Para todo aquel que esté familiarizado con Girls de HBO y el trabajo de Lena Dunham no será difícil masticar la propuesta de la directora Desiree Akhavan, es más, estoy casi seguro de que la preferirá por encima de las referencias ya citadas, ¿por qué?, simplemente porque Akhavan (todavía) está libre de pretensiones y permanece alejada de la desesperación que ya posee a Dunham por agradar en base a esos pobres argumentos de “soy neoyorkina y soy fabulosamente alternativa pero no estoy consiente de ello, me es natural”.

Lo realmente interesante de Appropriate Behavior es la mesura con la que está escrita, nunca recurre a salidas fáciles para ganarse al espectador, por el contrario, se arriesga a contar una historia cotidiana con personajes que viven problemas cotidianos sin ser aburrida o repetitiva. La propia Desiree Akhavan, que además de dirigir protagoniza la película, renuncia a representar un personaje heroico y se pone en la piel de una mujer imperfecta con toda clase de complejos e inseguridades que sin duda son fundamentales para lograr la tridimensionalidad del universo presentado.

Appropriate Behavior está lejos de ser una cinta perfecta, incluso me atrevería a decir que pasará desapercibida más allá de los circuitos independientes, no obstante es la clase de películas que ayudan a cimentar carreras, y no me cabe la menor duda de que vamos a escuchar hablar en un futuro cercano de esta realizadora de origen iraní.

No seré tan enérgico está vez en mi recomendación, porque creo que este es uno de esos casos donde el gusto personal es más poderoso que la propia calidad de la película, no obstante quiero subrayar que todo aquel que la vea será testigo del nacimiento de una promesa. Grábese bien ese nombre, Desiree Akhavan.

Existe la creencia popular de que una película de horror no es buena si no tiene sangre, muertes y sobresaltos en abundancia, y la verdad es que esos son elementos que en gran medida todos deseamos ver, sin embargo el concepto es igual o más importante que todo lo anterior.

It Follows (Está detrás de ti en México, Te sigue en Argentina) es una propuesta atípica en la mayoría todos los aspectos, es casi primitiva en muchos sentidos pero consigue mantener al espectador atento en todo momento. Uno de los motivos del éxito de esta película es que mezcla distintas vertientes del horror en su solo universo; tenemos horror psicológico, fantasmas, un aire de cine de zombies, e incluso esa sensación de tensa calma que nos remite a Halloween.

Estamos ante una cinta que hace mucho con muy poco, y un mérito realmente digno de destacar es que existe un esfuerzo por contar algo diferente a sabiendas de que están metiéndose en el género más producido en la industria cinematográfica, precisamente porque termina por ser uno de los que menos recursos económicos necesitan. Lo realmente valioso en este caso es que It follows opta por entregarnos un concepto en vez de darnos lo que cualquiera puede. Gritos y galones de sangre falsa.

Aún cuando en el filme vemos apenas un par de muertes y dos o tres sustos inesperados, vivimos en una angustia permanente por no saber exactamente que esperar, en un principio no estamos seguros de cuan peligrosos son realmente los obstáculos que nuestra protagonista y sus amigos van a enfrentar. Lograr transmitirnos la intranquilidad e incertidumbre que siente el personaje principal en relación a su futuro es algo complicado de conseguir, es por eso que este filme termina por no pertenecer al montón. Un triunfo para el horror psicológico.

It follows es una propuesta que vale la pena verse, tal vez no sea una película de las que marcan época pero resulta una experiencia gozosa de cualquier modo. Totalmente recomendable.

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Con el paso de los años Disney se ha ganado a pulso el privilegio de llevar al público a la sala de cine aún cuando éste no está bien seguro de lo que va a presenciar, expertos o no expertos, fanáticos o espectadores casuales, todos tenemos la sensación de que cualquier cosa que hagan los estudios del ratón antropomorfo tendrá un sello de garantía en lo que a satisfacción se refiere, no obstante ese ir a ciegas sólo porque es una película de Disney si que tiene sus riesgos.

Personalmente nunca he sido muy adepto a las propuestas audiovisuales que nos pintan un futuro de autos voladores, el tiempo es cruel y no tardan mucho en volverse chistes involuntarios, y la verdad es que Tomorrowland parece que no tendrá una suerte muy distinta. Si, los efectos especiales actuales y sobre todo las ideas futuristas también son perecederos.

Una vez establecido que no estaba muy seguro de lo que iba a ver, y que no me complace mucho la temática, procedo a diseccionar a grandes rasgos la película.

Los primeros 45 minutos son por demás interesantes, el modo en que nos introducen al famoso mundo del mañana es verdaderamente ingenioso y nos echa al bolsillo de inmediato con un par de personajes infantiles con los que no cuesta nada identificarse. El uso que se hace del humor es una herramienta indispensable para mantenernos enganchados a lo que está ocurriendo (además del mini nerdgasm para todos los frikis viendo cómo Disney hace uso de la licencia de Star Wars en el puente entre el primer y segundo acto), logran intrigarnos como el Conejo Blanco de Alicia en País de las Maravillas y nos arrastran hasta un punto de no retorno en el que las cosas se vuelven ciertamente turbias.

Una vez que estamos en el sitio al que fuimos seducidos por casi una hora de prometedoras pistas descubrimos que la historia se ha vuelto innecesariamente compleja. Lo negativo sin duda no es que se pretenda profundizar con una historia que en el papel debería ser muy simple, lo malo termina por ser el hecho de que no se logre resolver de un modo menos redundante el viaje del punto A al punto B. Por momentos cuesta entender lo que estamos viendo y se vuelve tan ridículamente complicado que perdemos el rumbo como espectadores. Pareciera que el guión está plagado de pequeñas condiciones que modifican por completo el modo en que fluye la película, y el ejemplo más claro es el de la Torre Eiffel, es como si alguien hubiera puesto como requisito que el monumento parisino apareciera en pantalla, no tiene sentido alguno.

Tomorrowland es una propuesta que si bien tiene factores positivos como la secuencia de acción en casa de George Clooney, el famoso pin que te hace viajar, o los extraordinarios efectos digitales, termina por ser una especie de automóvil compacto con carcasa deportiva, es interesante a la vista pero poco funcional, y por ende se vuelve una experiencia agridulce.

Si la quiere ver o no queda a su criterio, para un servidor es una de esas películas de usar y tirar, para ver una vez y no más.

La cosa funciona de este modo. No importa cuan absurdo sea el argumento de una película, si las acciones se desarrollan con sentido común y de forma coherente en pro del objetivo todo va a marchar de maravilla.

Kumiko, the treasure hunter es un film cuya sinopsis puede resultar de carcajada, parece la clase de historias que es imposible tomarse en serio, y quizá su magia consista precisamente en que en un principio la subestimamos, pero una vez que vemos el modo en que está estructurado este filme y la seriedad con que se desenvuelve una trama en la que pocos creerían, nos vamos sumergiendo en la mente de un personaje que nos obliga a tomar en serio su misión.

Dejando de lado el objetivo principal del personaje, esta película nos muestra que oriente y occidente son tan opuestos como los idénticos, nuestra protagonista no es capaz de generar una conexión con las personas de un lado ni del otro, pareciera que en todas partes existe esa incomprensión hacia el que piensa diferente, el soñador. Ambos mundos se desarrollan según su propio compás y ninguno tiene tiempo para detenerse a esperar al que necesita ir a otro ritmo.

El personaje de Kumiko, encarnado por Rinko Kikuchi, es uno de esos protagonistas agridulces, que no se vende fácilmente para complacer al público con una sonrisa. El factor que la pudiera hacer parecer como una figura plana y bidimensional es justamente lo que la convierte en uno de esos protagonistas entrañables, y es que es una mujer que no cambia sus objetivos por culpa de los obstáculos con los que se va encontrando en el camino, es una persona terca que va de frente sin importarle si topa con pared. Lo que es un ser humano de verdad.

Kumiko, the treasure hunter es una película que a pesar de no tener el perfil que se acomoda a todo tipo de gente, si cuenta con los argumentos para convertirse en una película de culto, es graciosa cuando debe serlo, emotiva cuando deber serlo, y dramática cuando lo merita. Estamos frente a una de esa cintas que adquieren la condición de lo que narran, existe una seguridad plena de que este es uno de esos filmes que serán subestimados y pasarán desapercibidos por una gran parte del público, pero como siempre el tiempo lo dirá todo.

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Si usted es de la clase de personas que se quejan por que una película de acción tiene más bla bla que bang bang, la cuarta entrega de Mad Max es para usted.

La primera recomendación que me atrevo a hacerle es que se compre un tanque de oxigeno en lugar de palomitas al entrar al cine, porque antes de los 20 minutos se va a quedar sin aire, literal, es tanta la acción en pantalla, el ruido, los movimientos de cámara, la música y la pirotecnia que todo aquel que no acabe epiléptico saldrá ganando.

Quizá lo que resulte más interesante de Mad Max: Furia en el camino sea que es una propuesta tan entretenida en su acciones como interesante en su argumento, por lo que el fantástico espectáculo que está frente a nosotros no sólo se vuelve un agasajo visual, también logramos desarrollar un genuino interés por el bienestar de los personajes principales. La única queja que un servidor puede tener precisamente con respecto a lo que estamos viendo, y que en un punto se hace especialmente evidente, es que nuestro grupo de protagonistas es una pandilla de gente bella luchando contra un ejercito de gente fea que a su vez somete a un pueblo de personas horrorosas (físicamente por supuesto, no me crucifiquen). Truco básico y de muy mal gusto para generar empatía inconsciente.

No pasó mucho tiempo del estreno de esta película para que comenzarán a surgir comentarios por parte de grupos conservadores, en este caso grupos machistas (hágame usted el chingado favor) que se quejaron por el fuerte mensaje feminista de la historia, en la que se retrata a un grupo de mujeres intentando buscar refugio en una comunidad conformada por féminas guerreras que defienden su terreno y su libertad a punta de pistola. La película efectivamente tiene un importante contenido reivindicativo con la figura femenina, (incluso terminan por adquirir una mayor atención que la del propio Max Rockatansky) cuya presencia en el cine (y en todo lo demás) ha sido reducida a una mera presencia débil y un simple objeto del deseo, pero lo que ya resulta alarmante e inverosímil es que exista gente que llegue a quejarse del rol protagónico que adquieren las mujeres en esta producción. De risa y de llanto.

Mad Max: Furia en el camino es una estupenda pieza de entretenimiento que se tiene que ver en pantalla grande, tal vez no sea la mejor película del año, pero es una excelente oportunidad de ver cine de acción de primera calidad y un muy buen pretexto para atascarnos de chucherías.