La película gira alrededor de un grupo de autoayuda de "adictos al sexo" y... primer error grave: no existe este invento de la "adicción al sexo". A partir de ahí, desde el vamos, el guión trastabilla de punta a punta forzando situaciones para empardar esta supuesta "adicción" con la de los alcohólicos o la de consumidores de estupefacientes. Yo vivo en una ciudad de 1.200.000 habitantes y viajo seguido a otra ciudad de 10.000.000 de habitantes y nunca escuché que exista algo llamado "adicción al sexo" y menos que existan grupos de autoayuda en ese sentido. Descartado el guión, ¿qué podemos decir de las actuaciones? Malas, muy malas, muy poco creíbles. Y muy mala también la fotografía. El casting ha sido horrible. Para ver algo así, les recomiendo mil veces "Don Jon", que es una verdadera joyita.

No se trata de otra genialidad de los hermanos Coen ni mucho menos. Tiene momentos entretenidos pero es aburrida hasta el cansancio. Quizá algún intelectual le encuentre que la iluminación esto o que la producción lo otro, pero para un simple mortal como yo se trata nada más y nada menos que de un bodrio. Quizá si hubieran hecho un corto de 15 minutos la habrían salvado, pero 105 minutos es demasiado para estar bostezando. Hay una escena en que el protagonista se duerme manejando en la ruta y si en ese preciso momento se hubiera estrellado contra un árbol o con un camión de frente quizá habría algo que recordar. Pero no, ni esa escena se salva. Así que ya saben, lleven una almohada por si se quedan dormidos.

La buena noticia que nos trae esta película es la de una prostitución sin víctimas ni victimarios. No es un tratamiento habitual para este tema siempre rodeado de un facilismo puritano y demonizado la mayoría de las veces. La gran mayoría de películas que tratan sobre prostitución hablan de mujeres que "caen" en un abismo de autodegradación y donde se combina con drogas, alcohol, tratante de mujeres y monstruos varios. Pero he aquí un film que muestra a una joven que explora su sexualidad a través del cuerpo de los hombres, que goza con su propio cuerpo y que, en su infinita inocencia, cuestiona las normas sociales establecidas. Una buena película. Para reflexionar.

Un equipo de cuatro mariners en una misión para atrapar a un talibán decide dejar con vida a tres testigos y esa honorable actitud deriva en que luego un ejército de talibanes los persigue y los va matando uno a uno. No obstante, aquella primera y generosa obra tiene su recompensa, y el último de los mariners es ayudado por un poblado de afganos que no comparten la ideología de los talibanes. Cruda sin llegar a lo morboso, cruenta sin llegar a la exageración, con una impecable banda sonora, es una película entretenida y dinámica, ideal para los días de lluvia.

De unos pocos años a esta parte han surgido filmes que tienen como protagonistas a un solo actor. Así, por ejemplo, Moon o Buried. Y en esta línea se inscribe Cuando todo está perdido, una película impecable protagonizada por un Robert Redford magnífico. Excelentemente bien actuado, este filme enfrenta a un hombre solitario con las vicisitudes del destino. Es un trabajo sin altibajos, sin estridencias, pero apoyado en un buen guión que nos mantiene absortos hasta el último segundo. Altamente recomendable para espíritus sensibles.