Para mi el final es abierto pero no demasiado. Agridulce. Belén no se ha portado bien, pero el director de orquesta mucho peor (rápidamente la sustituye por la camarera y no ha dejado la relación con la violinista, aunque en el último momento parece querer zanjar la cuestión). Por tanto no existe perdón para él. La foto en el espejo hará creer al protagonista que la camarera se va porque no ha podido olvidar a Belén. En realidad, a la camarera le espera la suerte del azar, como a Belén en su momento. Quizá la saque la próxima chica o tal vez no. Por otra parte, sobre el director de orquesta pesa amena de muerte si le pasa algo a Fabiana (y todo va a indicar que la desaparición le hará creer tal cosa) así que también puede salir mal parado, o no. Una vez mas depende del azar, como del azar dependió que Belén se hubiera quedado encerrada.

Curiosa metáfora visual de la "mala" saliendo de la boca del lobo. Y forzada la frase de inicio para que pueda repetirse al final de la película con otro sentido.