Renoir se va de viaje a la India y olvida llevarse en la maleta la acción (ni rastro, como mucho unos obreros haciendo trabajo de carga y descarga) Con una fotografía impecable señala tal vez por primera vez en color, un país de cuentos, de sueños, un país con un atractivo que merece toda la atención posible. La presentación de la vida hindú hacen de "El río" un título imprescindible para todos aquellos que sientan una mínima curiosidad antropológica por este gigante país-continente. Sin embargo los medios que usa para aproximarse a la India, a través del cine, suponen un error tremendo. Para mí que Renoir falle tan estrepitosamente supone una enorme decepción porque de un contexto inmejorable podía sacarlo todo y él no saca nada. Optar por la vía contemplativa significa que cierto público a la media hora (ese es mi caso) tome como penitencia continuar con ello mientras que muchos otros según el momento, sencillamente se duermen.

No es sólo esa caducada voz en off, tan absurda y desquiciante, es la falta de ritmo, la ausencia de historia, la falta de atractivo de todos los personajes y mi personal imposibilidad de destacar nada. La fotografía y ese color viejo es lo único que me gusta... ¿Conclusión? Lo bonito puede aburrir mucho, porque la historia de las niñas occidentales carece de mensaje y bien pensado, la intrascendencia de esa historia podría ubicarse en cualquier otro lugar del planeta.

Creo que eso de la existencia y las dudas sobre la realidad forma parte de cotidianidad del homo sapiens ya desde que toma conciencia de su propia vida. Ante esas cuestiones, para muchos inesquivables, la reflexión te puede llevar a mil sitios. Matrix es un ejemplo de final de trayecto, una posibilidad más en forma de entretenimiento y sobre todo, hecha para el gran público. Sacar este jugo a la reflexión filosófica personalmente a mí no me aporta nada y si miro la película detenidamente, más allá de su mensaje, veo unos actores pésimos con adornos, eso sí, espectaculares.
Y el contenido... facilón, desde luego, todos sabemos que el tiempo es inaprehensible y que la materia inerte que nos rodea está compuesta de las mismas dudas que la materia que somos nosotros mismos. La explicación de Matrix la hemos visto todos, a mí no me convence.

De Gene Tierney se ha dicho que es la mujer más hermosa que uno puede encontrarse delante de la pantalla y no sólo no puedo pasarlo por alto sino que es lo primero que quiero destacar de "Que el cielo la juzgue". Además de su brillo en color acepto que el papel que interpreta nuestra protagonista es lo más destacable de un melodrama que me he visto obligado a suspender por cuestiones de guión y que detallaré como buenamente pueda en la zona oculta de mi opinión.

Por lo visto la película parte de un best-seller, cuestión clave para entender que bajo mi punto de vista hayan piezas que no encajan del todo, bruscos vacíos, cambios de paisaje sin explicación y situaciones que implican sobreentender cosas que no son detalladas. Partir de las letras al cine siempre es complicado y aquí, centrado el tema en la paranoia de una mujer, lamentablemente no se da el desarrollo psicológico que la ocasión merecía. Luego está el tema de la cara de cartón de Cornel Wilde, con actitudes y aptitudes (para el amor) absolutamente inexplicables.

No me gusta recurrir a uno de los verbos más usados en FA cuando se ponen notas por debajo del resto, pero en este caso es inevitable: la película de John M. Stahl está muy sobrevalorada. Suerte que aparece Vincent Price y suerte de los dos rostros femeninos (ahora ya incluyo a Jeanne Crain), la película no es un desastre, pero sí falla en su ejecución. La idea, genial; la práctica, fatal.

No encuentro otra manera de decirlo, "La masa devoradora" es mala de principio a fin, está mal hecha y no merece ni sumarle alguna estrellita más porque sea entrañable, que no lo es para mí, o porque aparezca McQueen, que realiza una interpretación penosa. He visto muchas películas de los 50, bastantes de la llamada serie B, con menos presupuesto incluso, y la mayoría se encuentran muy por encima de este desastroso título. La concepción no es mala, hay ciencia-ficción, la amenaza de algo que viene de fuera, y un pueblo que prueba de hacerle frente. Pero todo, todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la idea es una calamidad, de verdadera vergüenza ajena... Ver a McQueen así, como si fuera un aficionado, es lamentable. Para entonces contaba con 28 castañas y nos intentan vender la moto de que es un adolescente!!! Lo amenazan con llamar a los padres y se escapa con su chica, adolescente también, para salvarlos a todos de la amenaza del monstruo. Ver las quejas ante la incomprensión de McQueen ante la policía es lo peor, en cuanto a interpretación, que he visto nunca. En la época daría miedo, por supuesto, no puede negarse, pero vista hoy me ha parecido absurda, mal hecha, con cosas metidas sin sentido alguno dentro de la trama y unos secundarios penosos. Los amigotes que ayudan a McQueen actúan peor incluso que él.

Una de las peores películas que he visto en lo que va de año, mirar para atrás siempre conlleva riesgos.

El exceso más importante es el metraje. Tres horas son demasiadas para explicar la historia del malo de Barry. Mi queja viene dada por la prolongación innecesaria. A veces, también, dos horas pueden ser excesivas. En este caso, no me extrañaría que más de uno se haya dormido.

La banda sonora, la fotografía y la historia del malo de Barry (malo para mí, claro) son elementos que están a la altura de las mejores películas. Algunas escenas son tremendas y hacen pensar que Kubrick de verdad era alguien muy minucioso con su trabajo.
Sin embargo, tres horas ante una interpretación del actor principal no muy destacada siempre serán tres horas largas.