Resulta inexplicable ver a uno de los mayores maestros del cine caer en el peor error del principiante: la literalidad. Erice desconcierta con una película repleta de líneas de diálogo innecesarias, escenas con introducciones y desenlaces redundantes, y personajes secundarios sin profundidad (lo de Mario Pardo clama al cielo). Las casi tres horas de metraje no justifican el buen desenlace (que lo tiene) ni el goce que supone ver actuar a Ana Torrent (la única que nos recuerda que esto es cine y no teatro amateur).

Es muy loable que Erice quiera despedirse de su oficio reivindicando un cine en extinción, pero de nuevo la literalidad de sus metáforas y la rigidez de su guion hacen que 'Cerrar los ojos' no pase de boceto de idea. Y esto es precisamente lo más decepcionante, pues solo la arrogancia de alguien aferrado a una idea por pulir puede provocar semejante naufragio. Lo siento, pero no se me ocurre otra explicación ante tantos errores de alguien con tanto talento. La misma arrogancia que le hizo ausentarse de Cannes cuando se anunció que estaría fuera de concurso. Un buen favor le hicieron. En competición, las críticas no hubieran sido para nada ni tan benévolas ni tan condescendientes con el maestro.

Nos recomendaron esta película hace unos meses. El grupo que lo hizo estaba perplejo al ver que no conocíamos este clásico "tan divertido". La vimos con mi pareja y la perplejidad fue nuestra. No he visto nunca una película (porno aparte) que denigre a la mujer desde tantos flancos. Creo sinceramente que este tipo de comedias románticas son lo que más daño ha hecho a las mujeres en las últimas décadas. La construcción de ese estereotipo femenino preocupado por el cuerpo, infantilizado, sexualizado y dependiente del hombre tiene sus cimientos más profundos (y más putrefactos) en estos estercoleros cinematográficos. Filmaffinity debería permitir puntuar con 0. Aquí la palabra bazofia se queda corta.

Maravillosa aproximación al mundo de las empleadas del hogar en Brasil. La elección de ceder la cámara a los/as hijos/as de las casas es magistral, de una tacada se obtienen los dos elementos más preciados en un documental: un acceso privilegiado al lugar y una confianza máxima con el interlocutor. La enorme calidad del director queda luego certificada en un montaje ameno y profundo, que premia -con creces- al espectador paciente. Un 10.

Interesante retrato social del nordeste brasileño, con un condominio de la ciudad de Recife como escenario. Belleza en los planos, audacia en el montaje y suspense en el diseño de sonido. El cruce de tramas y la tensa espera que se va construyendo supone una potente carta de presentación de un director que, a mi modo de ver, combina a fuego lento -muy lento- a varios referentes, entre los que destacaría a Quentin Tarantino, Robert Altman y José Padilha. Con muchas ganas de descubrir el resto de su filmografía.

Una interesantísima pieza, entre lo conceptual y lo antropológico, que explora los límites del lenguaje documental. La idea es tan sencilla como radical: Un equipo de rodaje entra en una comunidad virtual para documentarla desde dentro. Poco importan los momentos donde el dispositivo se percibe limitante o reiterativo, el experimento es tan original y revelador que se le perdona absolutamente todo. Sin duda el descubrimiento del año.