Haciendo zapping entre pausa y pausa del programa que se dejaba ver por las primeras madrugadas, encuentro el principio de una película argentina, con una escena en un apartamento blanquísimo y aséptico donde una hija (que parecía Ingrid Rubio) da a su madre las últimas, precisas y muy enérgicas instrucciones sobre como debe cuidarle el piso mientras hace su enésimo viaje como azafata.
La madre tiene una dulzura en la mirada (de madre de hijo de la novia rejuvenecida) que contrasta con el tono huraño de la hija y después de intentar matizar las precisas instrucciones (sin conseguirlo) e intentar averiguar si aquello era su mala leche normal o le ocurría algo, la deja ir, resignada.
La siguiente escena es en el avión rumbo al sur profundísimo de Argentina, a la Ushuaia del fin del mundo donde constato que sí, efectivamente, es Ingrid Rubio con acento argentino la azafata y que es observada por un reflexivo pasajero que presta su pensamiento a una voz en off que me arrastra por toda la película y que ya no puedo dejar de ver.

Estoy de acuerdo con otras críticas en que el film hubiese dado mucho más de si, aunque el hecho de ser una comedia con tintes de romanticismo la convierte en algo sin muchas pretensiones, cosa que le da un punto de frescura.
Igualmente hay hechos forzados en la idiosincrasia y las características físicas de algunos personajes que no son muy realistas ( no todas las mujeres pueden ir con el torso al aire haciendo ejercicio, por un hecho de mera fuerza de la gravedad) aunque se puede interpretar como licencia poética para poder plantear de manera muy clara algunos aspectos muy interesantes que invitan a la reflexión (por ejemplo, el tema depilatorio hace tiempo que nos lo planteamos much@s)
Podría haber sido más redonda, que duda cabe, no se han devanado los sesos en el arranque de la trama(recuerdo "Dos vidas en un instante") al fin y al cabo no estamos ante una obre de ciencia ficción. pero no deja de ser tremendamente interesante. Situaciones cómicas y algún otro giro de lo más sorprendente.

No puedo evitar ver la película desde la perspectiva de lectora de la trilogía, hay cosas que directamente se han suprimido, otras se han insinuado, después de dos visionados puedo decir que se refleja de una manera bastante fiel el carácter de Lisbeth Salander, con escenas de más que pertenecen a la seguna parte de la trilogía pero en detrimento de la de Mikael Blomkvist, un hombre que pese a sus defectos, SÍ que amaba a las mujeres.

No puedo evitar la sensación de que la película es un trailer del libro.

La exposición primera de los personajes, de lo mejorcito, gran acierto con los actores que van como anillo al dedo, el pundonor de ladrón de Antonio Resines, el amor y la fidelidad de Neus Asensi, la noble locura de Manuel Manquiña, los traumas y sueños de Javier Aller, la genialidad con sobredosis hormonal de Jimmy Barnatán y la maternidad obsesiva de Rosario Pardo, todos geniales. Mencion especial del personaje que encarna Sancho Gracia, decisivo en la trama.

Bueno, a estas alturas del partido, no creo que haya ningún cinéfilo que no haya visto esta película, no una, sino varias veces, así que con permiso de todos, voy a escribir mi crítica sin tapujos ni posibilidades de hacer ningún tipo de spoiler a nadie.
Solo os voy a relatar unas reflexiones respecto al famoso "Carpe Diem":
A estas altura de mi vida, con más de medio siglo a mis espaldas y con palos aquí y allá y épocas de "new age" noventeras por fortuna aún superadas, he decir algunas cosas:

- No es de recibo poner a unos adolescentes hiper hormonados delante de sus ancestros muertos y decirles que para aquellos todo se acabó y que ellos tienen la posibilidad de hacer lo que los fallecidos ya no pueden, cuando ellos de forma natural ya encuentran las más variadas e ingeniosas formas de liberarse y burlarse de aquellos que los educan-reprimen.
- La escena de la enseñanza del manual de poesía, seguida de la calificación de "excremento" y la orden de arrancar páginas salvajemente, es de una temeridad absoluta, por mucho que parezca revelador...
- El no responder a otro nombre a sus alumnos en el patio que no sea el de "Oh capitán, mi capitán", denota una soberbia sin límites.
- Hay alumnos que realmente necesitan una buena sacudida para reaccionar, como el que encarna Ethan Hawke, condicionado por la sombra de su omnipresente hermano, los demás o ya están lo suficientemente conformados o tienen una idea bastante clara a lo que se han de enfrentar, a cada uno su tipo de ayuda.
Y por último, hay finales que no necesitan más comentario.