Un comienzo estético e impactante a vista de pájaro. Difícil de olvidar, aun con los títulos de crédito sobreimpresionados.

Se trata del episodio independiente de una serie de telefilmes - “Meurtres à… “-, basados en asesinatos de ficción cometidos en ciudades francesas con un cierto interés turístico-cultural.

El director, Eric Duret, repite, con la misma pareja de guionistas y con la misma pareja protagonista con las que ya trabajó en “Meurtre au Pays Basque”, en 2014. Después realizó aún más capítulos de la misma serie con distintos elencos: “Meurtre à Maussane”, en 2017 y “Meurtre à Luberon”, en 2018.

La pareja protagonista empastó bien en el episodio anterior y continuan siendo competentes. La historia va de morgues, decapitadoras, alondras y cotas de malla.

¿Algún milímetro de mejora respecto de su precedente? Tal vez… Está estéticamente más trabajada.

De acuerdo con la mayoría de críticas publicadas. La película es sencilla, sensible, sincera, pero ¿efectiva?

¿Pretende algo que se me escapa? La historia, por muy terrible que sea, nos la han contado ya muchas veces. Así y asá… No esperes un giro de guión, una novedad, una sorpresa, un que sé yo que justifique contar lo mismo de nuevo. No lo hay. Es lo que es:

La historia está bien contada - que pena que me la sepa -, fundamentalmente gracias a una excelente dirección - que hubiese merecido un mejor guión -, y a una portentosa interpretación de Stephanie Beatriz, a la que le auguro una excelente carrera. Está sobria, convincente, creíble, llena de matices.

Y muy poco más al margen de la sencillez, la sensibilidad y la sinceridad manifiesta.

That's all folks!

Parezco ser de los pocos que se han sorprendido y han disfrutado de esta tragicomedia concebida y realizada para consumo interno, o para espíritus afines que empaticen con la idiosincrasia y el subrealismo napolitano.

Sí, por supuesto que es excesiva, tosca, estridente y hasta de una estética ciertamente hortera ¿Y no lo era “Gomorra”? Es sólo que “Gomorra” - a la que la propia película cita y homenajea en una de sus mejores secuencias -, intentaba contar la historia en serio, en su más extrema crudeza, mientras que “Ammore e malavita” opta por el extremo contrario: el de su humor negrísimo y descontrolado, comenzando por la propia naturaleza napolitana.

Por eso no deja al margen los mil paisajes napolitanos que nos muestra la cinta, ni la mafia, ni los amores trágicos e imposibles, ni las motos, ni los turistas, ni la mala vida de los malos, ni la cobardía, ni la traición, ni los funerales, ni el rosario, ni los sicarios, ni las playas, ni las lanchas, ni el puerto con sus torres de contenedores, ni, por supuesto, el que todo napolitano crea llevar dentro a un tenor o a una soprano…

No podría haberse abordado esta propuesta sin que todos canten… ¿Quién no canta en Nápoles? Y claro que no es un musical y que la mayoría de las canciones son cutres y hasta pobres versiones de éxitos de lo más kitsch.

- ¿Cómo va a ser autoindulgente si no deja títere con cabeza? Ni los Manetti se toman en serio a sí mismos y arriesgan todo lo posible en guión y dirección, a costa de pasarse de frenada.

¿Fallida? Conseguir 5 Premios David di Donatello: incluyendo mejor película, y habiendo sido nominada en 15 categorías, no está al alcance de cualquiera. Ni siquiera de los críticos que la han denostado sin comprenderla. Haría bien Filmaffinity en incluir alguna crítica del país de donde son originarias las películas.

Claro que la propuesta es irregular e imperfecta, y hasta pasada de metraje, pero qué gran ejercicio aborda con descaro y sin complejos: Reírse de su propio sentido trágico de la vida.

No parece mucho más que eso. Tiene aspectos interesantes en varios campos. Cierto es que ninguno da la campanada. Todo es un intento, a veces simplón, a veces arriesgado, de hacer una película muy personal. El resultado es un quiero y no puedo. Llama la atención el propio casting, y algunas interpretaciones, y algún diálogo, y alguna posición de cámara, y algún giro de guión, y lo ajustado del metraje… pero, querido Mabrouk El Mechri, creo que es tu primer largo ¿no? Pues bien, paciencia. A los que les sale muy bien la primera, les cuesta mucho hacer una que la supere…

Es cierto que haber hecho como segunda una de Van Damme, no sé si te va a costar explicarlo. “JCVD”… en fin.

Intentaré ver con interés la tercera: “The Cold Light of Day” con Willis, Weaver y nuestro Jaenada… El presupuesto parece que va a mejor…Ojalá hayas afilado el hacha y hayas ganado en fuerza, tono y tino.

Suerte.

Esta bien, incluso muy bien… La vida del “Fénix de los Ingenios” merecía ser contada, y Andrucha Waddinton lo hace con pulso narrativo, concreción y acierto en montaje y posición de cámara.

Hombre, puestos a criticar… a Lope - Amman le falta templanza de voz… Con Antonio Dechent, con Juan Diego, con Luis Tosar a su lado… el chaval tiene buena planta, pero le faltan tablas leyendo los que deberían oírse como sus propios versos… Se echa de menos lo que casi siempre se echa de menos en un actor de la edad de Amman. Digamos que en “Celda 211” cantaba menos…

Desde la primera aparición de Isabel - Watling me quedo prendado, como Lope, y a partir de ahí solo esperas que salga de nuevo, y en cada escena te regala un gesto, una mirada, un jadeo y hasta un verso. Cuidado que Pilar López de Ayala está muy bien a ratos, por eso parece que Lope duda, pero luego sale Isabel de nuevo y se lo come, y se comen, y se comen las perdices, y lo que haga falta. ¡Qué actriz, qué papel…!

Hay un par de momentos realmente memorables: el cruce de las dos mujeres en los calabozos y la irrupción de Lope en la alcoba de Isabel:

-Has roto tu jaula y la mía y ahora quieres volar y dejarme aquí. Tú no eres tan cruel. Te conozco mejor que tú mismo. Tú has venido a por mí…

Pilar, al final, en el juicio, brilla rindiéndose ante Leonor… Y es que si no puedes co ellos… redímete.

14 hijos, 3.000 sonetos, 800 y pico comedias… Gran semental y el más prolífico autor… A quién le puede extrañar que Cervantes lo llamara “Monstruo de la Naturaleza”…

Aunque a mí, la que me parece más fértil es ella… y la musa… Lope entero… es Leonor.