SECUESTRADOS es una película que no tiene ni una sola muestra de originalidad argumental hasta los últimos 5 minutos. Es un refrito de un subgénero cada vez más puesto de moda que ha ido de más a menos desde la enfermiza FUNNY GAMES de Haneke del 1997 (remake en 2007) hasta las americanas LOS EXTRAÑOS o MOTHER'S DAY, con alguna sorpresa agradable por el camino como ILS (2006). Para el que no sepa de qué va el tema: Un grupo de extraños entra en tu casa y te retiene contra tu voluntad por medio de torturas y amenazas a tu familia. Además siempre viene un policía o algún conocido y por medio de estas amenazas se le distrae, alejándose las posibilidades de sobrevivir. También es común que el protagonista salga de la casa en coche con un secuestrador a sacar dinero, o que durante el secuestro salgan a relucir trapos sucios entre los presentes.

En el caso de SECUESTRADOS su principal baza es su puesta en escena, con 12 planos secuencia que forman toda la película, algunas veces mostrados en pantalla partida, que aumentan la sensación de agobio y malestar. Por supuesto, también sube muchos puntos en su parte final, que no voy a destripar, pero que es posiblemente el desenlace más violento y bestia de la historia del cine español. Otra culpable de las buenas críticas del film es Manuela Vellés, brillante en su eterna desesperación, aunque sus compañeros no mantengan el nivel.

Va a ser muy difícil hacer una crítica de esta película sin desvelar detalles ni personajes de la trama, pero habrá que intentarlo. MIDNIGHT IN PARIS es lo mejor que ha hecho Woody Allen en el siglo XXI y le falta poco para ser la película más taquillera de toda su filmografía. Y ya era hora de que los fans de Allen pudiéramos leer y escuchar comentarios de este estilo, tras una época bastante decepcionante.

MIDNIGHT IN PARIS comienza como cualquier otra de su periplo europeo, como un documental turístico sobre la ciudad en cuestión. Además sin disimular, con imágenes estáticas de la ciudad sobre música suave durante 3 ó 4 minutos. También tras los créditos la ciudad parisina se idealiza constantemente como la ciudad del romanticismo y de la bohemia, un sentimiento que se exagera con la fantasía que Allen imprime al relato, pero esta vez la película va más allá del reclamo turístico y también tiene comedia, amor y fantasía, algo que se echaba en falta en sus últimos trabajos.

Gil Pender (Owen Wilson) es un guionista mediocre enfrascado en el nacimiento de una novela cargada, como él, de nostalgia y romanticismo. Su prometida (Rachel McAdams), su familia y su círculo de amistades (genial Michael Sheen en el papel de pedante sabelotodo) ven en París una oportunidad para comprar muebles caros, hacer negocios o alardear de sus conocimientos de arte mientras que Gil ve una ciudad poética, que en sí misma es arte, y recuerda nostálgico los años 20, cuando París era un hervidero bohemio de escritores, pintores y músicos. Una noche, perdido y borracho en la ciudad, un antiguo Peugeot le transporta a un mundo fantástico donde conocerá grandes personalidades y sobre todo a una musa, Ariadna (guapísima Marion Cotillard), que le hará replantearse todos los cimientos de su vida.

El principal acierto de Woody Allen es adaptar un argumento que a simple vista es ridículo, o para una peli Disney, en una inteligente comedia romántica en la que cuesta muy poco entrar y que una vez que te atrapa ya no puedes salir. MIDNIGHT IN PARIS es una parodia de la historia del arte con mensaje sobre la nostalgia mal entendida y sobre la belleza del presente, aunque también tiene rasgos clásicos de Allen en figuras de mujeres manipuladoras y soñadores incomprendidos y, aunque tenga gags dignos de la mejor comedia de enredo (genial el momento "surrealista" con Adrien Brody), el film se podría decir que es lo más parecido a poesía visual que se haya visto este año.

Las referencias culturales son constantes y convierten a la película en "No apta para chonis, canis y demás fauna" lo cual es de agradecer en una industria cada vez más propensa a dejar descansar a las neuronas. Por otro lado, la suave banda sonora, repleta de vientos y guitarras clásicas al ritmo de jazz y los planos lentos que permiten la improvisación en las conversaciones largas dan exactamente la sensación contraria TRANSFORMERS 3 o similares.

Neil Marshall, el genial director de DOG SOLDIERS, THE DESCENT y DOOMSDAY lo vuelve a conseguir. Vuelve a coger un género y lo reinventa a su sangriento estilo. Estamos ante, sin lugar a dudas, la mejor película de romanos desde GLADIATOR y una de las más sangrientas de siempre.

Partiendo desde el hecho histórico de la Novena legión romana, que desapareció por completo del mapa sin saberse nunca el porqué, Marshall construye un lógic y devastador relato sobre la crueldad del campo de batalla y la lucha por la supervivencia. Escenas (como la emboscada en el bosque) y personajes (Etain) míticos se desarrollan entre batallas que rayan lo exageradamente sangriento y lo gore, y que al mismo tiempo juegan con el humor negro de DOG SOLDIERS.

La interpretación soberbia de Michael Fassbender y la falta de escrúpulos hacia los giros de guión comprometidos dotan a la película de un aura de majestuosidad con buenas dosis de acción y entretenimiento. Muy recomendable.

MACGRUBER parte de un sketch recurrente de unos 10 segundos en el programa SATURDAY NIGHT LIVE como parodia de la gran serie de acción de los 80 MACGYVER.

El genial Will Forte se junta con un par de chicas del programa, Kristen Wiig y Maya Rudolph, y con un actor en horas bajas como es Val Kilmer para dar vida en la gran pantalla a su personaje. MACGRUBER es un militar retirado que tendrá que impedir que Cunth, el hombre que mató a su esposa, active un misil nuclear en EEUU. Para ello formará un grandioso equipo (todo plagado de estrellas del pressing catch) y pondrá a punto su arsenal de gadgets entre los que se incluyen hilo dental, chicle, un palo de fregona y, el más efectivo de todos, un apio. Pero las cosas se torcerán más de lo previsto, y MACGRUBER tendrá que tirar de su ingenio e improvisación...

Aunque resulte un poco vacío, el film cuenta con algunos gags memorables como las distracciones con apio o las escenas de sexo, pero se hacen algo repetitivos, así como las frases "definitivas" que repite el personaje a lo largo de todo el film. Al ser adaptación de un sketch tan corto, pocan referencias se podían hacer, y optan por repetir el esquema al milímetro en una escena de la película. Además, Kristen Wiig está desaprovechada, aunque lo poco que hace lo hace genial como siempre.

Pasable, aunque interesante si eres fan de SNL o MACGYVER.

Remake de la original del 88 que narraba desde la comedia desfasada de la época y la falta de vergüenza una fiesta de Halloween plagada de demonios cachondos y sanguinarios. Protagonizada por Shannon Elizabeth (siempre recordada por AMERICAN PIE), esta versión desprecia todos estos valores del original y además acentúa uno de sus principales defectos, la falta de presupuesto, haciendo una versión cutre y ridícula con unos giros de guión absurdos y totalmente patéticos. Totalmente prescindible existiendo el mítico film ochentero.

Atención a la explicación de por qué el óxido (y sólo el óxido, ni balas ni plata ni nada) le hace daño a los demonios: "Los demonios son elementos ancestrales, el hierro es también un elemento antiguo, y el óxido les jode a los dos". Mientras otro contesta: "Lógico". Serie Z.

Por lo menos sale en un cameo Linnea Quigley, haciendo un guiño a los fans de la primera.