combates de varita les falta violencia. Aquí se ve a los tipos pronunciando palabras divertidas y rayitos saliendo de las varitas pero donde está la amenaza mortal? Para tomar referencia a otros combates de leyenda cuando los chicos se daban con sables de luz en star wars, sentías la fuerza cuando chocaban las espadas, sentías que te podían cortar así no más! También le faltó algo épico en la batalla final. Se mueren protagonistas importantes y nada todo el mundo feliz igual…
¿Quizás demasiadas expectativas? El problema radica en que tenían un guión estupendo, grandes personajes, muy buenos actores y plata de sobra para montar todo esto. Entonces me esperaba a algo más que simplemente bueno quería ver algo grandioso y vi algo simplemente bueno.

Adaptación del falso tráiler incluido en Grindhouse.
No comprendo las malas críticas de esta película... Cuando vas a ver una peli como esta uno sabe a lo que va. Si vas a ver Rambo no es para ver el cisne negro. Entonces es un despropósito criticar lo que justamente hace el brillo de la película. La aparente incoherencia del guion, las chicas fáciles, los protagonistas súper monolíticos. Eso hace parte del juego.
Esta película no se toma en serio, juega con las actuaciones forzadas, los clichés, la sangre, los anacronismos. No hay que verla buscando rigor ni coherencia, hay que verla como un fin de semana de fiesta salvaje donde ya no hay propósito, sino que, de pasarla bien, de reírse del mundo y de sí mismo.