El tener niños pequeños y gustarte el cine te obliga a tragarte hasta la sobredosis películas de este tipo, es tal vez la única forma de meter el gusanillo del cine a tus hijos. Si la enfocamos desde el punto de vista infantil la película les impresiona y les gusta, si lo miramos desde el prisma de un adulto es aceptable, no aburre en exceso y es entretenida aunque como es lógico es muy previsible, pero eso a los niños les da igual. Las animaciones están muy bien y la no mezcla de la animación y lo real se agradece.

Tengo que admitir algo, al carajo las relaciones humanas y viva “el barco peonza”, tan rápido da la vuelta el Poseidón que si la ola lo coge con algo mas de impulso da un giro sobre si mismo y hubiera seguido navegando sin mas y la película hubiera continuado como un capitulo mas de vacaciones en el mar con algún chichón que otro y algún desnucado para imprimir algo de drama.
Una vez que todo esta al revés comienza el baile de los listos, que son aquellos que deciden salvarse y los tontos encabezados por el capitán que deciden beberse toda el agua del mar esperando que alguien les salve, por cierto, deprisita porque el barco anecdóticamente se hunde.
El resto es subir hacia abajo del barco en una especie de concurso de imposibles y claustrofóbicos espacios, muriendo alguno que otro para disimular que la cosa era algo complicadilla y con una lancha de regalo esperándoles porque si no la película acaba con un amanecer sin sentido, ya que hubiera muerto hasta Nemo (que casualmente pasaba por allí y le dio el barco en la cabeza)

Auténtica y demoledora historia sobre un sin sentido, por más que intento verla positivamente.
El guión es deficiente e inverosímil, con una escenificación escabrosa, por ejemplo con aeropuertos que no lo parecen, hospitales que no lo parecen, discoteca que no lo parece y todo esto mezclado con mucha publicidad de algún hotel. Por otro lado tenemos a una familia prototipo de la familia que nadie tiene ni conoce y con unos conflictos que ríete tu de las intrigas familiares de “Yo Claudio”.
Para finalizar tal vez la historia hubiese llegado a algo si Leonardo Sbaraglia hubiese salido de la interpretación plana que mantiene en toda la película junto a una Geraldine Chaplin inexpresiva y nada convincente. Gracias a una Ana Fernández, una excelente Adriana Ozores y la grata sorpresa de un Roberto Álvarez no haciendo sinsentidos televisivos e interpretando un correcto papel salva a toda la película de un tedio de la muerte. El resto del reparto para olvidar.

Argumento que se cae por su propio peso, cortito e infantil con final Happy e inverosímil.
A destacar la actuación de Leonor Watling que carga con el peso de la película, acompañada exclusivamente por Silvia Abascal.
La pena ha sido la madre, Rosa María Sardá, y es que su actuación en esta película es muy floja y no despierta sentimiento alguno.

Mi modesta opinión la situaría en un muy meritorio término medio, no puede considerarse como una gran película porque tiene importantes lagunas para la perfecta comprensión de toda la trama, pero también es cierto que algo emana y el propio argumento te atrapa y te confunde, teniendo un final correcto que no llega a defraudar.
Las interpretaciones muy buenas, y salvando las enormes distancias, algunas pausas, tomas y la banda sonora me recordaban ligeramente a “2001 odisea en el espacio”. En fin película que no deja indiferente.