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España España · Madrid
Críticas de chechu
Críticas 533
Críticas ordenadas por utilidad
6
22 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alex de la iglesia nos sumerge una vez más en ese mundo gobernado por perdedores que se creen héroes absolutos de su patética realidad. En este caso, el turno le llega a un antiguo especialista de los Spaguetti Western rodados en el desierto de almería, alcoóholico y putero a partes iguales, que tras acabársele su medio de vida no duda en dirigir un decadente espectáculo homenaje de dichas películas. Junto a él, le acompañan en dichos espectáculos, un grupo de perdedores sin personalidad. Un dia, la paz de ese grupo se ve perturbada por la presencia un desconocido nieto que conseguirá sacar lo mejor de él.

El afamado director vasco quiso en esta película hacer su homenaje particular a todos aquellos que trabajaron en el desierto de Almería y que pasaron al olvido en cuanto la industria desapareció. En este sentido, Sancho Gracia encarna a la perfección la figura de viejo nostálgico orgullosísimo por algo que nadie le da importancia. La cinta ahonda también en otra serie de cuestiones relacionadas con el abuso de poder, y con la dificultad de educar a un niño.

A pesar de que se hizo un esfuerzo considerable en confeccionar grandes efectos especiales, el fuerte de la película es un buen guión que alberga muy buenas historias humanas. Cabe decir, que todo ese esfuerzo económico que se hizo no sirvió más que para hacer unos efectos especiales que en ningún momento sorprenden. La otra pena de esta producción, es un final muy poco creíble y varias escenas en las que a Alex de la Iglesia se le fue la pinza.

Respecto a los actores, se hecha de menos un mejor aprovechamiento de Carmen Maura y Terele Pávez, una mayor naturalidad en la interpretación de Eusebio Poncela, y un menor repelentismo en el niño. A destacar un Sancho Gracia inconmensurable, un Ángel de Andrés que vuelve a demostrar que es uno de los mejores secundarios del cine español, y una bellísima y desconocida Yoima Valdez que llena la pantalla con su naturalidad en varias escenas complicadas.

Finalmente, destacar la curiosidad de ver a Cesáreo Estebánez recuperando su viejo papel de agente de la ley en farmacia de guardia. Quizás, otro homenaje de Alex de la Iglesia al que sólo le falta la mítica frase... ¡Para dentro Romerales!
chechu
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5
22 de febrero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las peripecias de ese travieso y repelente niño que provocaba el terror entre los vecinos de un apacible vecindario, especialmente del señor Wilson; dieron como resultado esta película concebida especialmente para el público infantil. En ella, los seguidores del cómic "Daniel el Travieso" y los de la posterior y homónima serie de televisión, pudieron ver en carne y hueso a los personajes del cómic, y recordar las trastadas del "enfant terrible".

La película presenta un aspecto diferenciador respecto del cómic, la presencia de un malévolo ladrón dotado de mil y una capacidad para conseguir sus siniestros objetivos. Así, mientras vemos como Daniel se relaciona con el resto de niños del barrio, y saca de sus casillas al señor Wilson; asistiremos a los diferentes planes de desvalijamiento ideados por dicho ladrón.

A pesar de que ciertamente consigue arrancar más de una sonrisa a los más pequeños de la casa, el resultado final no termina de convencer. El tratamiento de los personajes y de los chistes es excesivamente infantil, especialmente todo lo relacionado con el ladrón. Además, se echan en falta un mayor número de travesuras.

Respecto a los intérpretes destacar un buen Walter Matthau y un extrarodinario Christopher Lloyd que le cae en desgracia tener que lidiar con un personaje excesivamente estereotipado.
chechu
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6
11 de enero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No creo que exista en la historia del cine muchos ejemplos de actores que a pensar de haber interpretado una gran cantidad de personajes, son especialmente recordados por uno sólo (El más claro ejemplo es Sean Connery y el agente 007). Hablar de Whoopi Goldberg es, hablar irremediablemente de la monja Mary Clarens; no creo que exista casting mejor hecho que el que se hizo para este papel. Interpretando a Deloris Van Cartier (el verdadero nombre de la hermana Mary Clarens), Whoopi puede sacar a relucir su habilidad como cantante y como actriz histriónica.

Una corista de las Vegas es testigo de un asesinato perpetrado por su amante, un peligroso gangster. Tras lo cual, se ve obligada a hacerse pasar por monja y esconderse en un convento a expensas que se celebre el juicio. El caracter incomformista de la nueva monja y la sobria rectitud de su pasajero destino hacen que su llegada se convierta en una gran revolución que a base de buenos temas musicales y simpáticos gags diviertan a todo tipo de público.

Sobre la película, decir que tiene dos grandes protagonistas: Whoopi y las actuaciones musicales. Éstas últimas consiguen darle un punto peculiar que combinadas con las situaciones cómicas hayan conseguido convertir esta película en una especie de cine de culto. La pena de la película es un exagerado punto histriónico que se podía haber evitado, unas canciones y gags inferiores a la de una secuela bastante superior, y la subnormalización de algunos de sus personajes.

Tambien hay que destacar lo carismáticos que, en general, son sus personajes y lo bien interpretados que están. Además de Whoopi Goldberg, destacar a la siempre admirable Maggie Smith.
chechu
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3
13 de noviembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crueles Intenciones, la original, presentaba una interesantísima historia sobre los peligros que conllevan la manipulación sexual y el jugar con los sentimientos. Eso estaba contado a través de un guión expléndidamente redactado y unos actores que daban muy bien la talla. El éxito cosechado hizo que apareciese en nuestros videoclubs una precuela que se autoplagiaba para contar como se conocieron Sebastian y Katherine. Por desgracia para los que nos gustó la historia original, esta precuela contaba con peores interpretaciones y guión. No contentos con el ridículo de esa precuela, a alguien se le ocurrió la genial idea de hacer una tercera película.

En ella, se nos cuentan los pasos de la prima de Katherine para convertirse en lo que fue su prima. A lado de ella estarán dos chicos de similar calado moral. Entre los tres se producirán las consabidas apuestas sexuales, traiciones y pensamientos morales.

Internándonos en el seno de la película, se puede decir que el principal problema de ella es que parece una porno sin sexo explícito. Es decir, personajes absolutamente planos, interpretaciones totalmente insulsas, decorados tremendamente inexpresivos, y montones de situaciones de aquí te pillo aquí te mato. Exceptuando una trama principal que dificilmente se llega a vislumbrar, el largometraje se compone de un aglomerado de escenas con muy poca cohesión entre ellas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
chechu
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5
14 de octubre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver a Drew Barrymore metida en una película de "chico conoce chica, surgen problemas entre ambos, pero al final lo solucionan" es algo que a estas alturas no sorprende; lo que si sorprende es ver una película de los hermanos Farrelly sin su habitual repertorio de chistes vulgares y escatológicos. Peter y Bobby trataron con esta película relatar de que manera una afición desmesurada puede desgastar una bonita relación; y aunque en esta ocasión se desprendieron de su cacaculopedopisimo tradicional, sí que siguieron incurrieron en el mayor de sus pecados: exagerar hasta límites ridículos y absurdos.

Ben es lo que podríamos llamar un buen tipo; tanto sus amigos como sus alumnos le adoran. Sin embargo, su afición desmesurada por su equipo favorito de béisbol le impide valorar el resto de las cosas. Por eso, surgen los problemas cuando conoce una chica estupenda; mientras que él quiere seguir su vida habitual centrada en el deporte del bate, ella ve que él no la ama a ella sino al béisbol.

Se trata de una comedia de las llamadas románticas en la que se repiten situaciones desmesuradamente absurdas que no dejan al espectador tomarsela en serio. Eso es una verdadera pena, porque el planteamiento de la película daba para un humor algo más dramático y ácido. No se entienden escenas a lo Ace Ventura en un personaje radicalmente opuesto al famoso detective de mascotas, tampoco se entiende ese fervor tan desmesurado, ni por supuesto la increíble proliferación de los llamados personajes bufón.

La otra gran pega del largometraje es el poco margen que le dan los hermanos Farrelly al personaje de Drew Barrymore para sacar de si misma todo lo que es capaz de sacar. En otras películas del género como la de "50 Primeras Citas", Drew llena la pantalla; en ésta se la ve muy encorsetada en su papel, sin una sóla escena en la que ella lleve la voz cantante, y con muy pocos primeros planos. El otro actor protagonista, cumplidor sin destacar especialmente.
chechu
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