Escribo esta crítica desde la rabia y el hartazgo de las audiencias. Sí, efectivamente, esto es lo único que importa a los directivos: si una buena serie tiene buenos números en las audiencias de turno se alarga, se exprime y se trata a los televidentes como rebaño inculto que se traga cualquier cosa mientras aplaude y dice “bieeeennn”. Pues no y no. Me da igual que esté basada en una “gran” novela de Margaret Atwood (lo de “gran” va con segundas porque la literatura es subjetiva y te puede gustar y te puede no gustar. Y oye, está bien porque cada persona tiene sus gustos y preferencias) pero lo que no puedo soportar es que, cuando ya no hay nada qué explicar en la historia, ves lo mismo en cada capítulo una y otra vez.

Lo que en la primera y segunda temporada me pareció una muy buena serie, con argumento original y terrorífico, buena imagen, buenas interpretaciones, con una historia para reflexionar… se vuelve en un aburrimiento supremo que parece no acabar nunca y deseas, no que acabe, si no que la cancelen de una vez sólo para saber que, por fin, ya se ha acabado.

Qué buena actriz es Elisabeth Moss pero a partir de la cuarta temporada empieza a cansar el uso del primer plano de la expresión de su cara controlando sus emociones. Y cansa lo repetido de las situaciones por la que pasa…

En resumen, recomiendo mucho mucho la primera y la segunda temporada. La tercera se deja ver. La cuarta empieza a cansar y la quinta se hace insufrible. Espero que acabe en la sexta aunque, “Francamente querida, me importa un bledo”.

Película con la estética ochentera tan de moda últimamente y con el misterio a resolver (parece que este patrón de adolescentes+años 80+misterio se va repitiendo en este tipo de películas. Al final, se van a convertir en un género cinematográfico y todo).
He de decir que me ha sorprendido bastante y he disfrutado mucho con la película y esos giros de guión, sobre todo los finales aunque algunos se vean venir de lejos.

Buenas actuaciones, buen argumento, buena música... en general, película recomendable para pasar un buen rato.

Una señal de que una película es buena es cuando la vuelves a ver una y otra vez. Y esto es lo que me pasa con esta obra de arte, que de vez en cuando apetece volver a verla. Jerry Lewis sólo se necesitaba a sí mismo para hacer reir y eso dice mucho de los grandes cómicos. Y esta película ya es un clásico.

Hay escenas que ya han pasado a la posteridad como “La máquina de escribir” compuesta por Leroy Anderson donde Lewis teclea una máquina imaginaria al ritmo de sus teclas creando una simpática melodía. Y luego está la escena de la aspiradora, casi al final de la película, que es un no parar. Y el pobre policía, la pelota de golf, la zapatería, las rebajas (realmente buenísima esta escena), en la sección de caza…película que tiene muy buenas escenas donde es casi imposible no reírse.

Es una película muy recomendable. Un comedia clásica donde Jerry Lewis hace magia. Esto es humor señores y señoras… humor con letras mayúsculas.

Película interesante para ver todas esas tramas que esconden las guerras y sus intereses. La guerra es el mejor negocio para todas las partes y aquí lo dejan en evidencia continuamente. En los despachos se juega mientras los muertos los ponen los pueblos. La historia más vieja desde que el mundo es mundo.

La historia es sencilla: un diplomático que vuelve a Beirut después de diez años y que abandonó después de una tragedia que lo mantiene alcoholizado. Lo interesante es todo lo que envuelve a este personaje y todos los diferentes intereses que hay detrás. Situada en los momentos previos a la guerra del Líbano, todas esas tensiones acompañan al protagonista que se mete (o lo meten) en esa situación sin saber muy bien lo que pasa.

El personaje de Skiles interpretado por Jon Hamn es casi lo mejor de la película. Su evolución pasa por muchas situaciones que le moldean y lo cambian y creo que lo hace muy bien.

Es una película que mantiene la tensión y aunque es un poco liosa por los diferentes intereses políticos que hay previos a ese conflicto, la historia principal sigue su curso y está bien construida.

Me enviaron un mensaje con un pequeño fragmento de esta película y me picó la curiosidad por verla. Vaya sorpresa me he llevado y me pregunto ahora cómo es posible que no me hubiera enterado de su existencia antes. Y encima una película del 1976… si todo lo que explica es justamente lo que se ve ahora en televisión. Quizás el refrán “De aquellos polvos, estos lodos” encajaría a la perfección lo que se quiso criticar con esta película en aquellos tiempos y, de alguna manera, entrever lo que acabaría siendo el espectáculo televisivo. Porque… si antes en la televisión había todo tipo de programas, actualmente todo se ha convertido en un espectáculo de entretenimiento… incluso, los telediarios de noticias.

Por eso me parece una gran película para ver. Porque descubres en lo que se ha convertido la televisión y qué les interesa realmente a los dueños de las cadenas de televisión. Tengo la sensación de haber visto la primera semilla de lo que vemos ahora. Es casi como una película profeta.

Además hay un gran elenco de personajes y de buenos actores y actrices: Holden, Finch, Duvall… y gran papel de Faye Dunaway. Mantiene la tensión en todo momento y eso hace que las dos horas que dura la película se te pasen en un santiamén.

Si quieres saber cómo funciona el mundo de la televisión, no te la puedes perder.