Vaya por delante que la película "A ciegas" de 2018 no me acabó de convencer, pero he decidido ver esta cosa ambientada en Barcelona para comprobar si esta vez me entretenía de verdad con una idea original que, siendo francos, podría dar juego para hacer una gran película. Pues bien, no mejora en absolutamente nada a la "Bird Box" de Sandra Bullock, y no solamente eso, sino que la empeora. Es todavía más aburrida, sus personajes son todavía más tontorrones y navega más a la deriva que aquella.

No comienza mal, pero una vez pasada la escena del autobús, la cinta cae en una alarmante falta de ideas y de inspiración que llevan al bostezo fácil. Todo se vuelve plano, se intuye previsible, la tensión narrativa se desvanece y el suspense y el miedo acaban brillando por su ausencia. Lo único visualmente destacable son los planos apocalípticos de una Barcelona destruida, pero con solo eso como principal argumento es lógico que la cinta se caiga.

Ni el supuestamente buen reparto sostiene el chiringuito. Mucho buen actor desaprovechado, pasando de puntillas por la película, muriendo antes de lo deseado y aportando mas bien poco al hilo argumental. Parecieran muchos de ellos meros extras metidos con calzador para hacer bulto.

Después de ver "Bird Box Barcelona" uno se queda con la sensación de haber visto algo hecho de manera un tanto grosera, con ideas brutas mal pulidas, inconexas, repetitivas y mas hilvanadas. Es como esa cena a la que le falta sal y le sobra grasa. Acabas de comerla y en lugar de chuparte los dedos solamente te entran ganas de ir al baño a buscar agua y jabón porque el pringue te está incomodando las manos.

Vivimos en un mundo en el que el teléfono móvil se ha convertido en una prolongación de nuestro brazo. Cada vez más. Para llamadas, para mensajes, emails, internet, redes sociales, etc etc. Y ciertamente ir al cine con la intención de desconectar un rato y tener que tragarse una película donde la protagonista se encuentra el 90 % del tiempo enganchada al móvil recibiendo y haciendo llamadas, mensajes y demás llega a resultar un tanto crispante. La tensión no te la produce el hilo narrativo sino el hecho de que esté todo el rato sonándole el dichoso telefonito a la corredora. Llega a resultar molesto.

Salva un poco la cosa el papel de Naomi Watts, que una vez más vuelve a ser lo mejor de una película flojilla en lineas generales, que busca mantenerte en tensión los 80 minutos que dura pero que a mi juicio no lo consigue. Pretende más de lo que logra. Se convierte en un quiero y no puedo y acaba creando un panorama en pantalla que no resulta ni creíble ni convincente.

Si antes has visto por ejemplo "Última llamada" y te gustó, no quieras encontrar algo parecido en "Lakewood" porque te vas a llevar un chasco. Y si la primera ya no te gustó, directamente pasa de la segunda

Con "Modelo 77" he tenido esa extraña sensación de haber visto una más que decente película con la que sin embargo no he acabado de completar mi entretenimiento. Está a medio camino entre el cine de acción carcelario y el cine de relato histórico, sin acabar de definir por completo con qué carta se queda y sin acabar de rematar del todo ninguna de ellas.

Lo que cuenta lo hace bien, sin complicarse demasiado la existencia, haciéndolo fácil de digerir y cumpliendo sin problemas. Sin giros bruscos en la trama, sin demasiada sorpresa y sin caer en el aburrimiento. Pero quizá sea eso, que está todo contado de manera demasiado fácil. No notarás bajonazos en las dos horas que dura pero sí echarás de menos algún que otro subidón. Le falta un poco de sal al menú y un poco de azúcar al postre. Y sí, lo confieso: Eché un vistazo a mi reloj en una ocasión durante le peli.

A destacar el papel de Javier Gutiérrez , actor que sube un peldaño prácticamente con cada interpretación que hace y que probablemente con ésta sea carne de Goya.

Mi consejo. Si quieres sacarle más partido y disfrutar más de esta película, procura verla ANTES de "Celda 211".

Es complicado hacer una buena película que esté basada en cómics, series de televisión, videojuegos o figuras de acción. Ahí tenemos la trilogía de Batman de Nolan, "Sin City" o el brutalísimo Joker de Joaquin Phoenix como algunas de las películas que triunfaron por verdaderos méritos propios. Pero también hay fiascos brutales y sonrojantes que solo sirvieron para arrastrar por el fango nombres como "Dragon Ball", "Los caballeros del zodiaco", "Mortadelo y Filemón", "Street Fighter" o "Los Masters del Universo". Todo depende más o menos de saber trasladar a la pantalla el espíritu verdadero de lo original y saber construirlo y vestirlo de una manera lógica y coherente. En el caso de "Garfield" tengo sensaciones encontradas, porque a pesar de preguntarme qué coño hace este gato protagonizando una historia que podría haberse construido perfectamente con cualquier otro personaje ficticio sin alterar el resultado, el conjunto me ha sorprendido para bien (entendiéndolo como el mínimo aseo requerido para que algo no espante al primer golpe de vista).

"Garfield" nace con ganas de comportarse como una especie de buddy movie genealógica, cargada de gamberrismo y con guiños constantes a las peripecias de "Mission: Impossible" (en ocasiones demasiado evidentes), resultando en una aventura que aunque se antoja un tanto floja en su primer tercio de metraje, consigue ir ganando enteros conforme la cosa avanza. Me han gustado especialmente las intrahistorias que se nos cuentan de cada uno de los personajes principales, lo que otorga cierto empaque a la peli y hace que entendamos mejor y empaticemos más con los animales que van desfilando ante nuestros ojos. Siempre prefiero que se le dedique un tiempo a presentar bien a los personajes que tengo delante para que estos no me la suden por pura indiferencia y creo que esas intrahistorias precisamente son las que elevan el conjunto y ayudan a que rápidamente tu atención no se pierda entre pizzas, lasañas y pedidos a domicilio. Y es que es fácil tender a la desconexión al principio hasta que la película no se destapa desvelando su verdadera cara, porque resulta un tanto engañosa mostrando un camino que después no va a seguir. Digamos que la peli se aburre de estar engullendo como un cerdo dentro de casa y decide ponerse las pilas para salir de marcha en busca de caña.

No sé si a los amantes del gato zampabollos la peli les gustará o les defraudará, porque ni el Garfield original sabía quién era Tom Cruise ni tampoco tengo entendido que el felino fuera aficionado a abandonar su sofá para irse por ahí buscando aventuras a lo "Toy Story". En cualquier caso, y si nos abstraemos un poco de quien es el protagonista que da nombre a la peli (dentro de lo que puede llegar a abstraerse alguien que va a ver una cosa que se llama "Garfield"), encontraremos una historia de animación bien construida y llevada con cierta destreza, bien cerrada y bien argumentada, con algunos momentos graciosos y otros elegantemente contados. En este aspecto, se convierte en una cinta más de animación a englobar dentro de las que podríamos calificar como "pasables" o "interesantes", sin grandes pretensiones ni florituras pero sin basura intelectual de por medio que nos pueda llegar a sonrojar o aburrir. Ahora bien, si te encuentras entre ese grupo de gente que espera algo completamente fiel a lo original, seguramente acabes por llevarte un chasco y pensar que en términos generales, alguien te ha tomado el pelo y te han dado gato por liebre vendiéndote un producto de imitación de top manta con olor a silicona recauchutada.

LO MEJOR:
- Su agilidad general para llevarte por donde quiere.
- Me interesa lo que los personajes me quieren contar de sí mismos.
- Otto.

LO PEOR:
- Si en lugar de Garfield saliera un conejo o un caballo, la historia ni ganaría ni perdería.
- ¿Esta era la película que de verdad necesitaba el famoso gato?

El mítico transatlántico merecía en algún momento de la historia del cine una película que hiciera honor a su nombre, y vino James Cameron a sacarse de la manga esta titánica historia que lo tiene prácticamente todo, y donde todo es bueno y todo respira enormidad y grandilocuencia por los cuatro costados. Una magnífica película que mezcla casi a la perfección el cine de aventuras, el cine romántico, el suspense y la tragedia, hipertrofiando todo ello con una dosis de efectos especiales que aún hoy, 27 años después, nos siguen dejando con la boca abierta de lo cojonudamente buenos que son. "Titanic" es el claro ejemplo de que la inversión multimillonaria a veces sí que da los resultados esperados cuando cae en buenos cerebros y en mejores manos, y si aún no has visto esta joya del cine y sus 11 Óscar no fueran motivo suficiente para hacerte pensar que vas a adentrarte en un mundo de auténtica gozada, ahí van algunos motivos por los que no puedes dejar de verla:

- Porque construye y cuenta una historia casi de manera impecable con un guion sobresaliente. Pudiera haber sido muy fácil zambullirse directamente en el barco y ya está, pero aquí todo está justificado, relacionado, entrelazado y cocinado a fuego lento hasta su perfecta ebullición. Ningún plato de este menú se nos trae a la mesa a medio hacer o antes de tiempo. Nada de comer rápido para que los postres lleguen pronto, pagues, te largues y la mesa quede de nuevo libre para los siguientes comensales. Por eso, como todo es tan sabroso, a pesar de durar más de tres horas, NO se hace pesada y nos quedamos con ganas de más metraje.

- Funciona muy bien como película de amor y es el eje en el que se basa la historia para cargar de más dramatismo, si cabe, al destino del transatlántico. El momento del dibujo, el primer beso a proa o la mano marcando el vaho son momentos de un tremendo erotismo y conectamos con ellos porque a los personajes se les desnuda de arriba a abajo y se nos muestran al completo, con sus miedos, sus virtudes, sus deseos y sus formas de ser. Algo que también vemos con unos cuantos secundarios de esta peli, tan bien presentados y desmenuzados que podríamos hacer una crítica entera solo para analizar sus personalidades. Me encanta que una peli como esta dedique tiempo a profundizar en la gente que en ella sale y que no sean tratados solo como pegotes de relleno. La codicia, el egoísmo, la avaricia, la envidia, la incomprensión, la soledad, la frustración, todas ellas son exhibidas junto a las distintas respuestas posibles al miedo y a la desesperación en una especie de enciclopedia abierta de las emociones del ser humano.

- Si funciona como cinta romántica, mejor lo hace todavía como peli de aventuras. Es el terreno por donde este Titanic navega mejor y lo hace a un ritmo que crece con el paso de los minutos para ir aplastándonos poco a poco contra el asiento y transmitirnos un progresivo desasosiego que nos hace sentir unos pasajeros más dentro del barco. Aún hoy la veo y me medio cago encima al ver cómo el nivel del agua va subiendo sin nada que lo detenga.

- Los efectos especiales se encargan de imprimirle más tensión a la aventura y al drama que se nos viene encima. Aún hoy me siguen pareciendo excelentes en todos los aspectos, y me pregunto cómo coño pudieron hacer algo que parezca tan jodidamente real. No lo he cronometrado, pero debe ser más o menos una hora o una hora y media seguida de derroche visual a toda pastilla, sin freno y sin pausa, como un coche cuesta abajo y sin frenos con destino inevitable. Frenético.

- Los geniales juegos con la cámara y los planos secuencia mezclando lo real con lo ficticio desde el primer plano hasta el plano general y fundiendo con maestría el pretérito con el presente al son de la música, aún me siguen pareciendo regalos visuales que van más allá de los simples efectos visuales y denotan una habilidad digna del buen cine con mayúsculas.

- La BSO, que por sí sola ya es preciosa con esa Céline Dion dejándose las cuerdas, es un aliciente perfecto para que más de uno se deje un dinero en kleenex. En una peli es esencial que la música acompañe a lo que se ve, y aquí eso se consigue con creces.

- Y por último y a propósito del collar con gigantesco pedrusco azul, ¿puede haber acaso más simbolismo depositado en un objeto que el que hay con dicha joya en esta película? Me ha recordado al poder inmenso del anillo que Frodo guardaba con tanto ahínco en su poder, y lo que ocurre con ese collar al final de la historia me sugiere tantas y tantas cosas que...¡¡joder, me emociono solo con verlo!!

Solo hay una cosa que me incomoda ligeramente de esta película, y es Kate Winslet. A fuerza de verla en el papel y con el paso de los años, hemos dado por bueno que ella sea la chica del Titanic y el gran amor de DiCaprio, pero nunca acabó de convencerme del todo y siempre he pensado que ese papel debió haber sido para otra actriz con algo más de química con el espectador. Un pequeño "pero" a esta joya que soporta el peso de los años como el buen vino.