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España España · Santa Coloma de Gramenet
Críticas de Chacal
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Críticas 143
Críticas ordenadas por utilidad
10
6 de agosto de 2013
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar voy a decir que se trata sin duda de mi película favorita así que trataré de ser objetivo dentro de lo que sea posible.
Todo sobre Lily está dirigida por Shunji Iwai un director japonés creador de la maravillosa Love Letter (1995) o la interesante Picnic (1996) y que con esta obra llegó a su punto más alto. El film narra las historias de unos adolescentes incomprendidos por una sociedad que los ha dejado de lado, una sociedad deshumanizada y fría donde los adultos no comprenden a sus hijos (de hecho el papel de los adultos en este film es bastante ausente y de poca ayuda para los adolescentes). Yuichi, el protagonista de la historia, es acosado y maltratado por Oshino, el matón de la clase (genial interpretación de Shugo Oshinari) el cual obliga a una chica a prostituirse, otra alumna, Kuno, sufre acoso escolar por parte de sus compañeras.
La música de Lily y un foro de Internet sobre la cantante son la válvula de escape que tienen estos jóvenes para escaparse de la realidad que les envuelve, un lugar cómodo y feliz en donde pueden ser ellos mismos sin ningún temor.

El retrato de esta adolescencia japonesa del nuevo milenio, la cual se puede trasladar perfectamente a otros países está fantásticamente plasmada. Narrativa y cinematográficamente es una maravilla, con saltos en el tiempo constantes, utilizando toda clase de formatos de video y exprimiendo las ventajas del cine digital hasta sus ultimas consecuencias. El film es muy sutil a la hora de contar los hechos que les ocurren a los personajes, por esa razón se ha de estar muy atento a lo que pasa, sumergirte totalmente en la experiencia y seguir el juego. Y no quiero acabar la crítica sin hablar de la música, sencillamente fantástica y que casa perfectamente con el tono del film, las canciones de Lily mezcladas con las composiciones a piano de Claude Debussy crea una sensación de ensueño en el espectador y protagonizan unas escenas bellísimas, poéticas y duras al mismo tiempo.

Todo sobre Lily es una película muy triste y dolorosa pero a la vez bella y poética. Muy innovadora, adelantada a su tiempo cinematográficamente hablando y de una calidad impresionante. Ver este film a oscuras, con el volumen bien alto y sobretodo en versión original (el doblaje en castellano es horrible) es una experiencia hipnótica. Maravillosa.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chacal
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El himno del corazón
Japón2015
6,6
1.033
Animación
7
14 de enero de 2017
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre se agradece visionar un film de animación japonés, ligero y de carácter estudiantil.
"The anthem of the heart" se presenta como un film en donde se explora la superación por parte de la protagonista de un trauma infantil que le ha hecho perder las ganas de hablar, así que depende del e-mail y de la mensajería del móvil para comunicarse con los demás.
Las cosas empiezan a cambiar cuando su tutor la incluye en un grupo de trabajo para elaborar un musical.
Muy competente film que aúna algunos de los temas favoritos dentro de la cinematografía juvenil japonesa: angustias adolescentes, la necesidad de comunicación, el miedo a herir por las palabras que decimos, cómo encajar, padres ausentes y en medio de todo esto el instituto como bálsamo para superar el trauma.
Si bien adolece de un exceso de azúcar, amoríos y de un desarrollo algo lento, reiterativo y a trompicones donde si en lugar de las 2 horas de metraje se hubiera condensado toda la historia en 90 minutos, el producto habría salido mejor apañado.
Pese a esto el resultado final es más que satisfactorio y terapéutico. Un film que deja un sabor de boca agradable.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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8
13 de enero de 2017
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fracaso de Godzilla contra Mechagodzilla (1975) en los cines japoneses provocó un parón en seco de la producción de nuevas entregas de la saga y así fue hasta 1984. Durante esos 9 años, la figura de Godzilla se erigió como un incontestable icono pop a nivel mundial, y si en Japón ya no se hacían más entregas de la serie, si se estrenaban en el resto del mundo, aunque si bien los horrorosos remontajes y doblajes hicieron que la imagen de estas películas fuera totalmente freak y distorsionada.
Se negociaron numerosos proyectos en Japón para continuar la saga, como Gojira tai Leoman, pero ninguno de ellos llegó a buen puerto. Mientras tanto, en el resto de países asiáticos, subproductos de serie Z con monstruo gigante inundaban las pantallas mostrando una cara totalmente decadente del género, ya pasto de las sesiones más grindhouse de lugares recónditos del mundo.
En EEUU, Hanna Barbera se atrevió con una serie de animación titulada simplemente Godzilla y aunque gozó de cierto éxito, su calidad y trato del personaje era bastante vergonzoso.
Aprovechando el renacer de las monster movies de los 70 como el nuevo King Kong (1976), Tiburón (1975) o Piraña (1978), se empezó a fraguar, a principios de los 80, una versión americana del saurio radiactivo. El encargado de dirigirla iba a ser Steve Miner (Viernes 13, 2ª y 3ª parte) y siguiendo la moda de esos años iba a ser rodada en 3D, pero finalmente el proyecto no llegó a producirse.
Si tenemos que darle las gracias a alguien por el renacer de Godzilla en toda su gloria a mediados de los 80 es a Tomoyuki Tanaka, productor de la Toho y de toda la saga Godzilla, quien gracias a su cariño por la criatura y su incansable esfuerzo, hizo dar a luz el proyecto de una nueva entrega de Godzilla.
En 1983 se organizó en Japón un festival donde se proyectaron todas las entregas de la saga clásica, lo que ocasionó una nueva fiebre Godzilla entre los japoneses, hecho que allanó el terreno para la producción de Godzilla (1984). Algunas de las obligatorias directrices para esta nueva entrega era que Godzilla volviera a ser la criatura maligna y destructora de sus inicios, y que la única referencia de la saga fuera la inicial Japón bajo el terror del monstruo (1954), siendo una secuela directa de la misma 30 años después (y obviando el resto de entregas de la saga clásica).
Ishiro Honda se mostró interesado en regresar a la saga pero la Toho (para tristeza de Honda), acabó eligiendo a Koji Hashimoto, director de amplia experiencia como ayudante de dirección en numerosos títulos de la saga clásica de Godzilla, así como también de grandes blockbusters de la destrucción como El hundimiento de Japón (1974) o Apocalipsis 1999 (1974).
En el film, un submarino atómico soviético es destruido por un enemigo desconocido. Los rusos piensan que han sido los americanos y preparan la guerra contra Estados Unidos y los países de la OTAN. Entonces, un avión de reconocimiento japonés declara que el enemigo fue Godzilla. Las noticias de su regreso hasta ahora ocultadas son hechas públicas.
Es de remarcar que cuando un film de Godzilla se pone serio es infalible como representación social de una época con sus temores y obsesiones, creando una radiografía del momento muy interesante. Japón bajo el terror del monstruo (1954) funcionaba a la perfección como metáfora de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, así como de las heridas aún abiertas de la II Guerra Mundial, y la reciente Shin Godzilla (2016) lo hace del desastre de Fukushima.
Este Godzilla ochentero recoge de forma muy acertada el clima de la Guerra Fría, las tensiones entre EEUU y Rusia y el nuevo temor a una guerra atómica con Godzilla como representación de estos temores. De esta manera, una parte del metraje transcurre entre despachos y cómo los gobernantes se enfrentan a la situación de contener el regreso de Godzilla 30 años después, mientras Rusia y EEUU les presionan con detonar una bomba atómica sobre Tokyo.
Esta nueva entrega es seguida con un tratamiento muy serio y realista, hecho que se agradece, aunque esa seriedad se vea en entredicho cuando en el tramo final aparece el Super-X (una nave de defensa súper moderna) o unos tanques que disparan rayos láser.
El film está lleno de imágenes poderosas, de ideas nuevas y resultonas, como ese inicio pseudo gore con un barco infestado de enormes cucarachas agigantadas y que resultan ser los parásitos de Godzilla. El monstruo tarda en aparecer y su primer acto de presencia en plena central nuclear japonesa es imponente. La cinta, quizás para empatizar de una mayor manera con los personajes principales (los cuales sufren la destrucción en primera persona), toma una gran influencia del cine catástofrico de la época como Terremoto (1974), El coloso en llamas (1974) o El hundimiento de Japón (1974), con los protagonistas quedando atrapados en un edificio semi-destruido e intentando escapar de entre los escombros.
Los efectos especiales son imponentes en muchos momentos (si lo comparamos con las entregas de los 60 y 70), y las secuencias de destrucción consiguen un muy logrado nivel de dramatismo. Godzilla, en esta ocasión está más crecidito y llega ahora a los 80 metros de altura, y aunque vuelve a su apariencia animal y amenazadora, no se lucieron especialmente con el diseño de la cabeza de la bestia, con unos ojos algo fallidos y distraídos.
Los 30 últimos minutos de la cinta son una escalada impecable de tensión y geniales momentos: Godzilla causando destrucción y enfrentándose a la navecita ultramoderna Super X, mientras un misil nuclear amenaza estallar sobre Tokyo, y haciéndolo en plena atmósfera causando un apocalíptico e infernal cielo rojo sobre la ciudad de excelentes resultados...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chacal
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6
13 de enero de 2017
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El kaiju eiga, el cine de monstruos japoneses, era una realidad desde la última entrega de Godzilla en 1955, y se pudieron ver cómo decenas de imitaciones asaltaban los cines japoneses, con mayor o menor gloria. El cine japonés dejó obras maestras de la ciencia ficción como Mothra (1961) y Los hijos del volcán (1956) o films más discretos como Varan, the unbelievable (1958), la mayoría dirigidas por Ishiro Honda y todas producidas por la Toho. Incluso los ingleses quisieron hacer su particular versión de Godzilla con la pasable Gorgo (1961).
La Toho tuvo la oportunidad única de comprar los derechos del mítico personaje de King Kong durante los 60 y por motivos que explicaré más adelante la desaprovecharon. Inicialmente este proyecto era una idea soñada por Willis O'Brien llamada King Kong vs Prometheo en la que el simio se enfrentaba a una especie de monstruo de Frankenstein agigantado. El proyecto fue pasando de estudio en estudio sin ningún éxito. La única que parecía interesada por el proyecto resultó ser la Toho, pero más tarde acordaron con la RKO que el enemigo con el que se enfrentaría King Kong sería Godzilla. Willis O' Brien, ilusionado, no tardó en realizar diseños de las bestias y enviárselas a la Toho, quienes ningún caso hicieron al pionero de los efectos especiales. El film iba a tomar otros caminos.
Una expedición científica organizada por Mr. Tako, presidente de una firma de productos farmacéuticos, viaja a la isla Farou para recoger bayas rojas con fuertes poderes somníferos. En la isla los miembros de la expedición descubrirán un gorila de enormes dimensiones que acabarán llevándose a Tokyo. El gigantesco simio será utilizado después por las autoridades para detener a Godzilla, liberada después de la explosión del iceberg que la mantenía prisionera, con un apoteósica lucha final en el Monte Fuji.
A pesar del enorme éxito que tuvo no sólo en Japón sino en el resto del mundo, King Kong contra Godzilla no es la obra definitiva de la ciencia ficción como tendría que haber sido. Supongo que Ishiro Honda estaba cansado de la seriedad que siempre tenían los kaiju eiga y quiso divertirse haciendo una parodia del género, lo que fue todo un error. El personaje de Godzilla antaño era una figura que infundía terror y era una parábola de la guerra atómica, mientras que King Kong era un personaje que desprendía poesía. La seriedad que se le podría dar al film se difumina para convertirse en un espectáculo kitsch, una comedia freak divertidísima, eso si.
El color no sienta nada bien a Godzilla ya que se nota más que nunca que los monstruos son hombres disfrazados y ni intentan disimularlo, al igual que los tanques y aviones utilizados, los cuales se notan a la legua que son juguetes.
Las maquetas y las escenas de destrucción tampoco son demasiado espectaculares. El aspecto ridículo y absolutamente risible de King Kong no mejora las cosas, y para colmo, la gran batalla entre los dos monstruos tampoco es demasiado remarcable, ya que se acerca mucho más a las batallas de lucha libre de la etapa de decadencia del personaje en los 70 con patadas voladoras y golpes de boxeo.
No obstante, estamos ante un film muy entrañable y en definitiva mítico, que gracias al gran talento de Honda se hace disfrutable y divertidísimo. Tras tanta imitación, Godzilla ya no funcionaba como parábola de la guerra atómica, eran otros tiempos, así que la serie deriva en un espectáculo de color con batallas colosales, un tono que la franquicia nunca abandonaría. El problema con King Kong contra Godzilla es que se plantea como una parodia y en ese sentido resulta divertida y medianamente acertada el problema es que ese tono paródico ha acabado con jugarle en su contra ya que las futuras producciones Kaiju y demás entregas de Godzilla acabaron convirtiendo precisamente en esto, un festival imposible de luchas de sumo monstruosas e infantiles.
Varias curiosidades; en su estreno japonés la gente vitoreaba a Godzilla y abucheaba a King Kong, ya que para ellos era símbolo del poder americano. Si alguien le parece extraño que King Kong se alimente de la electricidad, eso es porque inicialmente no era King Kong el oponente pensado para Godzilla, sino una versión colosal del monstruo de Frankenstein. Finalmente se abandonó esta idea, pero se recuperó parcialmente en la notable Frankenstein conquers the world (1965).
Mucho se ha hablado de que hay varios finales diferentes; un final japonés con Godzilla venciendo y un final internacional que da la victoria a King Kong. En realidad, no existen dos finales del mismo film, tanto en el montaje japonés como en el americano el final es el mismo y acaba perdiendo... lo tendréis que descubrir vosotros mismos.
Los americanos, como de costumbre, hicieron su propia versión del film introduciendo veinte minutos de escenas con actores totalmente inexpresivos y acartonados en decorados patéticos y recitando diálogos ridículos dónde únicamente narran lo que está pasando. Se recortó metraje japonés, lo que hizo que se perdiera el rápido ritmo que le había imprimido Honda al original.
Impagable cuando el actor americano describe a Godzilla con un libro infantil de dinosaurios. Desgraciadamente ésta es la versión que se estrenó en todos lados. La versión original japonesa es difícil de encontrar por internet e imposible de encontrar en dvd fuera de Japón pero vale la pena visionarla.
King Kong contra Godzilla fue un éxito sin precedentes en Japón y la entrega más taquillera de la serie Godzilla, consiguiendo llevar al cine a más de 11 millones de espectadores. Se reestrenó en 1970 y 1977 consiguiendo un mayor éxito si cabe con 13 millones de espectadores, además de su gran éxito internacional siendo uno de los films japoneses más populares de todos los tiempos. Por si fuera poco junto a Titanic es uno de los VHS más alquilados de la historia.
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Chacal
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El caso de Hana y Alice
Japón2015
6,4
655
Animación
7
30 de junio de 2017
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la experiencia americana efectuada con Vampire (2011), por el que recibió unos resultados algo dispares, Iwai pareció relajar su actividad de nuevo centrándose en pequeños proyectos de publicidad o componiendo la banda sonora del film Far away, so close (2013).
Hasta que en 2015 se anunció que el director regresaría con nuevo proyecto en Japón y además con varios aspectos atractivos para el respetable: supondría un regreso a los simpáticos personajes de Hana & Alice (2004) en forma de film anime, el primero dirigido por el director (aprovechando que se estaba editando en Japón un manga sobre los personajes).
The case of Hana & Alice cuenta la historia de Tetsuko después de la separación de sus padres, cuando se muda con su madre a una nueva ciudad que para ella está apartada del mundo. En el nuevo instituto se encuentra con que sus compañeros la menosprecian sólo porque se le ha asignado el asiento de Judas, quien se rumorea fue asesinado hace un año. Su vecina Hana, que no sale nunca de casa, parece tener algunas respuestas sobre lo que pasó.
The case of Hana & Alice es nuevamente una obra deliciosa que te lleva por lugares plácidos y agradables, beneficiado principalmente por el carisma y química de la pareja de féminas protagonistas (aunque dichos personajes pasen al formato animado), cuya frescura sigue resultando atractiva.
El film está planteado como una precuela de la exitosa Hana & Alice (2004), explicando de qué forma se conocieron los personajes y cómo se inició su inquebrantable relación de amistad. La obra vuelve a ser un proyecto muy agradable de seguir, en el que se reincide en lo maravilloso de lo mundano y cotidiano, a la vez que se añade una simpática trama de maldiciones escolares y asesinato (o no) y que ayuda a mantener la atención e interés del espectador.
A nivel visual es bellísimo, utilizando la técnica de la rotoscopia basada en grabar inicialmente toda la acción en imagen real con los actores para luego, en post producción, pasarlo a formato animado.
El resultado, pese a que pueda parecer una excentricidad, proporciona momentos excelentes y llamativos a nivel estético, además de que sirve para recuperar tanto a Yu Aoi como a Anne Suzuki, aunque sea en forma de animación. Iwai ya había experimentado anteriormente con la técnica de la rotoscopia con Baton (2009), un proyecto en el que ejercía de guionista y productor y con Ryuhei Kitamura (Azumi, Godzilla: Final Wars) a la dirección, así como también con una pequeña serie de cortometrajes, titulados Town Workers. El director le saca el máximo partido a dicha técnica con el presente film, llena de momentos excelentes, especialmente los protagonizados con Alice bailando ballet en el instituto y en los que vemos claramente la marca del director aun siendo un film de animación.
The case of Hana & Alice tiene la ventaja respecto a su predecesora de su duración (algo más ajustada) quedándose en 100 minutos. Aunque no se pueda evitar cierta sensación de innecesario estiramiento, no son para nada los 135 minutos de Hana & Alice (2004), los cuales acababan pesando en su resultado final.
Pese a esto, The case of Hana & Alice (2015) deja, al finalizar su metraje, el mismo agradable sabor de boca (o mejor si cabe) que la versión de 2004, presentando un film que sin ser nada del otro jueves, resulta simpático y original, suponiendo además una vuelta de tuerca a la filmografía de Iwai y sirviendo para que el director vuelva, con todos los honores, al cine japonés recuperando dos de los personajes más queridos de su filmografía, además derrochando su habitual sensibilidad. Deliciosa pequeña obra.
The case of Hana & Alice obtuvo una buena aceptación ganando varios premios por el camino como el “Premio del público” del Festival Fantasia.

(https://orientparadiso.blogspot.com/)
Chacal
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