Comienza con un planteamiento que aunque nada original, parece prometer. Pero no tarda ni 15 minutos en descubrirse como otro thriller para televisión en las horas de la de sobremesa. Una trama con agujeros, unos protagonistas demasiado tontos, una detective demasiado lista y un malo demasiado malo. Y de nuevo, otro final nada original.

Sigo en el spoiler

Cuando toda la crítica se une para piropear cierta producción, o bien es incontestable o bien algo no cuadra. Y en este caso, algo no cuadra. No soy el mayor seguidor de Álex de la Iglesia, pero si soy muy entusiasta de algunas de sus cintas. Es un director con altibajos pero en ningún momento se puede decir que sea un mal o un mediocre director. Tiene un estilo único y es como todos los grandes, lo amas o lo odias.

Si se critica su predilección por lo esperpéntico y por su maniqueísmo, es que no se le conoce o no se ha entendido su obra. Eso está fuera de toda discusión. Ya vimos de lo que es capaz desde sus primeras obras. El día de la Bestia, La comunidad, Perdita Durango... No podemos achacar que eso sea un defecto por su parte ya que es su firma. Si vas a ver algo de Álex de la Iglesia, tienes que aceptar que su universo es cualquier cosa menos normal y en cierto modo, de todo menos creíble. Pero si te engancha, es un disfrute impresionante.

Con 30 Monedas, tenemos más de lo mismo, más Álex de la Iglesia, y si cabe, más Álex que nunca, ya que al ver la serie, no puedo dejar de ver toda la trayectoria del director, desde El día de la Bestia a Balada triste de trompeta o la comunidad, o incluso: las brujas de Zugarramurdi. Está todo ahí. Si la serie estuviese hecha por cualquier otro, se le tendría que acusar de plagio.

¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que Álex no engaña (como el detergente) y que si te gusta, 30 Monedas te va a encantar.

Ahora vienen los peros.
Pero nº1: En serio, tío. Con la pasta que seguro se ha invertido en la producción, vaya mierda de FX que metes. Efectos digitales que ya chirriaban muchísimo a principios de siglo. Es que ya no es cuestión de disfrutar de lo esperpéntico o de querer pasar todo en pos de la historia, es que precisamente esos cromas tan cutres te sacan de la misma. Álex, por favor ¿Ni para un bebé de verdad te daba el presupuesto? Que solo aparece en un plano y en brazos, que no lo haces saltar desde un tercero (que tampoco me extrañaría viniendo de ti). Pero es que no.

Pero nº2: A colación del bebé de latex, vaya cagada de bichos, he visto mejores animatronix en vídeos cutres de Youtube. Me toca la moral, porque estoy disfrutando muchísimo la serie y de vez en cuando me metes estas porquerías que se arreglan con un poquito de más esfuerzo y parece que te la sopla. Y no me digas que el presupuesto es limitado. Porque hasta para rodar un minuto de escena te vas a Nueva York y para mucho menos te piras a Ginebra o a Jerusalén. Y si eso es presupuesto limitado, das el perfil al 100% para meterte a político.

Pero nº3: Hay alguna que otra escena (que no voy a mencionar para no hacer spoiler) que parece rodada por un aficionado en el primer año de Bachillerato. O por mi mismo, que no tengo ni repajolera idea de como hacerlo. Pero se que lo que sale en pantalla es malo de narices, tan malo que ni hace gracia como chiste. Parece que ese día no estabas en el set y la escena de marras la rodó el de los cafés.

Pero nº4: A ver, Álex... Metes a Carmen Machi, que vaya papelón que hace. Grande como ella sola. Metes a Eduard Fernández, que es de esos actores que cuanto más envejecen más gusta verlos en pantalla... el casting es brutal, ya no solo por la calidad de los actores, si no por lo bien elegidos que están para sus papeles... y metes a Miguel Ángel Silvestre para que haga de calzonazos... casi chirria más que el bebé ese de plastelina. O sea, al tío que sin abrir la boca ya da para hacer cualquier protagonista de acción. Es que canta más que cuando para hacer de Baltasar en las cabalgatas de reyes pintaban a un concejal de negro.

Conclusión: Una grandiosa producción, muy entretenida y disfrutable, pero es que hay como 3 o 4 minutos en cada capítulo que destrozan todo lo visto. Lo peor es que parece hecho a posta.

Brian De Palma tuvo la inteligencia de escoger dos actores realmente increíbles para sus papeles.

Un Michael J. Fox dándolo todo en la película y el papel de su vida, un auténtico regalo para un actor que difícilmente ha salido de la comedia juvenil. De Sean Penn casi ni hablo, porque este actor demuestra en cada película que todo lo que le paguen es poco. Consigues odiar ese rostro y no caer en la cuenta de que lo que estás viendo es una película.

Es sin duda, y arriesgándome a un linchamiento masivo, mi película favorita del señor De Palma.

Estamos en un Vietnam sin apenas guerra, pero con un conflicto abismal. Un pulso memorable entre el remordimiento, la maldad, el miedo, el conformismo, la moral y el orgullo.

Hay películas con momentos memorables, escenas que quedan grabadas en tu memoria a fuego, pero si repaso mentalmente esta cinta. Puedo decir que tenemos una hora y media de escenas memorables. La banda sonora totalmente integrada en el film, y algo vital, los silencios. Esta película no sería lo mismo sin esos silencios totalmente agobiantes y trágicos. Para mi tiene un calificativo que lo resume todo. Esta película es BRUTAL, en su más estricto y literal sentido.

Un 10 para De Palma y Sean Penn. Y como he mencionado antes, el mejor papel de Michael J. Fox.

¿Qué tenían las pelis de puñetazos en los 80 que tanto nos gustaban? Mucha chulería con poco esfuerzo. El tío era super educado pero repartía hostias como panes. Era inteligente y educado, pero no le pinches que te la juegas, el colega era capaz de coserse sus propias heridas sin pestañear, pero no vuela porque tiene miedo a los aviones. Y ante una situación delicada, siempre prefería no pelear, pero claro, siempre estaba ese malo malote que si fuese bueno, sería como nuestro protagonista, pero es que es el malo malote, y ese, le pincha donde le duele. Estas pelis, también tenían una historia de amor que centraba la trama y en muchas ocasiones una amistad de esas que nos hacen sentir envidia... (Jo, como mola tener amigos así, que se la juegan por ti y encima son tan chulos como tú). Además... jo, es que te meto a Jeff Haley en la banda sonora y en la peli y ya te dejo flipando en el sillón. Si hasta tenían una escena de sexo con Otis Reddin de fondo... Si, las pelis de puñetazos de los 80, tenían encanto y sabían condensar una historia en poco más de hora y media. Ah si... también tenían peleas cojonudas.

Parece ser que a los remakes solo les importa esto último. Y pierden todo el alma. Todo es más grande que la vida y si no hay peleas espectaculares... parece que no hay peli. Por cierto... meter CGI en las escenas de pelea... no.

No me entendáis mal. este remake no me ha disgustado nada, pero parece que no han visto la original y alguien se la contado a los productores. Hay guiños que parece que están ahí para que los que vimos la original sonriamos con complicidad, pero están absolutamente fuera de contexto y es como si una vez acabado el guión, metiesen frases en medio sin que importe si tuviesen mucho sentido. Como muchas cosas que pasan, te quedas preguntándote ¿Por qué?

Tampoco sabemos de que va la pesadilla de su protagonista, es simplemente una pesadilla como la del original pero quieren que sea más dramático al no dar explicaciones, simplemente sabemos que el pobre hombre está atormentado por algo que hizo en su pasado.,.. Son cosas así las que me han hecho no gozar esta entrega de "Puñetazos ochenteros en el siglo XXI
".

PD: Las peleas CGI... En serio... ¿En serio?

Eddie Murphy es probablemente mi cómico favorito de todos los tiempos. Supo integrar todo el humor clásico con la vuelta de tuerca que requería el momento. Un Richard Pryor 2.0 con toques muy bien ensayados a lo Bill Cosby. Pero lo que más le ha hecho destacar siempre ha sido su chispa. Fue un pionero en hacer que todo pareciese improvisado. Su naturalidad era pasmosa. Y sobre todo, su falta de vergüenza. El tipo hacía que cualquier película que le pusieran delante fuese graciosa en cada puñetero plano en el que el aparecía.

Por desgracia todo eso queda atrás. Murphy ha perdido su 'mojo' y salvando algunas muy puntuales obras, ya no es el 'Fuck you' Eddie de Raw y ni mucho menos Axl Foley o ninguno de sus grandiosos personajes.

Coming 2 America no sabe aprovechar ni tan siquiera las referencias a su primera parte. No es una comedia, tampoco es un drama romántico pero pretende ser las dos cosas y se pierde en querer hacer que la nostalgia gane los puntos que un pobre guión no puede. Una pena, porque como digo, Eddie Murphy es un cómico que pasará a la historia y al que siempre daré la oportunidad de divertirme, pero es que ya no es quien fue.