Vaya gustazo reencontrarme de nuevo con ese actor llamado Bruce Willis, al que echaba mucho de menos, al que ya quería ver en su salsa, lejos de los pobres papeles y trabajos que había desempeñado últimamente en el cine. Y es que, sin ser la octava maravilla del mundo, esta película me ha hecho disfrutar de ese actor menos patético, más motivado, dando una actuación bastante más comprometida, tomándoselo en serio y creyéndome a ese padre y marido que busca justicia.

Junto a Willis tenemos a una actriz que me suele gustar mucho y que está desaparecida últimamente de las pantallas de cine como es Elizabeth Shue. Me he quedado con ganas de más con esta actriz, ya que su papel es muy secundario pero siempre es un placer verla en pantalla, me parece una actriz más que válida.

Junto a ellos, los veteranos de la película, tenemos a una joven modelo y actriz que debutaba en el cine con esta película llamada Camila Morrone y la chica, dentro de lo que supone su papel, está correcta. Como hermano de Willis tenemos al siempre disfrutable Vincent D´Onofrio, actor poco valorado y con gran profesionalidad. También disfrutamos de un secundario de la talla de Dean Norris como inspector de policía encargado del caso relacionado con la familia del personaje de Willis.

Me gusta la forma de rodar de este joven director, Eli Roth, amante del cine gore, del cine de terror con vísceras, apasionado del cine de Tarantino, director con gran talento, que me ha hecho interesarme en su trabajo y que me ha entretenido con esta película de venganza de principio a fin.
Muy disfrutable para los amantes del cine de acción.
Un saludo,
Tess

Tercera película que cierra la trilogía que el director de origen indio, M. Night Shyamalan, ha dirigido con verdadero mimo y amor hacia el mundo del cine y formada por la interesante "El protegido", la impactante "Múltiple" y esta también interesante pero para mí más floja que las anteriores "Glass".

Aquí se unen tres actores que están en su salsa y que brillan por sus inmensas actuaciones. El primero es el veterano Bruce Willis en uno de sus últimos trabajos serios antes de dedicarse a hacer el tonto en películas de mala muerte y serie B. Quizás sea el más desdibujado del trío pero no deja de hacer un buen trabajo.

El segundo es el enorme Samuel L. Jackson que hace parecer tan fácil actuar. Directamente el actor parece no estar actuando y con pocas palabras dice mucho.

El tercero y para mí mejor de los tres es el atractivo actor escocés, James McAvoy, impresionantemente increíble una vez más a la hora de dar vida a ese personaje con 23 personalidades diferentes como ya hiciera en "Múltiple". Impresionante el trabajo físico y de gestos que realiza el actor con un enorme poderío y forma física.

Junto a ellos, una enigmática Sarah Paulson como psiquiatra, actriz que suele gustarme mucho y que está elegante y misteriosa. Nos reencontramos aquí con el joven actor Spencer Treat Clark quién ya hiciera de hijo de Willis en "El protegido" y con la interesante Anya Taylor-Joy.
Un saludo,
Tess

Divertido y curioso remake americano de una comedia francesa realizada por el desaparecido director y guionista Francis Veber llamada "Le Jouet" y que aquí está protagonizado por un desternillante Richard Pryor.

No he visto su antecesora pero me he quedado con ganas de verla porque si es igual de entretenida que su hermanan americana lo pasaré bien viéndola. Aquí descubro a un Richard Pryor del que, por supuesto, había siempre oído hablar maravillas pero al que nunca había visto actuar y tengo que decir que el actor tenía un don para la comedia a pesar de tener una vida nada fácil.

Pryor es aquí un hombre encantador, periodista en paro que quiere poder terminar su libro para poder publicarlo y ganar el suficiente dinero para que el banco no le quite su casa embargada pero no tiene forma de encontrar trabajo ya que dice que ningún periódico contrata a hombres negros.

En la vida de Pryor aquí se cruza un niño llamado en la vida real Scott Schwa. Aquí Schwarzt interpreta a un niño de 9 años a pesar de tener ya 14 años. Es su primera vez delante de unas cámaras, dejando una correcta actuación como un niño rico que, a pesar de tenerlo todo, se aburre soberanamente y se siente más solo que la una.

El padre del niño no es otro que el cómico, compositor y abuelo del actor Jason Patric, Jackie Gleason, hombre arrogante que resulta ser dueño de un periódico donde Richard Pryor sueña con trabajar.

La película está realmente bien, sin ser ninguna maravilla, haciendo una pequeña crítica a las desigualdades sociales, la discriminación de la raza negra la hora de encontrar trabajo y es un alegato a la amistad de verdad entre personas de distintas clases sociales. Para disfrutar con la familia.
Un saludo,
Tess

Os parecerá mentira pero hasta hace un par de días no había tenido la cabeza de sentarme a disfrutar de esta película como es debido, nunca me había interesado hasta el punto de verla entera y tengo que decir que me ha hecho disfrutar mucho del cine.

Lady Halcón es puro cine de fantasía, de aventuras, de capa y espada como ya no se hace y, a pesar de su larga duración, no me ha llegado a cansar. La historia que cuenta es maravillosa, una historia de amor casi imposible, de brujería, de castigo, de Edad Media sucia y pobre, de la Santa Iglesia haciendo de las suyas, de abadías preciosas en maravillosas localizaciones de Italia, en fin, deliciosa.

Una joven y bella Michelle Pfeiffer enamoraba a medio mundo con sus ojos, enamorada de su capitán, personificado en el rubio y holandés Rutger Hauer, viril, apuesto, elegante, llenando la pantalla, maravilloso actor de mirada penetrante.

Ambos son el halcón y lobo, ella de día, él de noche, condenados a estar siempre juntos y eternamente separados por los celos asquerosos de un arzobispo bajo la fría piel del imponente Jon Wood.

Un jovencísimo Matthew Broderick como el intermediario entre la bella pareja de enamorados está divertido y encantador en el mejor papel de su carrera, posiblemente.

Muy entretenida, muy bien hecha con oficio por un buen director como es Richard Donner, digna de verse aunque sea una sola vez, merece la pena para volver a soñar con que el amor verdadero puede triunfar.
Un saludo,
Tess

Pedazo de buena sorpresa que me he llevado con el descubrimiento de esta película, una de las muchísimas versiones que el personaje del vampiro Drácula, rey de los de su especie, ha vivido en el mundo del cine.

No tenía ni idea de que un actor como Frank Langella, que habitualmente me resulta frío y antipático, se hubiera hecho cargo de dar vida a este personaje tan emblemático y misterioso, no sólo aquí sino en la anterior versión teatral para Broadway.

Precisamente, fue el descubrimiento de esta obra y de la actuación de Langella en ella como Drácula la que hipnotizó a los productores de esta película y les convenció de que debían de hacerla con Langella, de nuevo, en la piel del vampiro.

Langella hace un trabajo extraordinario, dotando al príncipe de las tinieblas de un halo misterioso, elegante, seductor, que le viene como anillo al dedo, sin necesidad de tener accesorios tan recurridos anteriormente como colmillos ensangrentados.

Junto a él, el gran Laurence Olivier quién, muy enfermo aquí, se puso en la piel del Profesor Van Helsing, trabajo que hizo puramente por dinero en un momento de su vida en el que ya no tenía que demostrar absolutamente nada a nadie sobre su valía como actor. Sus compañeros en esta película temían que el actor no consiguiera terminar su trabajo aquí por la gravedad de su enfermedad, pero lo consiguió y sería la primera y única vez que el gran Sir Laurence Oliver participara en una película de este estilo.

La bellísima Kate Nelligan se haría cargo del personaje de Lucy que aquí, a diferencia de la novela y del resto de versiones de la película, es la prometida de Jonathan Harker y deseo sentimental del conde Drácula, en lugar de Mina.

La fotografía es espectacular y al música del gran John Williams es impresionante, el ambiente gótico y romántico en contraste con la decrepitud del ambiente, de los cadáveres y las ratas es abrumador. Lo único que me ha echado un poco para atrás y no me ha hecho gracia es el tono socarrón y grotesco del personaje interpretado pro el veterano Donald Pleasence como padre de Lucy.
A mí me ha encantado, qué queréis que os diga.
Un saludo,
Tess