Lo cierto es que salí del cine sin saber muy bien de que iba el tema en cuestión, el mensaje, que trataba de contarme esta película narrada y desarrollada a modo de fábula con tintes un tanto surrealista. Puede que fuera de la fe, o una alegoría sobre la cuestión humana. También puede que tratara de la perspectiva que surgen de diferentes enfoques sobre un mismo hecho, o el misticismo que envuelve las creencias a una deidad determinada. Lo que si me quedó claro es que iba de filosofía, de superación.
No la vi particularmente divertida aunque creo trataba de serlo, o eso me pareció. Las lágrimas de cocodrilo tampoco me convencieron. Claro, la historia tampoco.
Decir que me gustó el desarrollo, realización, y la espectacularidad del visionado del film, así como el carisma de los actores y la voz narratoria. No puedo negar que es una película bien hecha. Pero ya hacia mitad de la película el ritmo fue tan lento como los personajes que se mecían en el mar.

Aquí se nos presenta un largometraje enmarcada como no, en el cuadro histórico de la "Guerra Civil americana", que como pasa en el cine español con la "Guerra Civil española" cansinamente existen muchos títulos de referencia. En esta ocasión se nos sumerge en el mundo de penurias de un trío de chicas del Sur estadounidense. Nos muestra la típica suciedad de la época tan oscura como la "Edad Media", y como llevan el trajín de los duros días sin necesitar ningún varón, y totalmente aisladas como en medio de un desierto insano. Luego como se desenvuelven de un par de borrachos depravados que antes habían parado en un pueblucho sin nombre, habitado por un par de personas que también son escombros con patas.

En resumen para no desglosar más la película, trata de como estas chicas hacen frente a estos dos psicópatas y con lentitud pasmosa de repetitivas escenas y mucha palabrería intrascendente, logran su objetivo. Lo mejor es sobre todo el final, y lo digo con ironía por supuesto.

Film de aparente hecho biográfico, o al menos una interpretación de las tantas leyendas, sobre el famoso pistolero Wyatt Earp. La película entretiene y tiene cierta atmósfera del genuino wester. Lo mejor el malo de la película, Daniel Booko, un tipo sin escrúpulos.
El viejo de Val, estaba muy convincente (y eso a pesar de que el soberbio bigote que le encajaron para emular al personaje original, parecía por momentos que se le iba a despegar). Pero hay que ver lo gordito que se ha puesto el hombre, debería empezar a cuidarse un poco. Pero eso sí, es un actor como la copa de un pino, y prefería sus momentos de elocuencia con el escritor que tomaba nota, que ver a un frío Shawn Roberts que costaba digerir sin bostezar.
Un film regular con un principio brillante, luego va patinando algo, como la historia en sí con los motivos que mueve a la venganza con una novia que no es novia, asunto que no se llega a esclarecer del todo, y más parece que el film se mueve por códigos morales del personaje que parecen ir en desuso en la sociedad que renace con el florecimiento de la era industrial.

Tras un prometedor primer capítulo, aunque sinceramente algo defraudado porque no conseguía entender este papel de "alcalde" o mediador con tanto poder y sus motivaciones, quedé esperanzado en que en las siguientes entregas poco a poco se fuera desgranando el destacado roll que, a modo de como si se tratara de un "Padrino" y, con la pretensión, como meta de la paz en la ciudad, dispone el personaje que encarna el consagrado actor Jeremy Renner.

No sólo continué sin explicármelo, así como tampoco, los engranajes políticos y policiales que lo mantienen en alto para mantener ese afán de justicia de violencia desmedida con implicaciones policiales totalmente impunes que a mi modo de ver son totalmente surrealistas y simplonas.

Y no es por ir de ñoñas, sino que simplemente no me parece que lo que estoy viendo sea creíble dentro de un mundo de ficción, que es algo que valoro que tenga ciertos parámetros, ya que hasta los dibujos animados para niños siguen cierto orden.
Tampoco la acción te mantiene con el alma en vilo puesto que hay mucho tiempo de relax con diálogos de pueblo, eso sí, de pueblo con un buen nivel adquisitivo.

Podría ser insertados en capítulos de la serie juvenil de los noventa de "Beberly Hills" y casi colaría, sino fuera por algún que otro asesinato ocasional. Deduzco que se trató de evocar al espíritu original del film "Scream", y en cierta manera el suspense contínuo es la única baza de este serial. Pero la balanza se reclina mayoritariamente al peso negativo, con chicos edulcorados pijos con pocas luces, y un abanico de incoherencias argumentales difíciles de digerir. Lo más dificil de tragar y sin pretender destripar (nunca mejor dicho), es que apenas hay investigación sobre lo que todos los indicios apuntan a un psicópata peligroso suelto. Todo se lleva como tapadillo ni siquiera se interesa la prensa ni el FBI americano, sólo un cutre sheriff y una misteriosa y pinta de chapucera doctora forense, que puede hacer la autopsia de un cadáver en la alcoba de su casa sin problema alguno.