En primer lugar, decir que no tiene porqué interesar la política para disfrutar de este filme (hay a quien no le gusta por este motivo). "Missing" narra un hecho histórico tan brutal como lo fue el Golpe de Estado de Pinochet en Chile para acabar con Salvador Allende, la desaparición de Charles Horman, un periodista estadounidense que allí vivía, y la búsqueda por parte de su mujer y su padre.
Ése es el principal punto de interés, la trama principal de esta obra maestra de Costa-Gavras: la búsqueda de una persona desaparecida en un territorio lejano y hostil como lo es el Chile de la dictadura militar. Un viaje, una búsqueda, y también un terrible descubrimiento de verdades ocultas. Teniendo el espectador cierta base a la hora de ver ¨Missing¨, y sabiendo que el cineasta griego suele realizar severas críticas con los temas que toca, uno cree que va a poner patas arriba a Pinochet y a la dictadura chilena. No es así. Retrata con un feroz realismo y crudeza la situación del país, pero al final a quien le da la mayor patada es al gobierno estadounidense por su actuación.
Costa-Gavras tenía un delicado y severo tema que tratar, y mejor no pudo hacerlo. ¨Missing¨ es una película perfecta, a la que no le sobra ni le falta nada, narrada y dirigida con una maestría espectacular, perfectamente ambientada y con unas interpretaciones magistrales: Sissy Spacek, John Shea y el resto de secundarios son sensacionales; pero sin duda los mayores halagos los merece Jack Lemmon, quien toca el cielo con una interpretación conmovedora, sensible y dura. Después de verle en excelentes papeles cómicos como en las películas de Billy Wilder y encontrarle aquí este papel dramático, queda claro que fue, es y será uno de los mejores actores del mundo. Y por último, cualquier palabra se queda corta para describir la extraordinaria banda sonora de Vangelis. Cada vez que la recuerdo o la escucho se me encoge el corazón.
¨Missing¨ es un film necesario, sobrecogedor y con uno de los finales más emocionantes y estremecedores de la historia del cine. Una obra maestra absolutamente imprescindible.

Lamentable nueva película del que no hace muchos años era uno de los directores más prometedores del cine indie americano, David Gordon Green. Este señor nos ofreció películas sumamente interesantes como ¨George Washington¨, ¨All the real girls¨ o la demoledora ¨Snow Angels¨.
En el 2008, Judd Apatow lo fichó para realizar ¨Superfumados¨ (la cual no me desagradó y me entretuvo), y ahora con ¨Your Highness¨ (benditas sean las traducciones al castellano) no solo hace la peor película de toda su filmografía y de lo que llevamos de 2011, si no que hace un auténtico bodrio que no sé a quién le puede hacer gracia. Tiene un buen diseño de producción, vestuario y efectos especiales decentes; pero el resto es malo y absurdo en todos los conceptos. Franco, Portman, Deschanel y, sobre todo McBride (que me hizo gracia en ¨Salidos de cuentas¨ o en la serie ¨De culo y cuesta abajo¨) hacen el ridículo hasta puntos insospechados. La película aburre, los chistes son completamente soeces e infantiles en su mayoría y hacen muy, muy poca gracia.
Suena a cafre, pero me alegro de que haya sido un fracaso estrepitoso en la taquilla estadounidense (costó 50 millones de dólares y ha recaudado no más de 24 millones), a ver si así su director regresa al cine indie que es donde debería estar, porque en estas comedias estúpidas no pinta nada y lo único que hace es tirar su gran talento por la borda. Si siguiera haciendo comedias decentes como ¨Superfumados¨, adelante, y si no, que vuelva a lo que mejor sabe hacer.
Completa y absolutamente prescindible.

Este debut en la dirección de Jean-Luc Godard supuso, junto a otras películas como “Hiroshima mon amour” o “Los cuatrocientos golpes”, el comienzo de la Nouvelle vague (“Nueva ola”). Se podría denominar como una corriente cinematográfica surgida en Francia hacia finales de los años 50, donde los cineastas tenían el control total de la película (sin que el productor cambiara nada) y la forma de narrar se transgredía completamente, jugando con el tiempo y el espacio y a veces rompiéndolo. Supuso también el comienzo del cine moderno y el fin de la etapa del cine clásico americano. Godard, a pesar de que en aquella época fuera un debutante, tenía un amplio conocimiento del cine clásico, por lo que se podía permitir rodar su película con unas características tan inusuales e impropias de una ópera prima.
Bajo mi punto de vista, “Al final de la escapada” es indudablemente una buena película pero depende a quién, puede resultarle pesada e incluso insoportable de ver, debido principalmente a la alteración del raccord y del tiempo en el montaje y a la peculiar forma en que está llevado el argumento. Por ello considero que es un film muy cinéfilo, alejado de cualquier cosa que hayan visto muchos espectadores comunes, así que ni por asomo es para todos los paladares. Entre lo más destacable resaltaría la mezcla de momentos de lenguaje grosero con otros diálogos de un nivel más intelectual y rico en matices; haciendo además ciertas referencias a Renoir, Rossellini, Bresson... hasta al mismísimo Humphrey Bogart (Belmondo lo imita aunque de forma cuanto menos satírica). Por último destacaría la abundancia de los planos-secuencia, algunos realizados para la libre improvisación de los actores.
Película singular, atípica y sobre todo rompedora, y que ha servido de inspiración para muchas obras cinematográficas posteriores. Cualquier cinéfilo debería verla.

Después de la original e irónica "101 Reykjavík", Baltasar Kormákur cambia completamente de registro, ofreciéndonos un drama familiar bastante logrado y con momentos intensos. Después de ver la película antes nombrada, la interesante "Las marismas" y sobre todo ésta, "The Sea", queda claro que Kormákur es un director digno de descubrir y tener en cuenta. Puede que resulte desconocido para el gran público, pero creo que si sigue por este camino ya no lo será tanto. El tiempo lo dirá.
"The Sea" comienza con la escena de un incendio intencionado sin que sepamos absolutamente nada del porqué, pero después el tiempo retrocede unos días y nos narra toda la historia, siendo casi toda la película un flashback. A pesar de ser un drama en el que mientras pasan los minutos la tensión entre los personajes crece y se van destapando los trapos sucios de todos ellos, Kormákur también nos muestra momentos con humor y algunas situaciones tanto curiosas como peculiares (la persecución del policía al carnero), y en esas partes es cuando se ve la mano del director de "101 Reykjavík". Lo más destacable de "The Sea" es lo bien hilvanado que está el guión, los actores (prácticamente todos excelentes) y la fotografía, que nos enseña con detalle los bellos y fríos parajes islandeses.
Película completamente desconocida, inédita en España pero la verdad creo que merece ser vista por su buena calidad y porque para ser un drama familiar no llega a resultar tópica.

Junto a “Annie Hall”, esta película logró la definitiva consagración de Woody Allen como cineasta a tener en cuenta. “Manhattan” no es ni más ni menos que una declaración de amor de Allen a la ciudad de Nueva York, ya que la admiró y la admira desde lo más profundo de su ser (aparte de que sea su ciudad natal). Utilizó el blanco y negro como experimento visual y porque de esa forma resaltaba mucho más la belleza de la ciudad. Y el hecho de que se empleen piezas de George Gershwin (la emblemática “Rhapsody in blue” por ejemplo) para la banda sonora no es casualidad ya que Allen amaba su música. Aquí realiza un retrato de los intelectuales de clase media neoyorquinos de forma satírica y crítica, mezclando el drama y la comedia, algo que sería un tema recurrente en gran parte de su (por aquel entonces) futura filmografía y que ya empezó con “Annie Hall” dos años antes.
En “Manhattan”, Allen no solo homenajea Nueva York y hace una crítica a los intelectuales, sino que también presenta temas habituales en él como lo son: las personas, sus complejas relaciones, el amor, la infidelidad, el fracaso del matrimonio, las reflexiones existenciales o la inquietud acerca de la muerte. Con estos temas homenajea también a Ingmar Bergman, incluso algunos planos interiores remiten a la obra del cineasta sueco. Hay también parecidos con el cine de Éric Rohmer (uno de los grandes representantes de la Nouvelle Vague) por ser “Manhattan” una película con cierto tono moral y por los enredos amorosos de los personajes.
Por último comentaría que la película comienza inusual y originalmente, con una voice-over del personaje de Allen, sin títulos de crédito para concentrar la atención en Nueva York, y con una especie de fusión entre la fotografía de Gordon Willis y la música de Gershwin. El resultado es precioso, como si la propia ciudad y la música bailaran en una increíble armonía. Mencionar también, que “Manhattan” comienza con la obertura de “Rhapsody in blue” y termina con el final de ésta, como si toda la película fuera una melodía y su desenlace significara el comienzo de una nueva historia (algo que también ayudan a sugerir los simbólicos planos finales).
Magnífica película, en mi opinión la mejor de su director, y que roza la obra maestra.