Un vecino mío me la pasó en DVD con la intención de hacerme reír. No lo logró.
En la primera escena donde sale la típica escena de una puerta convertida en vórtice hacia una farmacia clandestina, propiedad de un farmacólogo basuraparlante.
Y la película tiene su éxito: logró que me quedara dormido durante mis tres intentos por verla.
Llegué hasta la irrupción de los dos personajillos en el aula magna.

Por cierto, decir que Method Man y Redman son "nombres no conocidos" es algo impreciso...