Interesantísimo material documental sobre el único prisionero británico tomado por el Ejército Argentino durante la Guerra de las Malvinas. El contraste entre la historia contada en primera persona por el propio Jeffrey Glover y los oficiales médicos que lo atendieron luego de su fallido intento de eyección cuando su Sea Harrier fue derribado por tropas argentinas. Se agradece la sinceridad de los testimonios aunque, como en todo éste tipo de documentales, siempre los testimonios de los británicos son mucho más creíbles y veraces que los de su contraparte vernácula.

Extraño panfleto anticomunista que lleva la firma del inefable Emilio Vieyra que inicio su carrera contando historias de monstruos y sexo con títulos como La venganza del sexo o La bestia desnuda, para luego pasar a dirigir comedias musicales que sirvieran como vehículo para promocionar cantantes del tipo Quiero llenarme de ti o Simplemente una rosa para terminar filmando engendros supuestamente sexis como Maestro de pala o La clínica loca. Lo llamativo no es el contenido del engendro, totalmente encuadrado en la Doctrina de Seguridad Nacional que, por esos años, promovía el Departamento de Estado norteamericano desde la Escuela de las Américas y que, unos años después, intentara llevar a la practica el General Onganìa y su Revolución Argentina, sino el que, al menos hasta ese momento, Vieyra nunca se había dedicado al cine político. Algo que solo retomaría, en forma mucho más solapada, durante la última dictadura con títulos como Comandos Azules en acción que, bajo la forma de una inocente película de acción, es una descarada apología de los tristemente celebres Grupos de Tareas.

Con solo haber visto el primer capítulo, la fanaticada se deshacía en elogios hacia esta adaptación del conocido videojuego. Tal vez, para el que jugó el juego le parezca maravillosa porque le recuerda lo que sintió mientras jugaba pero, para los que no lo jugamos, es una historia de zombis genérica sin nada diferente a los cientos que aparecieron al rebufo de TWD y todas sus incongruencias. Nada nuevo bajo el sol. Las actuaciones, no son nada del otro mundo y los actores elegidos no se parecen casi nada a los personajes del juego. Claro que esto duró apenas un par da capítulos, algo que ya viene siendo norma en casi todas las producciones de HBO, un primer capítulo impactante, otro regulero y a partir del tercero la cuesta abajo más infame.

Acabo de ver esta basura y todavía me dura el cabreo. Ambientada, por alguna extraña razón que tal vez el productor, director y guionista de esta bazofia financiada con nuestros impuestos sabrá ya que no tiene ningún peso en la pobrísima trama, en 1975 en la ciudad de Mercedes intenta contar la historia del homicidio de una especie de capitán de la industria mercedino y la investigación del mismo. En primer lugar, a pesar de estar (pesimamente) ambientada en el `75 todos parecen vivir en una realidad alternativa porque, como todos sabemos, en ese año eran casi diarios los atentados tanto de las organizaciones guerrilleras como de la Triple A, atravesábamos una tremenda crisis económica y nos encontrábamos a las puertas de la dictadura más sangrienta que conociera nuestro país algo que parecen ignorar los personajes de este bodrio aun cuando uno de ellos manifiesta su deseo de unirse a la marina "para servir a la patria" (pese a que más adelante se les olvida y solamente quiere irse de viaje). Las actuaciones son pésimas, la estética es totalmente televisiva con abundancia de planos cortos, salvo alguna toma con drones, la insistencia en mostrar el frente de las casas donde se va a desarrollar la siguiente escena en la mejor tradición telenovelesca, el malo malísimo que uno debería querer que lo maten cuanto antes, iluminación plana y sin matices, etc. En resumen, una puta mierda

No se me escapa que este tipo de películas no tienen por objeto otra cosa que la venta de juguetes y demás merchandising con lo cual tienen que presentar cuantos más personajes, dinosaurios y gadgets pasibles de tener su figura de acción pero, al menos, podrían haberse esmerado un poco. El guion es una sucesión de incoherencias a cual más grande que no respeta si siquiera su propia mitología y contradice lo que nos vinieron contando en las dos películas anteriores de ésta segunda trilogía que, de tan absurda, hace que las dos secuelas horribles de Jurassic Park parezcan obras maestras. En la primer película de la trilogía nos cuentan que el experto en comportamiento animal Owen Grady, tras años de experimentación, ha conseguido controlar a Blue un velocirraptor nacido en cautiverio a quien crió para ahora decirnos que Owen es un ex marine y que todos los dinosaurios por algún motivo obedecen al lenguaje de señas inventado por éste. Cuando paso eso?. Mis-te-rio. Si bien la película es pródiga en mostrar dinosaurios, en especial carnívoros, ninguno ataca a nadie. Salvo un Therizinosaurio que ataca a Claire (no cuenta como spoiler porque la escena figura incluso en el tráiler) que, a pesar de su aspecto amenazador, es uno de los pocos herbívoros que aparecen en la película. Lo mismo puede decirse de la secuencia en que un Quetzalcoatlus vuela a la par de un avión, cuando se sabe que estos reptiles voladores apenas podían alzarse a dos o tres metros del piso por su enorme peso. Si vas a hacer una película de dinosaurios lo menos que podes hacer es informarte un poco. La primer película donde aparecieron estos animales data de 1925, hace 98 años y los presentaba en forma mucho más realista. Y eso es solo una muestra de los absurdos que ofrece este engendro. Lo peor es que nuevamente los salvadores del mundo son los representantes de las Fuerzas Armadas de los Estates (Owen dice ser un ex marine y Kayla Watts, la villana que por algún motivo que no se explica ayuda a Owen es una ex miembro de la Fuerza Aérea)