Sobrevaloración personal de una película que no engaña (te advierte desde el primer fotograma), pero justificado por mi identificación con el personaje -"(2500) Days of Jessica"- desde hace unas semanas.

Tengo la estúpida tendencia a excederme en mis escritos, divagando al más puro estilo del novel director pedante. Así que resumiendo, ya que de esta película se ha dicho todo lo que se tenía que decir, aprovecho que estoy escuchando los 42 minutos de "Las cuatro estaciones" de Vivaldi para expresar mis sensaciones:

La primavera:

El director empieza tirándome un cebo y yo como pez de agua dulce pico sin pensar. He picado pero no me ha cocinado (¿por qué está 15 años secuestrado y de golpe lo liberan?).

El verano:

El director me da hilo, juega conmigo, el vaivén del sedal debería derrotarme. ¡Este tipo es un fan de Tarantino!

El otoño:

Me está llevando por un camino que no quiero ver; tanto jugueteo me está cansando...¡Me aburro! (como diría Homer, ejem...los doblajes del cine asiático actual son un crimen al noble arte del doblador de antaño). Creo que voy liberarme de este anzuelo oxidado y demasiado pequeño para tan gran presa (porque yo lo valgo).

El invierno:

Un último cuarto de película que te deja las escamas de la piel plateadas, como El invierno de Vivaldi. Cuando me creía libre, presto a devorar las migajas cinéfilas de esta película, me veo atrapado en la red de cerco, cocinado al horno y servido como plato principal.

Esa última "estación" de la película, bien valen los bostezos del otoño.

Saludos.

Una película de una factura visual excelente, con un guión trabajado pero que se pierde a medio camino de la nada y con una actriz que siempre -más aún con ojos azulados- es capaz de evocar los instintos sexuales más primarios.

A destacar, la falta de tacto o dejadez documental de los guionistas y productores americanos.

Que la mitad del elenco de actores esté formado por actores y actrices de procedencia china, en una historia donde se profundiza -por lo menos se intenta- en uno de los aspectos sociales más arraigados de la cultura nipona, como mínimo debe haber sentado tan "bien" (para más información consulte las "pequeñas rencillas" históricas entre ambos países en San Google) como las falacias que debemos soportar los españolitos con las tergiversaciones de nuestra cultura e historia por parte de las grandes (incluso a veces...no tan "grandes") superproducciones estadounidenses.

Era una calurosa noche de verano...pero no tenía sueño. Así que ojeaba distraído por el catálogo que me ofrecía una plataforma, con la esperanza de encontrar algo superficial y evasivo...pero al ver la portada y leer el argumento, me ha picado la curiosidad.

En cuanto al mensaje de la película y la finalidad del mismo, a parte de que debería comentarlo en el spoiler, es algo que prefiero que cada cual valore la intencionalidad del mismo y su "imparcialidad".

Pero respecto a la factura de la película, el guión, las subtramas, las actuaciones y la dirección; puedo afirmar que es un telefilm de baja calidad adornado con una aceptable fotografía. Durante 65 minutos estaba deseando que llegara el debate sobre el gira el hilo conductor de la película, para poder justificar la pésima elección que había realizado, pero ha sido aún más anodino, intrascendente y artificial que el resto de aspectos de esta infumable producción. Confiaba en un acalorado debate, contrarréplicas, suspiros, gruñidos, aspavientos, solloyos y alguna lágrima de impotencia...pero anhelarlo en este tipo de producción, con un objetivo bien delineado y de diseño inteligente, era pedir demasiado.

Se queda a mitad de todo y no aporta absolutamente nada. No hay conflicto amoroso, no hay conflicto ciencia-fe, no hay conflicto ni entre el personaje supuestamente ultrajado y su ultrajador. Nada importa y nada se recordará, todo es intrascendente por más que se envuelva de cita bíblica y música de acompañamiento.

P.S.: Pensad por vosotros mismos...pero tened fe en mí, cuando os digo que es un auténtico "pastel". Más me habría válido "El sueño de una noche de verano" para esta tórrida madrugada.

Antes de entrar en materia, quería comentar que acostumbro a sobrevalorar el cine español. Mis ansias por disfrutar de una industria cinematográfica de calidad, que produzca pequeñas joyas con relativa frecuencia, al más puro estilo francés; me lleva a enfrentrarme a cada producto nacional, con elevadas espectativas...

Pero una vez más, me siento profundamene decepcionado. La premisa podía ser más o menos interesante, pero el desarrollo y el desenlace se enquistan en un "déjà vu" unidirecional.

Sin ánimo de destripar nada relevante del argumento, tuve la sensación de haberme subido a un tren como Ismael, pero en este caso a un minitren cuya ruta es monótona, repetitiva y cuyo destino es conocido desde que se pone en marcha. A cada tramo del viaje, se nos anuncia con un letrerito de neón la próxima parada, provocando una desazón que induce el bostezo.

Y si el argumento es previsible y acartonado. La dirección actoral acaba descarrilando, siendo lo único de la película que no sigue la ruta marcada. Ni la gran Belén Rueda ni el siempre aceptable Sergi López consiguen salvarse del destino final; con mención especial a un Mario Casas, que por más ganas que le pone él y más oportunidades que le doy yo, no hay forma de que realice no ya un papel destacable, sino uno alejado de la mediocridad. Ella Kweku y Larsson do Amaral recitan con naturalidad sus líneas de texto y están correctos. Pero el circunstancial Juan Diego Botto, no tiene espacio para ser nominado a nada...aunque aquí somos diferentes.

Para finalizar, el montaje o la falta de material para el mismo, fuerza las situaciones y las tramas, sin darnos tiempo para poder empatizar aunque sea con el niño.

En fin, ya he visto esta película muchas veces, pero mejor dirigida, actuada y desarrollada...