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España España · Huelva
Críticas de Anibal
Críticas 672
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
26 de julio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de entrar a valorar este producto en más profundidad, quiero señalar que esto ya lo he visto muchas veces. Básicamente, es una cinta con todos los tópicos habidos y por haber en el cine de catástrofes. Así pues, quizás te entretenga si buscas un filme propio del género. Por el contrario, mi consejo es que no la veas si tu pensamiento es ver algo distinto a lo habitual o visionar una miniserie sin aspecto de telefilme de sobremesa de Antena 3.

“La amenaza de Casandra” es cine de eventos catastróficos al igual que otras producciones de similares características como “Huracán categoría 6” o ”Inundación”, aunque aquí el motor de la historia es un meteorito descomunal que amenaza con acabar con la vida en el planeta. Lo malo no es sólo lo trillado del género, sino que incluso las dos cintas que he nombrado antes son mejores (tanto en sus efectos especiales como en el interés que despierta la historia), y ni que decir tiene que no le llega ni a la suela de los zapatos a superproducciones como “El día de mañana” o “2012”.

El panorama que describo no es precisamente muy alentador, pero es que no me queda más remedio que ser crítico con el filme que nos atañe. El guión está repleto de topicazos del género (piensa en cualquiera de ellos y acertarás), las subtramas de los diferentes personajes no son muy atractivas que digamos (sobre todo la del derrumbe en el hospital) y, por último, el interés que suscita el relato va de más a menos (estiran demasiado la historia, a partir de la mitad del metraje en adelante, y llega a hacerse un poco aburrida). Puede que esto sea lo que se quiera ver en un producto de esta índole, pero es que es un calco exacto de algo que ya habrás visto mil veces antes.

Los efectos especiales son muy regularcitos. De acuerdo que es difícil recrear escenarios con meteoritos impactando sobre las ciudades y demás cositas. También estoy de acuerdo en que hace falta mucha pasta para hacerlas bien y que esto es un producto para la pequeña pantalla. Pues sí, pero es que los efectos especiales algunas veces parecen de los años 90...

Tampoco las interpretaciones de los actores merecen mucho la pena. Tenemos varias caras conocidas en el reparto como, por ejemplo, Bill Campbell, Marla Sokoloff, Christopher Lloyd, Michael Rooker o Stacy Keach, pero poco pueden hacer con este guión tan trillado y este apartado técnico tan mediocre. En fin, que esto es para pasar un rato medio entretenido cuando no se tenga otra cosa que ver, nada más.
Anibal
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5
24 de julio de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Motivos personales” es una serie que jamás me terminó de calar. Por supuesto la he visto entera y quiero aclarar de antemano que no me parece un producto de mala calidad. No obstante, nunca me llegó a enganchar del todo este thriller de intriga en formato de serie. Tal vez la he visto esperando mucho de ella, ya que la inmensa mayoría de los espectadores la considera una de las mejores series españolas de todos los tiempos y cosas por el estilo. De acuerdo que la serie tiene su intríngulis por saber quién es el asesino, sus motivaciones y demás… vale, pero a mí no me ha convencido más allá de darle un simple aprobado (ni que decir tiene que no la considero una de las mejores series españolas que he visto ni de coña).

El asesinato con el que comienza la serie, el de la secretaria, no lo veo creíble. Me explico: la pobre chica se estampó desde un décimo piso contra una cristalera... ¿nadie lo vio? ¿Nadie oyó nada? Justo debajo había muchísima gente en una fiesta y un impacto tan brutal como ese se tendría que haber escuchado o sentido por mucho jaleo que estuvieran formando.

"Motivos personales" me parece la típica serie en la que en cada episodio te hacen sospechar de un personaje, a través de supuestas pruebas o detalles, para luego desecharlo y vuelta a empezar con otro sospechoso nuevo. Con el tiempo dan tantas vueltas de tuerca al guión que al final termina por salirse todo de madre.

Hay un par de cosas que especialmente me echaron un poco para atrás: La primera es que se trata de una de esas series donde su protagonista dice que no puede fiarse de nadie, pero sin embargo luego confía ciegamente en más de un personaje como, por ejemplo, la abogada de los laboratorios y, también, en uno de los hijos del jefe... ¿entonces en qué quedamos, coño? Y la segunda es que cuando hay pruebas contra una persona de que ha cometido un crimen (o pruebas que le exculpan de dicho crimen) lo lógico es llevárselas a la policía para que lo investigue. ¿Qué es eso de que mandamos un mensajito cifrado por ordenador para que quien lo abra sea el asesino? ¿Y encima luego quedamos en un centro comercial para tenderle una trampa? Pero esto qué es... ¿el juego del Cluedo?

Al margen de todo esto, hay veces que la serie me pareció un culebrón venezolano. Esas peleas dialécticas entre padres e hijos con tanto sentimiento a flor de piel, y con tanto oscuro secreto que guardan todos los personajes, os juro que me recordaron a cualquier telenovela barata de sobremesa.

¿Por qué darle un aprobado? Bueno, pues supongo que porque el roce hace el cariño. Es decir, a fuerza de ver capítulos pues poco a poco me fue entreteniendo un pelín más. Además, tiene un par de buenos personajes como Pablo Acosta (Pedro Casablanc) y Aurora Acosta (Concha Velasco). Y poco más voy a añadir… no me arrepiento de haber visto esta serie, pero desde luego mi opinión sobre ella dista mucho de esas otras tan favorables que he leído.
Anibal
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6
10 de julio de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Paul” es una frikada de película. Quiero empezar mi crítica por ahí, o sea, advirtiendo de que si no entra dentro de tus estándares cinéfilos ver cosas surrealistas como, por ejemplo, ser testigo de cómo un alien se fuma un porro, se bebe una birra o conduce una caravana, entonces te aconsejo que no vayas al cine a verla. Esta no es una cinta que haya que tomarse en serio, sino que hay que visionarla con la mentalidad de pasar un rato echando unas risas, no más.

Este tipo de películas paródicas y “trochas” (por llamarlas de un modo suave) no suelen gustarme mucho que digamos. Normalmente no, ya que su carácter paródico y sus personajes frikis a más no poder terminan echándome para atrás. Sin embargo, aquí han conseguido que la película funcione, que sea entretenida e incluso que tenga algunos puntos graciosos muy buenos.

El buen aspecto técnico es sin duda otra faceta que ayuda muchísimo a que el filme se deje ver bastante bien. Los efectos especiales están cuidados con mimo y quiero hacer un especial hincapié en la buenísima labor de recreación digital de Paul. El alien está hecho de puta madre, no se le puede poner ni una sola pega en cuanto al trabajo de animación se refiere. Además, la personalidad gamberra y desenfadada del extraterrestre provoca una empatía instantánea en el espectador.

¿Tiene pegas? Hombre, pues claro. Evidentemente, “Paul” no es el tipo de cinta que pasa a los anales de la historia del cine por su calidad argumental (tampoco era ese su objetivo dicho sea de paso). Y al margen de esto, yo mencionaría en su contra la irregularidad en su humor (unas veces hace gracia y otras no aunque lo pretenda), el hecho de poseer un personaje completamente estúpido e innecesario (la ultracatólica “tuerta”) y, por último, la falta de mala idea (un poquitín más de maldad o de humor negro le hubiera venido de perlas).

Resumiendo, “Paul” es una buena opción si te apetece ver cine liviano con el que reírte. No obstante, no te esperes un peliculón o descojonarte de risa porque entonces puede que te sientas decepcionado. En mi opinión, la cinta cumple de sobra para pasar el rato y logra entretener durante todo su metraje gracias a su vivo pulso narrativo. Y poco más voy a añadir, vayan al cine a verla (siempre y cuando les guste ver una cinta de este calado) y disfruten con Paul, el vacilón del espacio exterior.
Anibal
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3
8 de julio de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
J.J. Abrams es un tipo que no necesita ninguna presentación en esto del mundillo de las películas y series de televisión. “Lost”, “Alias” o “Fringe”, por poner algunos ejemplos, son productos que avalan su talento como productor, guionista y director de cine y televisión. De acuerdo, el tío es un monstruo cuando lo hace bien. No obstante, el batacazo que ha pegado con “Undercovers” ha sido de aúpa. Puede que parezca que estoy siendo muy duro con la serie dándole un 3 de puntuación, pero os aseguro que no es el caso (en mi opinión no se merece ni un solo punto más). No me ha parecido un truño total, pero a las series hay que valorarlas por lo que son y un servidor al menos no se casa con nadie.

Os comento un poco de que va la cosa. Los capítulos son todos autoconclusivos y siguen el mismo patrón: la parejita protagonista, muy monos y felices ellos, se encargan de un caso que les designa la agencia (CIA). Mediante una rápida y facilona investigación logran siempre resolver el caso satisfactoriamente. Entre medias, hay una persecución por aquí, un tiroteo por allá y algún intento de añadir “humor” (lo de humor lo pongo entre comillas porque yo me habré reído un par de veces durante toda la serie y tampoco es que fuera a carcajada limpia). Los dos protagonistas, Boris Kodjoe y Gugu Mbatha-Raw, están acompañados en la serie por cuatro monigotes insípidos y superficiales (el cansino pelota que va siempre con ellos, la hermana de la protagonista que tiene un gran corazón, el irascible jefe en la CIA y, por último, otro agente de la CIA que es el típico ligón y juerguista). En fin, que los personajes secundarios son tan estereotipados como prescindibles. Ah, por cierto, la serie no tiene nada de suspense. Esto lo digo porque si buscáis algo de intriga, entonces esperad bien sentaditos.

Al nulo interés que despierta la serie, y a la poca chicha que tienen los episodios, añádele una lamentable ambientación de los países adonde se viaja en las misiones. Resulta totalmente vergonzosa la recreación que hacen de Madrid (parece un país centroamericano en vías de desarrollo en vez de la capital de España) y también de algún sitito más (no os perdáis el nombre del campo de fútbol del Sevilla: “Estadio Andalucía”… ¡Jajaja!, la madre que los parió).

Para ser justo con la serie os diré ahora lo bueno que tiene: el apartado técnico cumple, las escenas de acción están bien rodadas y, por último, la protagonista femenina, Gugu Mbatha-Raw, está bastante rica. Ya está, creo que eso es todo. Desde luego es un escaso bagaje a su favor (yo al menos me esperaba mucho más tratándose de una serie de J.J. Abrams).

Y poco más voy a añadir. “Undercovers” entretiene sólo a ratos, no hace ni la millonésima parte de la gracia que pretende hacer y, en definitiva, no me convence para nada. Mi consejo es que no la veáis salvo que no tengáis absolutamente nada que ver.
Anibal
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7
3 de julio de 2011
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más comenzar a ver esta miniserie ya te da la impresión de que va a ser un buen producto. En efecto, lo es y, además, se nota que hay un gran trabajo de investigación histórica y periodística para que la narración resulte creíble y fidedigna acerca de las andanzas del terrorista Carlos (siempre dentro de lo posible porque existen lagunas que sólo el mismísimo protagonista de carne y hueso podría llenarlas). Aparte de recrear la vida de Ilich Ramírez Sánchez, la serie también toca varios hechos históricos que ocurrieron en aquella convulsa época de los años 70 y 80 (las tensiones de la Guerra Fría, el conflicto árabe-israelí, la afinidad entre estados socialistas y organizaciones terroristas de extrema izquierda, la caída del Muro de Berlín, etc.)

La serie como mínimo entretiene, que no es poco, y es de alabar que los capítulos no se te hagan muy largos durando casi dos horas cada uno. Esto se consigue gracias a que posee varias virtudes: un pulso narrativo vivo, una historia principal bien hilvanada, bien contada y sabiendo manejar muy bien el tiempo de la narración, un magnífico nivel interpretativo por parte de todo el elenco de actores (destacaría sobre todo a Édgar Ramírez, el cual hace un papelón encarnando a Carlos) y, por último, un apartado técnico bastante cuidado y minuciosamente detallista a la hora de aportar veracidad a lo que vemos.

Quiero hacer un especial hincapié en que la ambientación de la época, el vestuario, el trabajo de maquillaje e incluso hasta el aspecto físico de los personajes están muy logrados. Desde luego el apartado técnico cumple con creces (únicamente le puedo reprochar que tiene algunos efectos especiales en las explosiones que no están muy bien conseguidos, pero por regla general son bastante decentes).

Para terminar con mi crítica quiero dejar constancia de que en la serie se le da al protagonista un aire romántico de revolucionario, de carismático líder idealista, que no comparto en absoluto. No me voy a extender debatiendo sobre ideas extremas llevadas a la práctica ni tampoco sobre diferencias políticas según las vea cada uno (Carlos es considerado un sanguinario terrorista por casi todos los países. Sin embargo, muchas otras personas, especialmente de países árabes, lo consideran un héroe y un gran luchador por la causa palestina). No obstante, sí que quiero dejar claro que lo que hacía este individuo no tenía nada de romántico (al menos para mí). No le veo nada de romántico a eso de poner bombas, secuestrar, asesinar y creer que las ideas se hacen más fuertes mediante el uso de las balas. No se engañen, toda revolución tiene su lado oscuro y su líder con las manos teñidas de sangre.
Anibal
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