Esta no es una película que destaque por su originalidad. La historia de padre a la fuerza porque le aparece un hijo que desconocía, está ya muy vista. Esta en concreto, me recordaba por momento a Un papá genial (Dennis Dugan, 1999), salvo que en este caso la película tira por el camino tierno en vez de por el gamberro.

La película es una sucesión de tópicos del género, todo lo que vas a ver en esta película ya lo has visto antes, pero funciona. Funciona porque Eugenio Derbez (que además es el director), demuestra ser un gran actor cómico con una dilatadísima carrera. Y funciona porque la química que tiene con Loreto Peralta (su hija en la película), es palpable durante todo el metraje. Hace que te creas la historia que te cuenta la película y te vas encariñando con la niña protagonista, de la misma forma y a la vez que lo hace su padre en la ficción.

Uno de los problemas, es que al principio, la película te vende el juego de que el protagonista no sabe hablar inglés y va a ir a Estados Unidos, como si de ahí fueran a sacar muchas bromas que podrían haber funcionado, nada más lejos de la realidad. Se pierden muchos de esos posibles gags, porque al final, todos los personajes americanos de la película acaban hablando español y de las casi dos horas de película, con suerte 20-30 minutos son hablados en inglés. Solo hay un chiste que funciona.

Lo mejor de la película es su final. Al final tenemos una dramedia con un giro de guión bastante potente y que se da justo en los últimos minutos de la película. Esta película no tiene un final dulcificado como muchas dramedias y se agradece que así sea.

La película es buena, pero poco sorprendente. Eso sí, muy bien rodada, con un humor de corte blanco muy característico de Derbez (y que sus fans agradecerán mucho) y que merece ser vista hasta el final para poder llegar a su parte más disfrutable.

Cuando ves que todo el grupo al completo de los Monty Python están metidos en esta película (dando voces a Aliens), siendo además Terry Jones su director y guionista (director también de las nada discutibles La vida de Brian (1979) y El sentido de la vida (1983)) y teniendo por protagonista a Simon Pegg, te esperas una comedia de nivel. Pues olvidaros de esto completamente.

La trama es cuanto menos absurda y sin sentido. Unos aliens le dan el poder de hacer lo que quiera a un humano, si hace el bien salvan a la tierra, si no, la destruyen. Y el prota, va y usa los poderes para hablar con su perro y conseguir que la chica que le gusta se enamore de él. No hay por donde cogerlo. Es una mezcla entre comedia romántica y película de ciencia ficción rarísima.

La película está llena de bromas demasiado "tontas" y descafeinadas, dando la sensación en todo momento de que estamos viendo una película infantil. Ninguno de los personajes funciona, no hay química entre ellos y se hacen bromas demasiado trilladas al estilo caca, culo, pedo, pis (literalmente hay una escena en la que una caca se va andando a un vater y tira de la cisterna ella sola, ese es el nivel).

Es además el último papel de Robin Williams en su carrera, poniendo voz a un perro que aparece poco y que no aporta prácticamente nada, una pena terminar así.

La película solamente me hizo reír un par de veces y no muy fuerte. Película perfecta si vais a verla con vuestros hijos, pero si tenéis más de 12 años, ni os acerquéis a ella, no merece para nada la pena.

Los méritos de Airbag, son muchos. La trama es lo suficientemente gamberra como para ser funcional durante las dos horas de metraje (algo anormal para una comedia) y lo suficientemente transgresora, como para pervivir en el imaginario colectivo durante décadas.

No es especialmente compleja, incluso un poco descafeinada y soez (los protas celebran una despedida de soltero en un puticlub, a uno de ellos se le queda el anillo de casado dentro del culo de una de las chicas y lo tienen que recuperar porque vale 30 millones), pero es un telón de fondo para que toda la historia se vaya desarrollando.

Y aquí es donde se le debe atribuir todo el mérito a la película. Es esta película un punto de inflexión claro dentro del cine español. Esta película sobresale sobre todo lo anteriormente rodado en este país, por localizaciones, por presupuesto, por medios técnicos, por espectacularidad, por absolutamente todo aquello que transciende a una trama que no es de lo mejor que hemos visto por estas tierras.

Jamás habíamos visto en una película española unos tiroteos de tanto nivel, unas escenas con tantos actores en pantalla, unas persecuciones tan frenéticas y unos medios técnicos y trucajes de altura. Pareciera que queríamos demostrar que aquí también podemos hacer el cine que hacen los americanos, pero a nuestro estilo. De hecho, muchas veces, pareciera que estás viendo la típica carretera americana rodeada de cactus.

En cuanto al trabajo de los actores y director, simplemente brillante. Pocos papeles tiene Karra Elejalde que sean olvidables, este no es uno de ellos. Está increíble en su papel de novio de segunda y evoluciona de una forma sublime durante toda la película. Un desconocido Alberto San Juan (por aquel entonces), ya nos venía a demostrar que había llegado para quedarse. Encomiable la labor de Juanma Bajo Ulloa, descubriendo nuevos talentos (Manuel Manquiña en el mejor papel de su carrera) y exprimiendo hasta la última gota de talento a quienes nunca han sido actores. Karlos Arguiñano hasta me lo creo como actor, fijaros lo que os digo.

La película rebosa espectacularidad por todos sus poros. Si es cierto que en muchos momentos puede ser hasta desagradable (sobre todo en las escenas de sexo o las referencias a la cocaína), no entiendo como se vendía como una película para adolescentes (dicho por los propios actores en el Making off de la misma), cuando está dirigida para un público mucho más adulto.

Luego ya sabemos lo que ocurrió. Nos rasgamos las vestiduras y se empezó a hacer un cine mucho más técnico, porque las historias contadas despacio y con pocos medios gustan, pero esto parece ser que gusta mucho más. Para bien o para mal, la fórmula de Airbag fue imitada hasta la saciedad posteriormente y muchas películas están claramente influenciadas por esta.

Independientemente de que como comedia adulta no te pueda interesar, si que como documento cinematográfico todo el mundo debería verla, por ser (como ya decía antes) un punto de inflexión y un salto de calidad en la cinematografía de este país. Hay un cine español anterior a Airbag y un cine español posterior a Airbag, radicalmente distinto

Tengo el dudoso honor de haber disfrutado de esta película en Blu-ray, animado por todas esas listas que la sitúan como una de las peores películas de la historia y en efecto, ninguna se equivoca.

Estamos ante una copia bastante descarada de E.T. Tenemos alien (bueno 3), tenemos pareja de hermanos y niña mona que acompañan al alien en todo momento. Madre que no se entera de la movida hasta bien entrada la película y la cosa sigue. Muchas de las escenas son un calco de E.T, pero aquí todo atufa a product placement.

La trama es la misma, Alien llega a la tierra, gobierno americano quiere atraparlo porque cree que es una amenaza y unos chicos ven bondad en él y lo quieren salvar.

MAC (Misterious Alien Creature), se pasa toda la película bebiendo Coca-cola porque casualmente, eso revitaliza a la gente de su planeta. Cuando le persigue el FBI (o unos científicos de chichinabo, vaya usted a saber), se meten en un McDonals y se ponen a bailar (el alien disfrazado de oso, para verlo), sin justificación alguna. Y la persecución continúa en un Sears. No hay una sola escena de la película en la que no aparezca una marca.

Para ser una película de 1988, los efectos especiales son muy cutres. Los disfraces de los aliens son horribles, se ven cables y muñecos todo el tiempo (impagable el muñeco de trapo que se ve en la escena en la que cae el chico por el acantilado) y ni se preocuparon en usar dobles creíbles. En una escena conduce el coche un adolescente de 16 años y de pronto, se ven los brazos peludos de un señor de 40.

Los aliens o se mueven de la forma más torpe posible o bailan mejor que Michael Jackson, no hay punto intermedio. Y lo mejor es el final

Hay películas que ponen en su portada "Del director de X y el guionista de Y" como diciéndote, "Los tíos que trabajaron en esta película tan buena y que tanto te gusta, también están aquí". Cuando se hace eso, generalmente es porque no consideras que la película sea lo suficientemente buena como para atraer al público y tienes que darles un cebo para que piquen. Algo así pasa en Sabotage.

La premisa inicial es interesante, un grupo especial de la DEA asalta una casa de unos narcotraficantes Mexicanos y deciden quedarse con parte del dinero. Hasta ahí todo correcto. La película además comienza con una escena de acción de tiroteo muy potente que recuerda a la de clásicos como Heat (Michael Mann, 1995) o Desperado (Robert Rodriguez, 1995). Se podría haber sacado mucho partido a eso, pero de pronto la película cae en picado hacia una trama policiaca-detectivesca en la que empieza a morir gente, mucha gente, quizá demasiada.

La película es muy explícita en sus imágenes, a veces quizá demasiado. Buena parte del gore y de las muertes que aparecen en las película son totalmente gratuitas, no aportan nada a la trama (ni tienen que ver nada con ella) y parecen más un deseo propio del director de mostrar una carnicería por pantalla. A los que les guste la sangre como a un servidor, quedarán encantados. Para más inri, hay ciertas escenas muy inverosímiles. Ráfagas de disparos que casualmente no aciertan a quien tienen que acertar o personajes, que desaparecen delante de las narices de decenas de personas sin que nadie se de cuenta.

Arnold lleva todo el peso de la trama y no es meramente un reclamo para llenar las salas de cine (recordemos que esta fue una de sus primeras películas después de su parón en el cine para ser gobernador de california), es el único que consigue que conectes con él, con sus emociones y con su historia. El resto de personajes que le acompañan, aparecen de la nada, no se sabe prácticamente casi nada de ellos y no te da tiempo ni siquiera a conectar con ellos o con su historia (si es que la tienen).

Al final, te quedas con un buen sabor de boca inicial, con un tramo central de la película que podría ser mucho más corto (la película dura casi 2 horas) para que luego la acción vuelva a reinar en los últimos 20-30 minutos y sea ahí donde te resuelven todo el misterio de la película. En la edición en Blu-ray, hay dos finales alternativos que a mi gusto, son mejores que el final de la versión de cine (aunque ese final visualmente es más espectacular).

Es una pena, porque la película podría haber dado mucho más de si (recordemos que el director es el guionista de la aclamada Training Day (Antoine Fuqua, 2001)) y al final, ni te ofrece acción visceral constante (que hubiera estado bien como entretenimiento palomitero) ni te ofrece una trama de Thriller profunda y convincente, se queda a medio camino entre una cosa y la otra.