Afflicted toma un tema tan estándar del cine como el de los vampiros y lo mezcla con una batidora junto a otros ingredientes como las nuevas tecnologías, el parkour, las cámaras en primera persona (su género es el del metraje encontrado) y las redes sociales. La mezcla está hecha con ingenio y respeto hacia los códigos del cine de vampiros, y da como resultado una inspirada película que resulta, por encima del todo, muy entretenida.

La historia está bien pensada y mejor contada. Incluye escenas francamente alucinantes donde se ve la clara influencia de los videojuegos (Call Of Duty, Mirror's Edge). Está todo estupendamente compuesto y a medida que avanza el metraje, sientes constantes ganas de más, de más historia, más cosas, más aventuras. Aparte: ¿me equivoco, o es la primera vez que en una película se muestra la perspectiva en primera persona de un vampiro?

Muy buena y desacomplejada, refrescante, moderna en el buen sentido, una de las mejores películas de terror que he visto en años, cargada de grandes ideas con una perfecta ejecución.

Otra película española sobrevalorada al máximo, cuya única virtud, en mi opinión, es hacer gala de un presupuesto generoso, pero poco más. El libro en el que se basa pudo tener más o menos acierto (aunque no soporta una lectura más "contemporánea": se le ven las costuras y sobre todo lo mal que ha envejecido), pero esta película es infumable.

Para ello, puedo aducir varias causas: su metraje más que excesivo, dos horas y cuarenta minutos para esta historia es un abuso y hace que la tortura sea interminable. La ambientación es deficiente, en ningún momento consigue transmitir atmósfera, debido a lo poco trabajado que está todo. Vamos, que el director no es John Carpenter, precisamente. Y lo más "atmosférico" que se le ocurre es poner a un loco bailando bajo la lluvia.

La trama avanza a golpetazos, pero detrás del decorado del manicomio no hay más que una historia de detectives (de las malas) que en ningún momento consigue insuflar clímax, gradaciones de tensión y ni mucho menos cierto reto (a la media hora, lo único que quieres es que la peli acabe como sea). El filme está más muerto que un email de Terra, es francamente infumable, aburridísimo y un desperdicio de dinero público.

Las actuaciones, por supuesto, no son nada del otro jueves, en el mejor de los casos, y horribles, en el peor. Y adolecen de algo que parece que ya es norma en el cine español reciente: una dicción de vergüenza ajena. Muchas veces no se entiende lo que los actores dicen, porque no saben pronunciar bien. Para mí esto no son actores, son amateurs que por una cosa u otra (ninguna relacionada con el talento) han acabado en una película. No entiendo qué ocurre con el cine español en este sentido. Ves una película de hace años y la dicción es exquisita, gloriosa, es tan buena que puedes ver películas con el volumen muy bajo porque se entienden igualmente. Lo que hay ahora es francamente vergonzoso.

Y eso es todo. Una película bastante mala que por lo que sea ha caído en gracia. Si no sabes si verla, mi consejo es que gastes esas casi tres horazas en algo más provechoso.

No suelo escribir críticas sobre clásicos, ya que no hace falta reivindicarlos, pero en este caso lo hago realmente sorprendido por algunas de las desfavorables opiniones -y puntuaciones- que se han dado alegremente por aquí.

Obviamente, no voy a revelar ningún detalle sobre esta maravillosa crónica sobre periodismo y corrupción. Sólo decir que es una de las mejores películas que se han rodado nunca; que lo tiene todo, y todo bueno -guión, actuaciones, dirección-: un exquisito plato de gourmet.

Y si no la habéis visto, y estáis un poco asustados ante las críticas que habéis leído, tan sólo me queda apuntar lo siguiente:

-La película no deja cabos sueltos. Está todo perfectamente enlazado, cualquier detalle tiene sentido, no hay nada que se deje en la niebla.
-No es una película difícil de comprender, ni de seguir. Eso sí, exige concentración. No puede tomarse a la ligera, hay que ponerse en situación para seguir todos y cada uno de los pasos de la pareja protagonista en su fascinante investigación. Si no estás muy centrado, o tienes la cabeza en otras cosas, mejor que lo dejes para otro día. Pero si atiendes, no tendrás ningún tipo de problema en seguirla hasta el final.
-No es en absoluto aburrida. Al contrario: consigue dejarte con los ojos pegados a la pantalla durante todo el metraje. Principalmente, porque si te pierdes algo, te va a ser difícil captar el hilo de nuevo. Pero también porque te sientes igual de apasionado que los protagonistas, y después de cada detalle quieres saber más, y ver adónde lleva todo. Cuando termina, deja con ganas de más.
-Es casi imprescindible verla en versión original. La versión doblada es de muy mala calidad y cuesta oírla y entenderla bien. Y algo así, en esta película, equivale a no enterarte de nada.

Ponerle a esta película una nota más baja de un 8 es un pecado contra el Dios cinéfilo.

She Monkeys engaña mucho. Al principio, da la impresión de ser el típico tostón gafapasta. Muchos silencios, mucha imagen sostenida y etérea y una protagonista muy poco dada a hablar.

Pero enseguida las escenas se articulan unas a otras proporcionando un sentido muy honesto, artístico y estético. Esta película demuestra que estos tres factores no tienen por qué ir reñidos, y que el gusto por la imagen puede ir de la mano de una abrumadora carga de profundidad.

Esta película es una metáfora del cambio, del paso de etapas en la vida y de cómo unas permean en otras como una gota de agua en papel secante. Está repleta de imágenes turbadoras, fascinantes, terroríficas y entrañables. Se palpa la tensión de un último verano, de un solsticio vital. Y a pesar de su carácter lírico, se hace con cierta ligereza, la suficiente para no resultar aburrida en ningún momento.

Absolutamente recomendable y una de esas películas al estilo de "Picnic en Hanging Rock" (sin caer en el género fantástico) que habrá que tener muy en cuenta en los próximos años.

Las películas de Takashi Miike siempre han tenido algo adhesivo, fascinante, que hacía recordarlas pese a que hubieran pasado años desde el último visionado. Sin embargo, Miike ha mantenido una exagerada tendencia hacia la provocación y lo bizarro, elementos que supongo que él ha de considerar una marca de fábrica, pero que a mí me hacían sentir cierto recelo hacia su cine. Hasta ahora, para mí su mejor película había sido "Audition", ya que por una vez lograba sintetizar sus obsesiones personales con una historia coherente y terrorífica.

Pero con "13 asesinos" nos ha sorprendido a muchos. Por una vez, aparta definitivamente sus rasgos más identificables (sigue la ultraviolencia, pero con un sentido dentro de la narración), y nos entrega una película clásica en todos sus aspectos: la aventura de un grupo de samurais crepusculares que saben que se enfrentan a la última gran hazaña de sus tiempos, y que al mismo tiempo son conscientes de que, lo que van a hacer, acabará definitivamente con toda una época. La película funciona como entretenimiento espectacular, como historia de unos personajes de capa caída que pertenecen a unos tiempos que ya desaparecen, como reflexión sobre la necesidad de que la sociedad avance y como esto entra en conflicto con unos principios ya caducos pero que definen lo que ellos son... todo ello servido de una manera compacta, con una argamasa de gran cine, sin alardes absurdos, con honestidad, con respeto hacia el espectador.

Bravo y mil veces bravo. Con "13 asesinos", Miike ha rodado su obra maestra y demuestra que, cuando quiere, puede ser uno de los grandes.