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España España · Córdoba
Críticas de Talía666
Críticas 1.441
Críticas ordenadas por utilidad
6
17 de febrero de 2012
78 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
A menudo me pregunto qué clase de personas son las que acuden a las puertas de los juzgados para abuchear a los acusados que acuden a declarar. Esa gente que grita, increpa, arroja objetos y escupe; esa masa que, arropada en el anonimato, se convierte en una verdadera jauría. Exactamente la jauría humana que tan exactamente describe Arthur Penn en su película.

Me cuesta entender las motivaciones de esta gente. Qué clase de alivio les puede producir ese comportamiento. A veces yo siento la misma repugnancia que ellos hacia el sospechoso e incluso la misma seguridad de que es un criminal, pero no se me pasa por la cabeza hacer algo así para descargar mi rabia. Es algo que siempre me ha fascinado y atemorizado al mismo tiempo.

En definitiva, esa misma perplejidad es la que despierta la incomprensible actitud de los personajes de "La jauría humana". Lo que ocurre es que la historia es tan exagerada que es inevitable sentir cierta incredulidad. Que de todo un pueblo prácticamente sólo se libren de esa locura y esa irracionalidad un par de personas, mientras las demás son poseídas de esa manera... no sé, en esta historia falla algo. La sutileza no es desde luego la mayor virtud de Arthur Penn.

Por supuesto Marlon Brando está inmenso, como siempre. Más inmenso todavía en tanto que interpreta el único papel, junto con Angie Dickinson, que representa la cordura y la templanza entre tanta bestialidad desatada.

Discrepo de los que creen que esto es una crítica a la sociedad norteamericana. La masa es la masa en todas las sociedades y en todos los tiempos: cuando la gente se juntaba para lapidar a un ladrón, o para ver una crucifixión, o a un hereje arder en la pira, o a un noble decapitado. Como ahora se juntan a las puertas de los juzgados, o en los campos de fútbol, o en un plató de televisión.

La jauría humana no es otra cosa que la masa, esa nebulosa tras la que se oculta el individuo con sus frustraciones personales y sociales, en la que puede esconderse y
arroparse y que sirve de coartada para todo. Líbranos, señor, de hacernos masa.
Talía666
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2
3 de abril de 2020
89 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manifest es una serie creada por un tipo llamado Jeff Rake. Para quien se quiera hacer una idea de lo que este señor ha perpetrado, veamos cómo sería un capítulo cualquiera de la serie.

Tenemos en la habitación a los protagonistas, los hermanos Stone, Michaela y Ben:

Ben: Una llamada, una llamada, he tenido una llamadaaaaaa!!

Mich: Rápido, dime qué has vistooooo.

Ben: He visto a un tuerto en un patio.

Mich: Un patioooo. Cielossss, mamá nos cantaba de pequeños "El patio de mi casa es particular"

Ben: Dios míoooo, particular viene de partículaaaaa. Te das cuenta, es una señaaaaal.

Mich: Y partícula rima con cutículaaaaa. La llamada hace referencia sin duda a la cutícula.

Ben: Cieloooosssss, y la cutícula se corta con palo de naranja. Es sin duda una pista.

Mich: Siiiiiiii, el palo de naranja. Y la naranja nos remite claramente al azahar. Dioooooossssss!!

Ben: Y claro, el azahar señala la venida de la primavera. Y el avión desapareció en primavera.

Mich: Siiiiiiii, creo que vamos por buen camino. Y la primavera la sangre altera.

Ben: Sangreeeeee. Claaaaro, eso es lo que vi en la llamada. El tuerto tenía sangreeeeeee.

Mich: Y la sangre es roja. Cielo santo, roja como el Santo Griaaaaaal.

Ben: Claaaaaaaro, el Santo Grial que tiene una imagen de un pavo real con las alas desplegadas.

Mich: Diossssss, Ben, yo vi en el espejo ayer al hacerme el moño un pavo real encimaaaaaa.

Ben: El mismo pavo real que papá nos llevó a ver de pequeños al zoo. Diosssss bendito, Mich.

Mich: Siiiiiiiii, Ben. Y aquel día llovía muchísimo. Lo recuerdo porque me mojé.

Ben. Madre mía, Mich. Llovía como en la cancion del patio de mi casa es particulaaaaaar.

Mich: Madre del amor hermoso, Ben. Todo está relacionado, ahora lo veo claro.

Ben: El patio, el avión, el pavo real, el Santo Grial.... Estaba clarísimo desde el principioooo.

Mich: Tenemos que salvar al pavo. Yo voy al zoo, tú ve al patio.

Ben: Mich, ten cuidado. Si llueve el pavo al desplegar las alas invocará al Santo Grial.

Mich: Tranquilo Ben. Lo tendré en cuenta. Ah, una cosa.

Ben: Dime, hermana.

Mich: Échale guindas al pavo, que yo le echaré a la pava.

Y así todo, y así siempre.

Le doy dos puntos, porque el actor J. R. Ramirez, el novio de Michaela, está muy bueno.
Talía666
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1
10 de junio de 2013
150 de 242 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, Sofía Coppola, una tía asquerosamente rica y presiento que insoportablemente tonnnnnta, nos cuenta una vez más (y creo que ya van tropecientasmil) cómo se aburren los ricos y lo desgraciadísimos que son.

Os sitúo: Tokio. Qué clase de personas creéis que se pueden morir de aburrimiento y de asco en un lugar tan fascinante. Pues sí, por increíble e incluso insultante que os parezca, esa gente existe.

Una joven aparentemente sana, estupenda, monísima y sin tara visibles (Scarlett Johansson) ha viajado hasta allí con su marido pero, como él se pasa el día trasbajando y ella parece ser incapaz de pasárselo bien sola, se aburre como una ostra. Mira por la ventana; se rasca la nariz; coge un libro; lo mira; lo suelta; bosteza; se tumba en la cama; mira por la ventana; se vuelve a rascar la nariz... Sí, señores, en Tokio.

Un viejo actor cuya carrera pega los últimos coletazos (Bill Murray) viaja a la ciudad para rodar un anuncio, y entre toma y toma también se aburre como otra ostra. Éste mata las horas en el bar tomando whisky y escuchando a una petarda americana cantar. Sí, señores, en Tokio.

Pues sí, la vida es así, Dios le da gafas a quien no tiene ojos y mocos a quien no tiene nariz, qué se le va a hacer.

Luego estos dos se conocen, simpatizan, empatizan, surge la química y... se dedican a compartir su aburrimiento el uno con el otro. Y ya lo de siempre: yo te hago ojitos, tú me echas una sonrisita, yo te cojo la manita... y el suspense: cuándo coño se acostarán estos dos y dejarán de marear la perdiz. Y básicamente éste es el argumento de la película.

Pasemos por alto los siete pares de hostias que les daríamos a cada uno; pasemos por alto la terrible injusticia de que este par de gilipollas se puedan permitir viajar a un lugar al que ni tú ni yo ni medio mundo podrá ir jamás. Pasemos todo eso por alto y vayamos al grano: por qué coño se aburren tanto los ricos. Por qué son tan terriblemente desgraciados. Qué coño le pasa a esta gente. Y sobre todo, por qué disfruta tanto esta tía contándonos siempre en sus coñazos de películas lo mal que se lo pasan.
Talía666
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2
15 de octubre de 2010
120 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, yo creo que la cosa pudo suceder más o menos así:

Estaba Julio Medem viendo la manera de pasarse unos cuantos meses rodeado de tías en bolas, y entonces se le ocurrió la genial idea:

"Voy a hacer una peli en la que una tía se pase casi todo el tiempo en bolas".

Era la coartada perfecta para ver cumplido su sueño sin que su señora se pillara tremendo mosqueo. Y dicho y hecho, hizo un casting, le gustaron muchísimo las tetas de Paz Vega y Elena Anaya (y alguno dirá que a quién no) y dijo:

"Pa qué vamos a complicarnos la vida, estas mismas valen".

Y luego se propuso inventar una historia que justificara que esas tías estuvieran tantísimo tiempo de esa guisa.

"Ah, pues la voy a llamar Lucía y el sexo y así está plenamente justificado porque el sexo se suele practicar en pelotas".

Y así, muy ufano y satisfecho consigo mismo, se dispuso a afrontar lo más difícil, inventar un guión. Y ahí es ya donde se perdió por completo, pero afortunadamente se encontró con un amiiguete que le solucionó el problema:

" Da igual de lo que vaya, tú te llamas Medem y por tanto nadie tiene por qué saber de qué van tus películas. Contrata a unos cuantos actores más, aparte de las despelotadas, y ponlos a ir de un lado a otro todo el tiempo. También puedes meter a una niña y a un perro, para completar el reparto. Y no estaría de más que alguien chateara, que es lo más in en formas de comunicación, que se vea que eres moderno y tal".

Y poco más o menos así fue como se gestó esta "cosa" y como llegó hasta mis desorbitados e incrédulos ojos y a los de mucha gente más.
Talía666
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9
3 de abril de 2011
76 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, amigos, esto es un cuento. No es una peli de terror, no da miedo, no asusta. Sí conmueve.

Por lo que he leído decepcionó a mucha gente por dos motivos: su director es el mismo de "El sexto sentido" (eso debe de marcar) y la película se vendió justo así, como cine de terror. Craso error, porque ni lo es ni lo pretende, ni ha colado ni podía colar como tal. Y no, no tiene nada que ver con el famoso "En ocasiones veo muertos". Ni de lejos.

De lo que sí trata es de lo sencillo que es crear miedo, mantenernos aterrorizados, paralizados, sin capacidad de movimiento. Por oscuros intereses o por intereses legítimos, es igual. Es fácil crear un monstruo y conseguir que él haga todo el trabajo sucio.

Sólo tiene que haber un bosque, lo desconocido, la frontera que no se debe traspasar, tras la cual no sabemos qué puede haber. Un peligro, una amenaza, lo distinto, los otros, tal vez un color diferente. Y conseguir que esa barrera no se cruce. No os suena de algo?

Tal vez en el fondo sí que es una gran película de miedo.
Talía666
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