Muchos criticarán la valentía, otros lo llamarían osadía, de coger un clásico como Poltergeist y traerlo al siglo XXI. Pero lo cierto es que renovar no es malo, siempre y cuando se haga con buen tino. Y felizmente esto se logra en esta pequeña joya. Es cierto que en esta versión se echa en falta a una Zelda Rubinstein interpretando a un personaje como Tangina Barrons, o escenas míticas como las del árbol intentando engullir al niño, ese "baño" tan peculiar que se da la madre en la piscina rodeada de los cadáveres del antiguo cementerio, y esa escena tan gore del miembro del equipo de investigación paranormal frente al espejo del baño. Pero todo eso se olvida en cuanto ves lo bien hilvanada que está la historia y cómo se crean nuevas situaciones y se reinventan otras.

Entonces, ¿cómo enfrentarse a esta película? Esta es quizás una de las preguntas que se harán muchos. La respuesta vendrá dada dependiendo de la persona. En ello va a pesar mucho el que se haya visto la original o no. Los puristas dirán que es una vergüenza que se alterase la historia original, algo que para ellos es imperdonable. En mi caso me encuentro en el lado de aquellos que vieron la versión original y que ahora disfrutan con esta nueva revisión.

Una de las novedades es la utilización de tecnología actual en la investigación: teléfonos móviles, drones con cámara incorporada... Todo esto funciona como un personaje más dentro de la historia, dándole más dinamismo y frescura. Otra es el cambio dentro de la familia: aquí es el hijo el que se ve con la madurez y la abertura de mente necesarias para afrontar los acontecimientos paranormales. Y una tercera novedad está en la incorporación a la trama de un programa de televisión especializado en investigaciones de casos de fantasmas y casas embrujadas tan populares de un tiempo para acá.

Donde gana mucho es en la visión que se da del más allá como una lúgubre realidad alternativa dentro de la propia casa, algo que no pudimos ver en la original y que aquí completa las lagunas que dejaba la versión de Tobe Hopper.

En resumidas cuentas, podemos decir que esta nueva versión tiene identidad propia y puede ser una experiencia interesante para aquellos que disfruten de las buenas historias de fantasmas.

El crimen tiene a una gran aliada en Annalise Keating. De eso no cabe duda después de visualizar esta serie que nos acerca a una facultad de derecho donde la despiadada abogada imparte clases. A medida que la historia avanza, vamos viendo cómo los cinco alumnos más destacados de su clase son seleccionados y colaboran en los casos que ella lleva. Pero lo que para unos puede ser un privilegio, para ellos acaba siendo una auténtica pesadilla que se va complicando cada vez más a medida que avanzamos en esta fascinante historia en la que el sexo y la muerte se mezclan con el poder, el miedo y la culpa.

La filosofía que se desprende de esta serie está clara: (Todo vale con tal de ganar el juicio. La verdad a veces no es suficiente, y si no puedes tener la verdad siempre tienes la opción de fabricarla a tu medida). Con semejante premisa, aquellos que aún no visteis la serie, ya podréis imaginaros las tretas que los jóvenes acólitos de la abogada tienen que llegar a hacer para conseguir su reconocimiento. Y esa es precisamente parte de la gracia de la serie, el ver cómo cada uno, que tienen personalidades totalmente distintas, llegan a utilizar métodos no muy ortodoxos para conseguir pruebas.

La trama principal de la temporada gira entorno al asesinato de una estudiante. La investigación del mismo será el punto de partida de todo el enredo, que irá acompañado con el trabajo en otros casos de lo más variopinto. En cada uno de los capítulos se nos muestran pequeños fragmentos de la noche en que tuvo lugar el crimen y del embrollo en que se ven metidos los personajes a través de la utilización de prolepsis (se nos muestra partes del desenlace), o de analepsis (regresos al pasado para mostrarnos aspectos que se nos pasaron por alto o que no se descubrieron durante la investigación). Todo esto hace que la trama sea muy dinámica y que el espectador descubra poco a poco los secretos y mentiras de los personajes, mientras va uniendo las pequeñas piezas como si de un puzzle se tratara.

A destacar la interpretación de la gran Viola Davis, que está magnífica en ese papel de abogada despiadada. Mención aparte para los cinco alumnos que representan a la perfección sus roles, a través de los que podemos apreciar las debilidades y miedos en situaciones tan terribles y estresantes como las que viven.

En fin, que esta serie hará las delicias de aquellos que sean amantes de la novela negra y de las emociones fuertes, permitiéndoles jugar a los detectives mientras hacen conjeturas sobre cómo sucedieron las cosas y quién es el culpable que, como siempre, viene con sorpresa.

El resto de la crítica la dejo en spoiler, para aquellos que tengan interés en descubrir detalles de la trama.