Mezcla de brucexplotation y blackxplotation, con toques de sexplotation. Una amalgama de lo mejorcito de los 70. Y para mejorar la cosa, hecha en Filipinas.
Increiblemente no termina de ser mala del todo, y algunas escenas de acción no están mal.
De todos modos, sólo para incondicionales de este tipo de cine.
Sigo en spoilers.

Un thriller muy oscuro, donde tanto miedo da saber que hay un asesino de niños sueltos, como saber lo que te puede pasar si lo quieres investigar. Daniel Espinosa une un asesino en serie, una investigación, una dictadura y unos funcionarios decididos a hacer cualquier cosa por subir en el escalafón. Tom Hardy está muy sobrio, como requiere su papel. Noomi Rapace está espectacular como mujer aterrorizada pero siempre en su sitio, y Fares Fares tremendo. Gary oldman hace tiempo que dejó de actuar y ya sólo hace de sí mismo. Espoiler

Un asesino mata al hermano de una doctora, y en venganza ésta le hace una operación de cambio de sexo no consentida.
La premisa de este filme tiene doble filo. Es original, y si se trata bien puede dar lugar a una buena historia.
Pero si se hace como en esta película el resultado es de vergüenza ajena.
¿Quién pensó que poniendo una barba postiza a Michelle Rodríguez parecería un hombre?
Y poner todo el rato cara de enfado no la hace mejor actriz, la convierte en la Steven Seagal femenino.
Y Sigouney Weaver no hace un personaje distinto al de los últimos 20 años.
Las escenas de acción, aparte de escasas para una cinta de Walter Hill, tampoco son una maravilla.
Total, si quieres ver a Michelle Rodríguez en pelotas, ésta es tú película. Si quieres ver un buen filme de acción, busca una del director de los años 80 ó 90.

Los 80. Qué gran época. Sólo en aquella década se podía hacer una película así. Con poco presupuesto, una idea loca y la cara de hormigón armado, se marcan una Buddy Movie con zombies incorporados (por cierto, buen maquillaje), con los típicos chistes que entonces eran lo más normal del mundo, y hoy se le echarían encima veinte asociaciones diferentes sintiéndose ofendidas. Incluida la Asociación por la Igualdad de los Zombis.
Treat Williams, que venía de una pequeña "gira" por filmes europeos, siguió con una larga y fructífera carrera... De secundario en series B.
Joe Piscopo, tras iniciarse en el Saturday Live, se inició como un prometedor actor... Hasta que llegó aquí.
Y el resto del reparto, jóvenes actores con ganas de trabajar mezclados con veteranos que conocían bien su oficio.
Resultado: una obra intranscendente pero que te da hora y media de diversión, que ya es más de lo que dan la mayoría hoy.

Es que cuando acaba no sabes qué pensar; ¿He visto una obra maestra dadaísta? ¿Una basura donde no han reciclado, y hay mezclado orgánico, papel, vidrio y plástico, todo junto y sin sentido?
Tal vez las dos cosas. Lo seguro es que no te dejará indiferente.
Empecemos, que por algo hay que empezar, por los que aparecen en pantalla, porque llamarlos actores me parece menospreciar esa noble profesión:
Gran cantidad de tip@s que sólo han aparecido en esta película o, como mucho, en la primera parte, rodada 30 años antes (imaginen el bagaje actoral del elenco), excepto Laurenne Landon, protagonista de América 3.000, cuya última "actuación" databa de 1990, en la secuela de Maniac Cop (como pueden ver, asidua de las mayores superproducciones de Hollywood); Melissa Modre, parte del elenco de la gran Reposeida, del gran Leslie Nielsen, y que no trabajaba desde 1994, en una producción Filipina; y Mel Novak, que se estrenó en golpe por golpe con Chuck Norris, en 1981, y hasta el año de esta producción había aparecido en tres películas más. Al menos se desquitó dos años después gracias a Nemesis 5. Sin olvidar a Tommy Wisseau, que no necesita, ni merece, presentación.
Iba a hablar ahora del argumento, pero creo que nunca hubo tal cosa, sólo un montón de escenas inconexas y sin sentido, dónde rompen la cuarta pared, andan sin moverse del sitio delante de un croma, y tienen escenas de sexo totalmente justificadas.
En fin, que si tuviera que verla otra vez me arrancaría los ojos antes, pero no me arrepiento de la hora y media en la que no he podido despegar la mirada de la pantalla, más que para frotarme los ojos por si estaba soñando.
Gracias chusco, un nuevo trauma por tu culpa.