La película empieza con escenas grabadas a cámara lenta con una música perturbadora e inquietante que acompaña todo el metraje. Las localizaciones y el clima hacen que te veas encerrado aún estando en una zona rural, en plena naturaleza.
El drama es tan realista que por parte te olvidas que estás viendo una película, la conversación entre madre e hija es tan real, tan profundo y tan certero que no hace falta que te cuenten más sobre la vida de cada una de las dos.
Los actores están formidables, resaltando como no a Luis Zahera que se come la pantalla y el también formidable Denis Ménochet que con su cara de buena gente, te da pena , el tipo parece muy buen paisano, jeje.
Sin duda el cine español está de enhorabuena, tenemos un gran director para largo, a saber, Rodrigo Sorogoyen y una gran guionista, Isabel Peña.