La mejor serie de humor de la historia. Porque nunca pretende ser más de lo que es, se acepta a sí misma. Porque el patetismo queda aquí con un toque familiar, como diciendo: "Eh, que todos tenemos movidas raras, pero siempre hay una Pam por ahí esperándote."

Lo que pasa es que además está Dwight, irreal él, pero tan tan bien hecho el personaje, que es una gozada verle cada capítulo.

Sí señor. Bajo este complejo juego de palabras entre los dos nombres, entre "Poli" y "Fiti", ambos personajes representados por el mismo actor, subyace un sentido profundo y difícil de asimilar. Las semejanzas entre las dos creaciones artísticas cristalizadas en sendas figuras no son casualidad. ¿Os acordáis del sueño de Resines? Pues esta serie, en realidad, es el sueño que tiene Resines al día siguiente, a la noche siguiente. La primera noche, su noche de bodas, soñó una vida de unos 5 años de duración. Para no variar, a la noche siguiente su mente elaboró otro intrincado sueño, de nuevo de varios años de duración (años contabilizados en el ámbito del sueño, claro). Fiti y Poli no son más que símbolos subconscientes, el elemento clave, el puente, el personaje repetido, el amuleto, el elemento crucial, aquéllo que mantiene unido el ingente hilo onírico de Resines. Esa fachada de paleto de barrio es mentira, es un disfraz. Fiti o Poli, Poli o Fiti. Tras estos personajes se esconde un secreto difícil de digerir. Estoy seguro de ello. Ésto no es casualidad.

Pero, cómo es posible ésto, dado que Médico de Familia es anterior en el tiempo a Los Serrano. Buena pregunta: es sabido que en el mundo surrealista de los sueños, el tiempo cronológico no existe como tal. Al contemplar estas dos series ahora, no podremos si no encojernos, al haber descubierto un nuevo enfoque, casi Lyncheano, simbolizado en la grandiosa dualidad Poli-Fiti.