Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de Melli
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
7
1 de julio de 2007
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se sabe de sobra que las historias de amor nunca tuvieron lugar entre las grandes obras durante las últimas décadas (considerando últimas décadas por últimos 50 años), y salvo contadas excepciones, a lo largo de la historia son pocas las que se recuerdan.
Por ser un tanto bastante pesadas, aburridas, lógicas, pretenciosas, fáciles, irreales y fundamentalmente tontas, nunca contagiaron al espectador, que lejos de creer en las estupideces que suelen comentar estas historias, preferió apartarse de la huella y sumergirse en temas mucho más complejos y susceptibles de ser vistos, como el suspenso y la mafia, que caminan de la mano, justificadamente, con los elogios.

La Edad de la Inocencia partió justamente desde esa base de características de las que suelen abusar las películas románticas, lo cual no garantizaba estar frente a un buen filme, y ambientada en el siglo XIX, dato que en principio tampoco era algo alentador.
Pero varios de esos pronósticos pesimistas se vieron caer y estrellarse contra el piso cuando, al ir transcurriendo la película, ésta enganchaba mucho más de lo esperado, por medio de temas tales como el honor, la lealtad, el compromiso, el respeto, el engaño, la fidelidad y el arrepentimiento, que enmarcados en una trama de amor a la distancia, disimulaban perfectamente las carencias argumentativas que este tipo de películas suele ofrecer.

Fuera de todo eso, la fantástica voz en off made in Scorsese en la lengua del protagonista (buen Dany Day), añade un tono de suspenso y dramatismo inusuales para el tema tratado, que ayudan enormemente en el desarrollo y evolución de la película.
Scorsese nos demuestra que su ingenio y creatividad no se limitan sólo a unos pocos temas por los cuales es reconocido (la mafia, la noche neoyorquina) y que más allá del tema elegido, sin perder la maña y las argucias y siempre fiel a su estilo, puede ser un todoterreno en cuanto se lo disponga; ya que él fue quien prácticamente convirtió una simple historia romántica, que en manos de la gran mayoría de directores hubiese sido una generadora de largos bostezos, en una obra apasionante y muy digna de ser vista.
Melli
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
1 de julio de 2007
28 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que la escocesa es una gran escritora, nadie lo duda.
Que todos nos maravillamos con sus brillantes libros, tampoco, más allá de algun que otro escéptico que se niegue a admitirlo.
Que su personaje Harry Potter despierta cierta admiración para los más pequeños y su séptimo libro se hace rogar más que un pedazo de pan en Etiopía, menos.
Que Lord Voldemort es pasión de multitudes, menos que menos.
Pero que la señorita J. K. Rowling es una verdadera maga en eso de hacer lugar en su billetera para poner billetes nuevitos y fresquitos, todavía menos.

Harry Potter es palabra sagrada en términos literarios, pero en el ámbito que nos ocupa, apenas si es un personaje más que oscila entre lo idiota y lo fantástico, y que jamás encontrará un lugar ni cerca de las grandes piezas del nuevo siglo.
¿A qué se debe tal fenómeno? A que, pese a que sus libros se vendieron como agua y los dólares ya no le cabían en la caja fuerte, a la señorita J.K. Rowling se le ocurrió la brillantísima idea de venderle los derechos del libro a la Warner, y de mera formalidad, amarrarse una nueva pila de billetes mediante el simple trabajo de una firmita (¿dónde escondería Adam Smith su Teoría de Valor Trabajo?).
Y la magia del Cine, que supo convertir buenos libros en verdaderas obras maestras, cuando no está en las mejores manos, también es capaz de destruir.

La versión cinematografica se basa, desde luego, en el libro de JK, pero muy superficialmente, sin llegar a abordar ni la mitad de los temas tratados en las páginas, siempre con menor calidez y maestría. Esta primera parte resulta tontamente infantil, y si bien a partir de la tercera se nota un progreso en ese aspecto, las pelis no dejan de quedar en la ridiculez si se las compara con el libro (cosa que inevitablemente debe hacerse).

J.K. Rowling logró, mediante la magia de la pluma, que niñitos de nueve años se lean 900 hojas de un tirón y se apresuren por dar vuelta la página para saber cuanto antes que hay del otro lado, cosa que en ésta sociedad tan computarizada merece indudablemente calurosos aplausos; así como logró, indirectamente, que una vez más, el cine nos muestre una versión compactada y falsa de un libro.
Melli
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
18 de junio de 2007
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas películas en la que si adelantás el descenlace no modifica nada, ya que el propio título del film te lo vaticina de manera excelente; y si por casualidad la pescás en TV sin saber de que trata, lo adivinarás en dos escenas.

Va de que un concejal de barrio, ocasionalmente negro, llega a la presidencia de su país. ¿Qué pasó en el medio? Nada, excepto gilipolleces que se pueden resumir así: El verdadero candidato muere e inexplicablemente él es el elegido para representar a uno de los partidos más importantes de su país. También es cierto que en su propio partido esperan una amplia derrota electoral, y la gran popularidad que el muchacho va consiguiendo a base de discursos políticos de un chico de tres años, con el correr de los días lo coloca en las preferencias de un imbécil pueblo estadounidense, lo que origina un clima tenso en la interna del partido. Pero todos los problemas se solucionarán de la manera más sencilla y el pibe logrará ser presidente.

Sugiere ser una comedia, pero se queda en el intento. Sus únicos momentos de pequeña gracia son cuando aparece el hermano, típico matón de pandilla de L.A, e intercambian golpecillos. Y la prometedora presentación nombrando a las grandes figuras de la política norteamericana y aclarándonos que no aparecerán el la peli (hubiese estado muchísimo mejor).
El resto, ni chicha ni limonada. Un patético guión y unas patéticas interpretaciones que encuadran perfectamente en una patética película.
Melli
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
26 de julio de 2007
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
LAS VERDADERAS OBRAS MAESTRAS DEL CINE
Uno al principio desconfía de los westerns. Que son viejos, que son todos iguales, que a ésta altura quedan anticuados... hasta que ve el primero. Suerte de principiante, piensa, entonces ve el segundo, y después el tercero. Y así van pasando Ford y La diligencia; Hawks y Río Bravo; Leone y El bueno, el feo y el malo; y es impresionante... ¡la pucha!... todos son excelentes.
De los 30', de los 60', de los 90', por más que pase el tiempo nunca perderán vigencia. Los westerns, las verdaderas obras maestras del cine, esas reliquias antiguas sin fecha de vencimiento. Siempre serán las mejores.

LOS INVENTORES DE LA RESACA
John Wayne es el sheriff de un pueblo del lejano Oeste que se ve en serios problemas al arrestar a un joven rico que asesinó a un hombre en la taberna. Pero eso no significa que lo deje en libertar, sino todo lo contrario.
Sus amigos, o quienes decidan ayudarlo, también correrán peligro. Así que es mejor ser menos, porque como dicen los sabios vaqueros de entonces, por este tipo no vale la pena perder una sóla vida.
Cada personaje aporta más de lo necesario para que el filme deje de ser una simple película de acción y se convierta en una magistral fábula de amistad, compañerismo, respeto y honor, y eso es lo que tienen de maravilloso los westerns, que todos dejan algo.
Los pistoleros borrachos siempre fueron moneda corriente en las películas de vaqueros, pero nunca, nunca, el tema fue tratado con la maestría y sensibilidad con la cual Hawks lo retrata aquí.

Después de esto empiezo a enteder porque el Doc Brown quería vivir en época de cowboys.
Melli
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
23 de junio de 2007
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabemos que Mel Gibson es un director que prefiere tocar temas fuera de los normales, y sus películas nunca pasarán desapercibidas. Después de recorrer la Biblia de palmo a palmo para hacer su infravalorada Pasión de Cristo, el australiano vuelve a adentrarse en el pasado y en viejos testimonios bíblicos para hacer de este filme su versión sobre el Apocalipsis.

Gibson se centra en la historia precolombina de los pueblos americanos, y exclusivamente en el rico pasado del pueblo maya. Pero no nos habla de ese grupo de aborígenes que desarrolló una ciencia astrólogica y matemática superior a la actual, de sus bellezas arquetectónicas ni de su excelente arte, ni de aquel pueblo que la leyenda cuenta que sabiendo el futuro de este planeta encontró una puerta hacia una nueva dimensión y desapareció sin dejar rastros. Nos habla de la desunión entre semejantes y la incompresible furia y terror desatados por unos contra otros iguales, con el pueblo maya de trasfondo.
Centra su historia en una pequeña aldea maya, con su jefe, sus guerreros, sus mujeres y sus niños; sus actividades cotidianas de supervivencia: la caza, la pesca, y la lucha por defender su territorio; y sus sueños, sus miedos y sus sentimientos reflejados en una misma mirada: el amor por su gente, el odio, la venganza, y más que nada la frustación de saber que, en un eventual ataque de una tribu hermana, perderán todo y quizás a todos, y tendrán que, en el mejor de los casos, empezar de nuevo. Y lo peor de todo es que estarán peleando contra ellos mismos. Eso es el Apocalipsis para Gibson.

Mel Gibson hizo de ésta, junto con su predecedora, su película más lograda y elaborada. Se hizo cargo de la dirección, el guión y la producción del filme (es sabido que no le cae bien a más de uno en Hollywood y que las productoras judías que comandan esa institución dificilmente le financien algo en adelante). La película goza de una originalidad tremenda al ser hablada en dialecto maya y contar en su reparto con mayoría de actores nativos de esas tierras, que demuestran que nada tienen que envidiarles a algunas estrellas americanas, más allá de la fama y la billetera.

Un detalle significativo es la llegada de los españoles a América. Quizás sea cierto que los libros de historia nos repiten que la cultura maya desapareció misteriosamente unos 200 años antes de aquel histórico acontecimiento, pero fuera de éste supuesto error en la relación tiempo-espacio, la secuencia está muy bien lograda, pues consigue mostrarnos que, a su llegada y desembarco, los conquistadores no se encontraron con una población civilizada y estructurada, sino con un mísero pueblo estancando en una guerra civil espantosa que no hizo otra cosa que facilitar el triunfo y la colonización española, hundiendo en el desastre y el olvido a una cultura que había sabido conocer cosas de la vida que aún desconocemos, y probablemente se hayan perdido para siempre.
Melli
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow