Liam y Noel Gallaguer líderes del grupo Oasis, firman a través de su productora “Kosmic Kyte” este documental dirigido por Jake Scott, especialista en videoclips para grandes artistas e hijo del director Ridley Scott, aunque me temo que la voz cantante del rodaje la han llevado los hermanos para mayor gloria suya, porque si el documental deja una cosa clara, es la enorme consideración que tienen ambos músicos de sí mismos cuando califican el doble concierto de dos noches en el parque de Knebworth como de hito histórico, el nuevo Woodstock, no ha ocurrido nunca nada igual, histórico, etc, etc.

Parece que este documental sea una especie de ajuste de cuentas con su ex-banda, con sus archienemigos de la banda “Blur” o con todo el mundo por no estar a la altura de su excelsa música. Es muy lamentable el ninguneo que hacen al resto de la banda que en muy pocas ocasiones aparecen en plano como si fueran meros acompañantes contratados para la ocasión, salvo al guitarrista de los “Stone Roses” John Squire, grupo que fué auténtica inspiración para los hermanos Gallagher.

Los comentarios de los fans asistentes a ambos conciertos, todos muy jóvenes, son tiernos pero bastante irrelevantes salvo en ese empeño obsesivo de encumbrar a ambos hermanos que está presente en todo el film; a quien prefieres ¿Liam o Noel?

Pero en lo referente al contenido musical y al sonido del documental, que es lo que realmente importa ;buf, madre mía, excelsos, demoledores, titánicos y todos los adjetivos que se nos ocurran, me hubiese encantado estar allí y tener dieciséis años cantando a grito pelado; “Columbia”, “Supersonic” “Wonderwall”, “Champagne Supernova”, "Cigarettes & Alcohol" y el resto del set list del concierto que en ocasiones llega a poner los pelos como escarpias por su poderío sonoro. Una pena que hayan tenido que empañar una actuación soberbia con tan innecesario “yoísmo”.

Estoy convencido de que no es casualidad que esta chica a la que se le pone la vida de cara se llame así, puesto que en euskera también es una declinación que indica “hacia donde” junto al verbo ir (joan) porque lo cierto es que Nora se encuentra en uno de esos momentos de la vida en los que no sabe muy bien hacia donde se dirige.


Para reencontrarse con la verdad, con la suya al menos, emprende un viaje de búsqueda que le de alguna pista sobre lo que debe hacer con su vida y recomponer su presente, aunque es un viaje corto en distancia, se hace una aventura al hacerlo en un Citroën de los 50 que para ser sinceros no deja de ser un elemento romántico, metido un poco con calzador, como alguna que otra cosa más que en ocasiones se puede hacer un poco difícil de tragar para aquel espectador que sea un poco “tiquismiquis”.

No obstante, y para ser sincero la película es bonita, se deja ver estupendamente, así como el guion es ágil, el elenco competente y en los apartados artísticos cumple con nota.

El secreto que arrastraba al sacerdote interpretado por Montgomery Clift en la célebre película “Yo confieso” de Alfred Hitchcock, le obligaba a tomar una decisión crucial ante la disyuntiva de decir lo que sabe mediante secreto de confesión o afrontar el resultado de las sospechas que recaían sobre él en un crimen, mientras que el secreto de Daniel, que ejerce como cura en una pequeña localidad de Polonia, es que no es cura, sino un delincuente habitual de correccionales y practicante de la mala vida, con lo cual son dos sacerdotes a los que solo la confesión de la verdad, redimirá de su culpa.

Lo que ocurre es que al igual que Montgomery Clift no daba mucho el pego como cura y más parecía una aparición mariana ,Daniel, con sus veinte años y carita de ángel tampoco resulta muy creíble como sacerdote en esa carambola que le tenía reservada el destino en una aldea perdida en alguna parte de Polonia. Me ha recordado a la historia de “Der Hauptman”, donde un soldado raso, patán y traidor, se convertía en un temible oficial de las SS solo por hacerse con un uniforme de un oficial fallecido.

Quitando eso y alguna licencia más en ese oscuro secreto que también anida en el pueblo y del que todo el mundo parece cómplice, la película es honesta y está muy bien contada, de hecho no se me ha hecho nada larga a pesar de llegar prácticamente a las dos horas y se mantiene, casi en su totalidad, en la interpretación de Bartosz Bielenia como el "cura" Daniel, que atrapa la atención durante toda la película y consigue llegar al espectador con su retrato de personaje bipolar y de persona buena maltratada por la vida, yo creo que esa recreación del mundo interior de Daniel, es la mejor cualidad de éste film.

Que gusto da ver que el cine vuelve a llenarse gracias a los estrenos de películas como “Los nuevos mutantes”, “Color out or Space”,“Un amigo extraordinario” y ahora ésta última superproducción del incombustible británico Christopher Nolan, aunque a decir verdad el tiempo otoñal que tenemos ahora en Euskadi influye y mucho a la hora de decidir donde vamos a echar la tarde.

Después de la inmejorable impresión que me dejó DUNKERQUE , Nolan vuelve a sus paranoias espacio-temporales de películas como ORIGEN, MEMENTO o INTERESTELAR que a mí me dejaron más tieso que la mojama y tuve que hacer verdaderos esfuerzos para llegar hasta el final. En el caso de TENET, absurdo palíndromo que se lee igual en ambos sentidos, una acción apabullante y potente, permiten que lleguemos al final de sus dos horas y media de metraje aunque con una sensación de agotamiento bastante importante.

El principio en tremendo y solo por eso merece la pena pagar por verla, pero lo que promete ser una película de acción a lo JAMES BOND o MISIÓN IMPOSIBLE, se enreda luego en una farragosa e incompresible trama entre el tiempo y el espacio a la que tampoco ayuda un poco creíble John David Washington como salvador del mundo y una trama bobaliconamente sentimental con la estilosa  Elizabeth Debicki y su hijo, así mismo aunque parezca increíble, el vampírico  Robert Pattinson dota a su personaje de fuste y eleva el listón de la película que remata siempre de forma sobrada y convincente un malo malísimo Kenneth Branagh.

El lenguaje audiovisual “made in Nolan” está presente en toda la película, es impresionante la destreza del director en todos los apartados técnicos y la brillantez en su ejecución, eso es innegable, de hecho casi siempre la película pierde intensidad cuando entra en los diálogos, e incluso estoy convencido de que se podrían suprimir y la película no se resentiría los más mínimo, a fin de cuentas no hacen más que confundir.

Con todo, es una película entretenida con mucha enjundia y aunque está lejos de ser una obra maestra, es de visión obligada para los fans incondicionales y para los detractores del director británico que van a encontrar la miga que buscan a raudales.

Veinte años han pasado desde que Peter Cattaneo estrenase THE FULL MONTY, aquella divertida comedia que reventó la taquilla de medio mundo y se convirtió en referencia de muchas cosas, de hecho yo creo que todo el despliegue posterior de calendarios con hombres ligeros de ropa por causas benéficas así como los espectáculos de strep tease masculino solo para mujeres, se convirtieron en un auténtico boom y no había cena o evento en el que no faltase un “Full Monty”al final.


En éste caso, Cattaneo posa su particular mirada en la historia real de un grupo femenino de esposas de militares de una base inglesa cuyo maridos y algunas mujeres también son destinados a la guerra de Afganistán y que para salir de la vida opresiva de la base deciden montar un coro que acabó teniendo setenta agrupaciones diferentes por toda Inglaterra de indudable éxito.

La película es un producto amable y entrañable bastante en la línea de su compañera de cartelera “La familia que tu eliges”, en su buen propósito de agradar con una emotiva historia con la cual empatizas desde el minuto uno y sales con la risa tonta dibujada en la cara, algo que en estos tiempos oscuros de pandemia se agradece. Los personajes típicos del cine social inglés están perfectamente dibujados y las actuaciones del nutrido elenco son muy convincentes y trasciende la pantalla, por no hablar del "set list" con temas como "Time after time" "Shout" "Only you" «With or without you» o «We are family», de lo mejorcito del Pop Inglés.

Algo ñoña, cursi o melodramática; pues también, pero en espera de alternativas más suculentas o perdurables, cumple perfectamente su función de revitalizar la alicaída cartelera estival.