El personaje daba para más, pero el tono reflexivo del documental desaprovecha una gran historia que se pierde como algunas críticas en cuestiones que solo interesan a quien las comenta.

La concreción, así como la capacidad de síntesis. hubiesen desarrollado un producto con mayor calado que habría incidido más sobre un espectador y un público, que aunque minoritario, se encuentra presente para este tipo de producciones.

Esta crítica va destinada a los guionistas y a su incapacidad para dar salida coherente a un guión en el que se plantean claves, a las que más tarde les resulta imposible dar respuesta.

La película se plantea como un ejercicio de. Ilusiones (palabra que viene de iluso) ante un producto que nos parece fascinante y que poco a poco nos damos cuenta que no PODEMOS resolver ni nosotros ni quienes la crearon.
Que no te engañen, Calle Cloverfiel 10, no supera el 5. Sus expectativas se diluyen, pero cuando te das cuenta ya no tienes salida: El cine actual se diluye como un azucarillo demagógico de consumo inmediato y sin huella en un futuro.

Son demasiadas chicas, las protagonistas, y sus peculiaridades no están desarrolladas. La belleza es evidente en su empatía hacia el espectador, algo buscado con fuerza por su director y el guión. Pero existen demasiados elementos que no aportan nada haciendo que parezca en algún instante lenta por su indefinición.
Es significativa la buena acogida en los festivales, la razón: el cine actual está inmerso en un proceso de cambio sin saberse muy bien hacia donde camina.

Los que amamos el CINE no encontramos material que nos seduzca, atrape, o interese. Todo está mediatizado, los proyectos no permiten que surja la magia.


Me ha alegrado que a la gente le guste porque es muy satisfactorio, ir al cine y pasar un buen rato. A mi no me ha decepcionado, pero si entristecido.

La esquemática necesaria para el desarrollo de toda película, aquí se convierte en un elemento más que aporta, cuanto resulta imprescindible para alcanzar las cuotas de exigencia que el espectador reclama.

Cuando en algo se pone empeño, y aquí tanto la producción, como su director Damien Chazelle se entregan para crear una situación, que sin ser nueva, lo parezca. Con tal premisa, el acierto y el triunfo, les encuentra.

La clave del éxito en el cine siempre es la misma, aunque muchos parecen ignorarla: Buen guión, ritmo adecuado, actuaciones creíbles.
Mi dinero ha estado bien invertido...

¿He cambiado yo, o no es lo que recordaba de los Addams? Ausencia de esa acidez que tanto nos gustaba... de esa malicia retorcida. No es lo que esperaba, y la razón es que ya se ha contado todo, ahora solo cabe repetirse.

Carece de garra, aunque a los niños les gustará, porque probablemente no conozcan más que esta "Familia Addams" irregular y al final aburrida.